Joven matrimonio crea centro de realidad virtual inmersiva para resolver desafíos y mejorar el trabajo en equipo

El escape room de VR Box está ubicado en Santa Ana y fue inaugurado este sábado 20 de octubre

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Laura Pujol y Rodrigo Fuentes habían visto experiencias de escape room y decidieron crear uno en Santa Ana con realidad virtual inmersiva. Ahí ofrecen una alternativa de entretenimiento tanto para usuarios individuales así como para que las empresas mejoren el trabajo en equipo entre sus colaboradores.

“No es la experiencia de realidad virtual que se ofrece en varios centros comerciales, de un video tridimensional en 360 grados y con objetos que vienen al usuario”, explicó Fuentes. “En la realidad virtual inmersiva se interactúa con otros usuarios, se desplaza por el espacio físico y se realizan movimientos físicos que se reproducen en el mundo virtual”.

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La idea la empezaron a desarrollar en abril y abrieron el centro de su firma VR Box el sábado 20 de octubre en plaza Obelisco.

Ella, oriunda de Santa Ana y estudió administración en la Universidad Internacional de las Américas (UIA), donde obtuvo el grado de bachillerato. Actualmente trabaja para una compañía a tiempo completo. Fuentes, de 33 años, primero estudió informática y luego hizo un postgrado en gerencia de proyectos, ambos en la Universidad Latina.

¿Qué es un escape room?

El cuarto que crearon es un espacio de seis metros de ancho y otros seis de largo, sin objetos, totalmente negro.

Ahí equipos de hasta cuatro personas, cada una con un visor conectada a un dispositivo que se colocan como una mochila (que reproduce los movimientos) y un control de mano, deben trabajar para resolver una situación desafiante: resolver un enigma, cumplir una misión o escapar de diversos peligros.

VR Box ofrecerá inicialmente tres tipos de experiencias:

1. Space Station Tiberia: aquí los participantes deben reactivar una estación espacial y destruir un asteroide que pone en peligro a la Tierra. Conforme pasa el tiempo, el peligro es mayor y la tensión aumenta.

2. Templo de Osiris: la misión es recuperar un tesoro perdido en un templo submarino, vestidos de buzos, sorteando peligros que se encuentran en el fondo del océano y con la limitación de que el oxígeno se va acabando.

3. Hospital del horror: los usuarios deben escapar de un hospital en donde se experimentan continuos peligros.

En enero también se incorporará una nueva experiencia, una renovación que ocurrirá cada seis meses.

En la realidad virtual inmersiva la experiencia se vive como si fuera real, reproduciendo situaciones de la realidad física en situaciones creativas virtuales y viviéndolas como reales.

Por ejemplo, los usuarios deberán hacer equilibrio para que los personajes virtuales crucen sobre una tabla para no caer en un abismo.

Además, todos interactúan con los demás participantes para resolver la situación en conjunto.

Dependiendo de la cantidad de personas que reserven el espacio -de un máximo de una hora- el costo es de c13.500 a c15.000 por cada una.

Las empresas puede utilizar estas experiencias para proyectos de mejoramiento del trabajo en equipo de sus colaboradores, con metodologías de team building.

“Le estamos dando un enfoque de servicio para que las empresas tengan una alternativa de capacitación y para reducir el estrés”, dijo Laura Pujol.

Los usuarios o clientes pueden ser de 13 años en adelante e incluso pueden participar adultos mayores.

Fuentes recalcó que no es un videojuego donde se matan zoombies. “A quienes les gusta el gaming les gustará, pero si no son aficionados de los videojuegos también lo disfrutarán”, dijo.

Para este proyecto se invirtieron unos $40.000 que salieron de los ahorros de ambos.

“Lo más retador es cumplir con nuestros respectivos trabajos, con la niña y empujar el proyecto. Nos complementamos muy bien”, dijo Pujol.