¿Tercera república?

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Algunos quieren una tercera república. ¿Tiene esto un sustento objetivo?

Después de 1948 se ha hablado de una Segunda República. ¿Experimentó la organización de nuestra convivencia un cambio radical en la cosa pública?

Un amigo historiador se niega a aceptar esa denominación, aunque lo cierto es que se dio una reconfiguración constitucional moderada.

La Constitución de 1949 adoptó en lo fundamental la de 1871 e incluyó el capítulo de garantías sociales (Constitucionalismo Social), aprobado a inicios de los años cuarenta; lo nuevo fue la descentralización del Estado, pero no hubo cambios sustanciales en el sistema económico ni en el presidencialista.

Una nueva república requiere de refundación, cambios en el sistema de propiedad y en la organización política, esto no se dio en el 49.

Los llamados actuales a la inclusión y a luchar contra la desigualdad no van acompañados de una propuesta de reorganización para abandonar el capitalismo o eliminar el pluralismo político, por más que algunos sueñen con la República Morista de Costa Rica, equivalente de la República Bolivariana de Venezuela.

La actual estructura institucional ha sido capaz de incorporar las nuevas demandas y los nuevos actores, integrando la dirigencia del PAC y del Frente Amplio a las altas esferas de la clase política.

Un poder constituyente se revela necesario cuando el país institucional está desfasado del país sociológico y este no es el caso en Costa Rica. Las reformas parciales (Sala IV) han permitido el perfeccionamiento republicano.

Una tercera república es un delirio peligroso que lanzaría al país hacia una discusión sobre los principios de su organización socioeconómica y política, cuando nuestros problemas se pueden resolver por el camino de políticas públicas ampliamente deliberadas.

Además, ¿cuál es la alternativa a la trayectoria que hemos seguido? ¿Cuál es el nuevo modelo republicano que se propone?