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Aún no sé por quién votar, y en pocos meses se avecina una de las elecciones más importantes de nuestras vidas. El país no anda bien y la crisis en el horizonte podría ser la peor de los últimos 35 años.

Por eso tenemos una gran responsabilidad de llegar al 4 de febrero bien informados, para emitir en masa un voto racional y fundamentado. Debemos exigir a los candidatos posiciones claras y contundentes sobre los temas clave que están afectando nuestro desarrollo social y económico. Priorizo estos cuatro:

Eficiencia estatal y gasto público: Sueño con un gobernante que tenga la valentía para enfrentar a grupos de interés y eliminar los privilegios, pensiones abusivas y disparadores del gasto. Alguien con la visión de buscar eficiencia estatal y reducir duplicidades institucionales. Este lastre sobre la economía nos está ahogando. Es urgente actuar

Infraestructura: Sueño con un presidente que aborde el rezago de infraestructura como si fuera emergencia nacional y corte la burocracia que empantana proyectos indispensables. De lo contrario, nuestro país seguirá perdiendo competitividad, empleos y puntos en calidad de vida

Impunidad: Sueño con un líder que quiera y pueda cambiar procesos, personas, reglamentos y leyes que hoy hacen que criminales nunca lleguen a juicio o salgan prematuramente. Urge, porque la impunidad alimenta la corrupción y socava la confianza del ciudadano en los políticos, instituciones y en la democracia misma

Ambiente: Sueño con un estadista que sienta vergüenza de que Costa Rica esté rezagada en reducción de plásticos, apertura de inversión privada en energía (particularmente solar) y promoción de autos eléctricos. Se requiere alguien que tenga las agallas para implementar un plan agresivo, pues hacerlo traerá grandes beneficios.

Debemos ser un modelo real de liderazgo ambiental, y no sólo una marca país con tintes de hipocresía.

La lista es amplísima . Pero mi voto lo obtendrá quien demuestre, más allá de su integridad, una capacidad extraordinaria de liderazgo para abordar estos temas impostergables con total convicción.