Gigantes tecnológicas se enfrentan a la regulación en intento por incursionar en la industria de la salud

Silicon Valley enfila sus baterías al negocio del cuidado de la salud, un mercado de $2,7 billones

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Desde el nuevo reloj inteligente de Apple que registra el pulso cardiaco hasta lentes de contacto que miden el nivel de azúcar en la sangre, Silicon Valley gasta miles de millones de dólares en dispositivos y aplicaciones cuyo objetivo es transformar el cuidado de la salud.

Pero los gigantes tecnológicos que son famosos por alterar el curso de muchas industrias ahora enfrentan un obstáculo, la regulación.

Recientemente el cofundador de Google, Sergey Brin, se dijo frustrado ante la compleja maraña de reglas que rigen el campo del cuidado de la salud.

"Hay tanta regulación en la salud" , dijo Brin a ejecutivos de la industria en julio. "Es un negocio complicado para participar" .

No obstante, los empresarios siguen inyectando dinero a los esfuerzos para cambiar la fisonomía de la industria del cuidado a la salud, un mercado de $2,7 billones. El capital de riesgo destinado a la creación de compañías del espacio digital de salud sobrepasaron los $2.300 millones en el primer semestre de 2014, más que los $1.900 millones asignados en todo 2013 de acuerdo con la consultoría Rock Health.

Pero antes de que las compañías tecnológicas puedan convertir los teléfonos multiusos en equipos médicos portátiles deben cumplir con los rigurosos estándares de la Administración de Alimentos y Medicinas de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) , que durante mucho tiempo ha sido el guardián del acceso al mercado de salud estadounidense. No es difícil encontrar la fuente del conflicto entre el desparpajo de quienes trabajan en Palo Alto y la rigidez de Washington.

"Esta es una guerra cultural" , dice Steve Grossman, un consultor de la FDA que desde hace tiempo trabaja con las tecnológicas. "En Silicon Valley están acostumbrados a lanzar sus productos al mercado y cualquier esquema regulatorio que significa escrutinio y retraso les resulta ajeno" .

Las tecnológicas ya habían chocado con la burocracia de Washington por asuntos como la privacidad en internet y la propiedad intelectual. Pero nunca antes habían tenido que enviar sus productos a revisión antes de que pudieran lanzarlos.

LA FDA sostiene que no trata de regular a la gran mayoría de las 24.000 aplicaciones médicas que pueden descargarse, la mayoría de las cuales hace tareas simples como registrar calorías o ayudar en el manejo de recetas.

Pero el año pasado la agencia informó que comenzaría a regular las aplicaciones que recolectan o monitorean información médica, como los dispositivos médicos. Eso significa que antes de lanzar un producto la compañía debe demostrar que suministra información segura y confiable. Por ejemplo, una aplicación que revisa latidos irregulares del corazón debe someterse al mismo proceso de revisión de un cardiógrafo.

Algunas empresas nuevas han presentado sus productos en el mercado tras cooperar con el organismo regulador. La FDA aprobó 100 aplicaciones médicas, entre ellas 40 en los dos últimos años.

Una de ellas es Alivercor, que vende un dispositivo que se conecta a un teléfono multiusos para detectar alteraciones en el ritmo cardiaco. La compañía envió su petición a la FDA en agosto de 2012 y recibió la aprobación cuatro meses después. El director de la compañía, Euan Thomson, dice que la industria de la tecnología exagera los problemas que trae la regulación porque no la entienden.

"No es imposible conducir un auto porque el tráfico está dirigido" , dice Thomson.