Aplicaciones chinas buscan estrategias para vencer la desconfianza de los mercados extranjeros

La acusación generada por Estados Unidos a la aplicación china Tik Tok por supuesto espionaje obligó a otras plataformas a enmascarar su origen

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Una serie de aplicaciones chinas como Shein (ropa), ShareIt (envío de archivos) o Likee (vídeos) se están posicionando entre las más descargadas del mundo y buscan evitar, con ingenio, los embrollos de TikTok en Estados Unidos, amenazada de cierre por el presidente Donald Trump.

La aplicación china de vídeos cortos TikTok se encuentra en el ojo del huracán después de que Donald Trump la acusara de ser una herramienta de espionaje al servicio de Pekín.

A pesar de las amenazas de Trump de cerrarla el 12 de noviembre si no pasa a estar bajo control de un grupo estadounidense, TikTok acumuló 800 millones de descargas en lo que va del año 2020, según el consultor estadounidense Sensor Tower.

Pero cada vez más, las aplicaciones chinas tiene que lidiar con la suspicacia de los gobiernos extranjeros que ven en la tecnología del país asiático un caballo de Troya del Partido Comunista.

En la India, 200 aplicaciones chinas, entre ellas TikTok, fueron prohibidas por el gobierno tras una serie de enfrentamientos militares entre los dos países.

Para vencer esta desconfianza, algunas aplicaciones enmascaran su origen, sobre todo en los países occidentales donde los debates en torno a la ciberseguridad están más presentes. En otros casos, se orientan hacia mercados emergentes considerados más hospitalarios.

Presencia en redes sociales

La aplicación de venta de moda femenina, Shein, se ha hecho un hueco entre las 5 aplicaciones más descargadas en la AppStore de Estados Unidos y Australia, según el consultor Sensor Tower, con una política enfocada a famosas e “influencers” como la cantante americana Katy Perry o la británica Rita Ora.

“La mayoría de los usuarios no saben que detrás se encuentra una empresa china”, apuntó Philip Wiggenraad, especialista de la venta al por menor establecido en Hong Kong.

Servidores

ByteDance, la casa matriz de TikTok, busca mantener la actividad de la aplicación en Estados Unidos a pesar de las amenazas de la administración Trump.

Una situación que empuja a otras plataformas chinas a adoptar estrategias diferentes.

Por otro lado, la aplicación de envío de archivos Shareit, bloqueada en India, ha puesto su foco en nuevos mercados, como Sudáfrica, donde afirma tener actualmente 20 millones de usuarios, o Indonesia, el cuarto país más poblado del mundo.

Shein afirmó en febrero estar presente en todos los países del mundo y haber alcanzado un volumen de negocio de 20 mil millones de yuans (dos mil millones de euros).

Otras plataformas eligen establecer sus sedes o almacenar sus datos lejos de las fronteras chinas para evitar las sospechas de connivencia con Pekín.

“Tenemos servidores en diferentes lugares del planeta, como Estados Unidos, Singapur y la India”, explicó a la AFP un portavoz de Bigo, la empresa que está detrás de la aplicación de vídeos Likee, parecida a TikTok. “Pero ninguno en China continental o en Hong Kong”.

Likee, que tiene la sede de su matriz en Singapur, es la tercera aplicación china más descargada en el mundo entre los meses de enero y mediados de septiembre, según Sensor Tower.

Autoritarismo tecnológico

Pero a largo plazo, los desarrolladores de aplicaciones tendrán que concentrar sus esfuerzos en aplacar tanto a gobiernos como a consumidores extranjeros en materia de confidencialidad y ciberseguridad.

Una ley china obliga, en teoría, a las empresas del país a entregar los datos personales de sus usuarios en determinados casos.

Por eso, como apuntó Alex Capri, investigador de la Fundación Hinrich, organismo independiente que sigue la evolución del comercio mundial, el principal riesgo que tienen que enfrentar estas empresas es de ser percibidas como “agentes” del régimen comunista.

"Va a ser cada vez más difícil que las empresas chinas sean competitivas fuera del mercado digital tecnoautoritario" de China, predijo Capri.

Pero a pesar de las tensiones con Washington y Nueva Delhi, Pekín no tienen la más mínima intención de "dejar a un lado sus ambiciones tecnológicas", indicó Ho Woei Chen, economista del United Overseas Bank de Singapur.

Para Chen, esta suspicacia frente a la tecnología china podría tener incluso el efecto inverso: impulsarlas para “mejorar y reforzar sus capacidades”.