Tres ‘enemigos’ de la innovación que su pyme debe evitar

'Si la empresa está ganando: ¿para qué arriesgarse?', dicen muchos. La innovación trae muchos beneficios, no la descarte.

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La innovación es una herramienta que les permite a las pymes ser más competitivas y atraer nuevos clientes.

A veces existe cierta resistencia a generar cambios en los productos o servicios que se ofrecen, en los procesos productivos y en la forma de comercializar lo que se vende.

Pero la competencia exige mejorar en todos los ámbitos de la empresa.

Estos son algunos ‘enemigos’ de la innovación, que pueden impedir que su empresa siga ascendiendo.

1-Aversión al riesgo.

En ocasiones, los propietarios de las empresas piensan que –por el hecho de que les esté yendo bien económicamente– no es necesario implementar innovaciones.

Los cambios les generan temor, pues no hay una certeza total de cómo reaccionará el mercado ante una novedad que se introduzca.

Piensan ─en el caso de las pymes familiares─ que si el negocio ha desarrollado la misma actividad de la misma manera, por varias generaciones, no es necesario hacer variaciones.

“A la gente le encanta quedarse en su zona de confort", dijo Jaime Amsel, socio fundador de CEO Estrategia. "No les gusta que los empujen a donde no saben cómo va a funcionar. El empresario dice: ‘si la empresa está ganando, ¿por qué tengo que tomar riesgos?' Es algo cultural”.

Estrategia es una consultora dedicada a mejorar el pensamiento de las empresas

2-Enamorarse de una única idea y forma de hacer las cosas.

Parte de emprender implica realizar variaciones al prototipo creado, pues puede que no resulte como se esperaba.

Otras veces tocará abandonar la idea del todo y empezar desde cero otro emprendimiento.

No obstante, algunos emprendedores se aferran a su idea o se enamoran de tal manera de ella, que se cierran a realizar cambios cuando estos les pueden generar más rentabilidad.

Hay que aprender a desenamorarse de las ideas también.

“Lo soñé, invertí, no funcionó. Me vuelvo a parar, vuelvo a soñar, vuelvo a invertir, puede ser que no vuelva a funcionar”, dijo Amsel.

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3-Ignorar las sugerencias del consumidor.

“Yo soy el experto en diseño, ¿qué sabe el cliente?”.

“¡Qué consumidor más necio! Yo sé lo que hago”.

Este es el sentir de algunos propietarios de pymes cuando el cliente les hace una crítica o recomendación.

Los consumidores, como usuarios de los bienes y servicios, ofrecen información muy importante para realizar mejoras.

Por ejemplo, usted piensa que su sitio web es excelente, pero para el usuario resulta tedioso y muy lento.

Para usted, el empaque y diseño de su producto puede ser el mejor. Y al consumidor le resulta incómodo cuando lo usa o la información no es legible por el tipo de colores que se emplearon.

Desoír al cliente y creer que todo está bien en su pyme puede hacerle perder oportunidades para innovar.

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Formas de innovar

Su pyme puede incorporar la innovación de diversas maneras:

Innovación tecnológica: Consiste en incorporar la tecnología dentro del negocio para agilizar procesos o incrementar el alcance de lo que se vende.

Por ejemplo, adquirir una máquina que reduzca a la mitad la elaboración de un producto, o crear un sitio web para vender los bienes que se crean, o una app para fidelizar a los clientes.

Innovación social: Usar herramientas de la innovación para dar solución a problemas sociales.

En diversos países existen restaurantes o cafeterías en las que las personas pueden comprar un café o producto extra, que es finalmente consumido por una persona en riesgo social. Por ejemplo, alguien quien vive en indigencia.

Otro ejemplo es contratar a personas con discapacidad dentro del negocio para ayudar a resolver el problema de desempleo de esta población.

Apostar por un modelo de negocio innovador o poco convencional: Existen empresas que recurren a modelos de negocio un tanto más arriesgados a los que comúnmente existen.

Por ejemplo, los servicios freemium (gratuitos), en los que no se paga por su uso y se echa mano de la publicidad para sostenerse.

Existen revistas o apps que se ofrecen gratuitamente, pues la publicidad que hay en ellas es la que les permite mantenerse.

Hay otras modalidades en las que, aparte de ofrecer el servicio gratuito se brinda un servicio premium, con más funciones, que sí se cobra.