En mi primera columna comenté sobre la gran oportunidad que existe para los emprendedores, tecnólogos e inversionistas en Costa Rica de participar en la creación de productos y servicios altamente innovadores.
Por otro lado, por medio de lo que Peter Diamandis denomina tecnologías exponenciales las industrias de energía, transporte, vivienda, entretenimiento, alimentación y salud sufrirán cambios muy importantes que causarán una reducción de costo de todos estos servicios para el consumidor.
El valor de mercado durante su pico de ventas de un GPS, reloj, enciclopedia, cámara de video y foto, sistema de videoconferencia y otros productos que hoy están simplemente insertados dentro de un smartphone se ha reducido por aproximadamente un 99%.
No obstante, pareciera que todas las oportunidades por aprovechar en la siguiente década, la cual presenta un panorama de abundancia, tienen un componente de escasez a considerar.
La escasez va a girar alrededor de los elementos necesarios para inventar y emprender proyectos por parte de personas que quieran aprovechar estas oportunidades.
Basado en la experiencia de evaluar cientos de proyectos al año en Carao Ventures, para crear invenciones lo primero que se necesita es conocimiento y profundidad técnica en el tema.
Esto es especialmente importante en campos científicos como la nanotecnología, biotecnología y otros.
Lo segundo para que esas invenciones se conviertan en proyectos con algún nivel de viabilidad económica se requiere capacidad e intelecto para ejecutar.
Agregado a estos dos elementos principales, se tiene que agregar el tiempo, el compromiso y la motivación intrínseca del equipo (más fácil en equipo que solo).
En resumen, el bien escaso siguen siendo los emprendedores, quienes con su inventiva y capacidad de ejecución, consiguen y asignan recursos escasos hacia un objetivo común.