La salud mental ha sido afectada negativamente a lo largo de los años y en este sentido, la pandemia ha tenido una repercusión importante, poniendo en evidencia algunas problemáticas que ya se venían presentado. Como el hecho de que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la mitad de la población sufre una enfermedad mental a lo largo de su vida.
Así la pandemia y sus implicaciones han venido a jugar un papel protagónico en la salud mental de las personas, lo cual ha impacto a nivel social y por supuesto a nivel empresarial.
Según la revista El Economista, edición del 04 de junio del 2021, “así lo demuestran estudios como el realizado por la OIT (Organización Internacional del Trabajo) en 2020, que señala que el 60 % de los empleados sufren depresión o ansiedad. Por otra parte, la mitad de los días laborables no productivos son consecuencia de los efectos nocivos del estrés en la salud de los trabajadores”. Según este mismo estudio, la afectación en la salud mental de los colaboradores no solo afecta su bienestar, sino que además su rendimiento laboral.
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Esta es una realidad recurrente con la que lidian los líderes de las organizaciones. Actualmente muchas personas con estos cargos deben escuchar a personas que se sienten mal por algún padecimiento mental y emocional, por ejemplo, ligado a la ansiedad, ataques de pánico y a la depresión.
Si usted es líder de una empresa, ¿le ha pasado que, algún colaborador se acerca para decirle que se siente mal y con ideas de muerte?, ¿le es difícil saber cómo actuar y qué decir en ese momento?, ¿considera que no se siente armado con los suficientes recursos para manejar la situación? Bueno, esto es algo que está pasando comúnmente en las organizaciones y es producto precisamente de la afectación que estamos viviendo en salud mental a nivel global.
Y es que los colaboradores buscan a aquellas personas en la empresa que sean más cercanas para obtener ayuda, apoyo o simplemente ser escuchados. Esto es tan importante pues es un claro indicador de que es urgente que los líderes de la organización, así como el personal de Recursos Humanos, entre otras áreas, tenga conocimiento y capacitación en un tema tan relevante como lo es los “Primeros Auxilios Psicológicos” (PAP) que está enfocado en la intervención de una crisis psicológica específica.
“Una crisis psicológica puede comprenderse como un estado temporal de desorganización, que se caracteriza por la incapacidad de la persona de manejar situaciones determinadas con métodos acostumbrados para resolver situaciones difíciles”, según Slaikeu.
Una crisis no necesariamente es negativa, sino que puede ayudarnos a madurar y crecer como personas. De hecho, en japonés la palabra crisis significa peligro y oportunidad.
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Ahora, con base en el concepto de crisis, los primeros auxilios psicológicos (PAP) “consisten en ayuda breve e inmediata de apoyo y rescate a la persona para reestablecer su estabilidad emocional y facilitar las condiciones de un continuo equilibrio personal”, según D´Andrea.
En este caso, el objetivo de que los líderes aprendan los primeros auxilios psicológicos es que puedan seguir algunos pasos que les ayuden a afrontar de una manera asertiva este tipo de crisis, sin pretender actuar como profesionales en psicología, pero sí utilizando algunas herramientas para ayudar a la persona en crisis, ya sea vía telefónica o presencial.
Algunos de los objetivos y recomendaciones para la puesta en práctica de los primeros auxilios psicológicos para líderes son:
- Hacer sentir a la persona en crisis que no está sola, sino que desde la empresa se le brinda apoyo.
- Escuchar activamente a la persona para que sienta que su situación es importante para su líder y para la empresa.
- Transmitirle comprensión y no imposición o confrontación.
- No hacer falsas promesas, como por ejemplo indicarle que se le ayudará a resolver la situación que le está disparando la crisis, ya que quizá no sea algo que pueda controlar el líder o la organización.
- No presionar a la persona a hablar o bien a dejar de llorar.
- Contribuir al fortalecimiento de la autoestima, así como la validación de los sentimientos de la persona en crisis.
- Darle acompañamiento.
- Solicitarle información que puede ser de beneficio, como por ejemplo si cuenta con el apoyo y compañía de su familia o de un ser querido cercano.
- También es importante que el líder que afronta este tipo de crisis active el protocolo que tienen en la empresa, si se cuenta con éste. Es decir, seguir los pasos necesarios y contactarse con las personas indicadas, por ejemplo el profesional en psicología de la empresa, encargado de Recursos Humanos u otros.
- Una vez que la persona se ha desahogado es importante explicarle que se le desea ayudar y resguardar su seguridad e integridad y que para eso se seguirán determinados pasos.
- Se puede facilitar alguna técnica de relajación o respiración profunda, para que por ejemplo, en caso de hiperventilación (respiración agitada) comience a respirar más lento y con calma. Se le puede indicar: inhale lentamente (uno, dos, tres) por la nariz, sintiendo su respiración, después exhale lentamente (uno, dos, tres) por la boca, votando el aire de sus pulmones.
- Ayudarle en la identificación de posibles soluciones.
- Es fundamental reconocer que el papel del líder en este sentido funciona como facilitador para que la persona que está pasando la crisis pueda expresarse, sentirse escuchada y que el líder gestione lo necesario para que dicho colaborador (a) reciba, lo antes posible, la debida atención psicológica.
- Si la persona está atentando contra su vida es fundamental llamar al 911.
Por último, también es primordial que los líderes reciban talleres de autocuidado para así canalizar adecuadamente dichas situaciones y no “cargarse” emocionalmente con estas experiencias, sino que por el contrario, sea una oportunidad de crecimiento, aprendizaje y de ayuda idónea, dado que una crisis psicológica puede presentarse en cualquier momento.
La autora es psicóloga y consultora veronica@bienestarydesarrollo.com