Su pasión por los niños la motivó a crear centro de estimulación multisensorial

En una de sus salas de atención invirtió $30.000

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Patricia Güendel González trabajó como maestra de preescolar por muchos años y el querer ayudar a los menores la motivó a formarse en psicopedagogía, estimulación temprana, neurolingüística y masaje infantil.

Tiempo después creó su propio centro de estimulación multisensorial, donde cuenta con una sala especial en su consultorio en Guadalupe en la que invirtió $30.000 y donde trabaja con los menores y sus progenitores.

Allí cuenta con cubos luminosos, música, lámparas de lava, una cama de agua, piscinas de bolas, rollos de fibra óptica y un retroproyector para hacer seguimiento visual, entre otros instrumentos.

Las herramientas mejoran la coordinación y la atención, así como la sensibilidad visual y táctil.

En la estimulación multisensorial, como su palabra lo dice, participan los diferentes sentidos y se busca ayudar a las personas que tienen alguna discapacidad, problemas de aprendizaje o de conducta.

Asimismo, se pretende mejorar las habilidades de los menores e, incluso, los padres pueden participar en las sesiones.

Sus inicios

Antes de ser maestra, Güendel trabajó como oficinista en un banco estatal, con horario de 8 a.m. a 5 p.m.

Sin embargo, no le gustaba ese trabajo, pues se sentía encerrada entre paredes.

Decidió estudiar preescolar motivada por su entonces suegra, quien provenía de una familia de educadores.

Patricia trabajó tanto en escuelas privadas como públicas.

Una de las experiencias que más recuerda sucedió hace más de 20 años en una escuela pública en Platanares de Moravia.

Allí los pupitres estaban quebrados y el techo de latas se llenaba de pequeños huecos, que ella cubría con plasticina.

En este centro y en otros en los que trabajó, la educadora pudo ver que llegaban niños con algunos problemas y ella no sabía cómo trabajar con ellos.

Por esta razón, tomó la determinación de capacitarse en psicopedagogía y estimulación temprana, áreas en las que tiene maestrías.

Su sed por el conocimiento no se saciaba y, posteriormente, obtuvo una certificación en masaje infantil y otra en programación neurolingüística.

Emprender

Hace aproximadamente 10 años, puso un consultorio de psicopedagogía, en el que comenzó a atender a niños con déficit atencional.

Empezó a ofrecer servicios de estimulación temprana para bebés, niños y adolescentes.

Tres años atrás se especializó en la metodología Snoezelen (estimulación multisensorial), de origen holandés y que plantea el uso de sonidos, colores y vibraciones para que los participantes exploren, se relajen y puedan expresar mejor sus emociones.

De ahí nació la sala especial que instaló y en la que atiende a sus pacientes.

Patricia recomendó a quienes deseen emprender no solo poner un negocio porque sí, sino ayudar a las personas por medio de él.

A aquellos que poseen emprendimientos educativos ─en los que se trabaja con niños─ les aconsejó tener una buena actitud, comprometerse con los menores y con los padres y entenderlos, pues muchos pasan situaciones muy difíciles.

Reiteró que su impulso para abrir este espacio provino del deseo de ayudar a los niños con los que trabajaba. También de una situación personal que vivió, que le posibilitó redescubrirse.

“Mi motivación fue mi divorcio porque me ayudó a ser yo, Patricia Güendel", reflexionó. "Antes era ‘la esposa del doctor’. Tenía que pasar por eso y, hoy lo entiendo más, para hacer todo este trabajo que siempre me ha gustado”.