¡Yo también quiero acostumbrarme a la banda ancha!

Boletín "De la pluma del director", otra forma de leer El Financiero

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Dichoso Mario Chaves. Lo envidio. Cómo no si en su casa tiene un enlace a Internet de 18 Mbps que le permite realizar videoconferencias y streaming, enviar y recibir correos electrónicos, ver videos, coleccionar música y otras labores sin problemas de conexión.

"Nos estamos acostumbrando a más velocidad para estar satisfechos", afirma este costarricense que por supuesto no vive en Costa Rica. Reside en California pues es el CEO de Avantica Technologies en el Silicon Valley.

Como si sus anteriores palabras no fueran suficientes para que los costarricenses soñemos (¿o nos de rabia?) con el fruto prohibido de la banda ancha, agrega: "Tenemos más necesidades y expectativas de velocidades más altas en Internet fijo y en móvil".

Al igual que él, Franklin Chang, astronauta; Sandra Cauffman, de la NASA; Juan Carlos Hidalgo, analista político; Roy Arias, empresario, y la traductora Victoria Miller, son algunos de los costarricenses que disfrutan los beneficios del Internet de alta velocidad en Estados Unidos, uno de los países donde el concepto banda ancha va mucho más allá de simple comercial publicitario.

Todos ellos han contratado conexiones confiables, rápidas, con señales robustas, sin inconvenientes y con precios atractivos. Por ejemplo, Cauffmann, directora de la división de Ciencia de la Tierra, de la NASA, tiene en su casa en Washington un servicio de fibra óptica de 150 Mbps, por el que paga menos de $100 mensuales.

Gracias a ese enlace estable, nunca tiene problemas a la hora de descargar documentos y videos; además, no necesita televisión por cable.

Los casos de estos costarricenses son la regla, no la excepción, en Estados Unidos. En esa nación, 7 de cada 10 adultos tienen acceso a conexines de banda ancha.

Mientras, en Costa Rica, un 49,5% de la población "goza" de servicios de Internet fijo con velocidades de 256 a 512 Kbps, en tanto que un 46,2% "disfrutan" de una velocidad de 512 Kbps a 2 Mbps. Tan solo un 0,01% sabe lo que es un servicio de 10 a 100 Mbps por el cual hay que pagar $422 por mes.

Por todo esto es que envidio a Mario Chaves desde que leí el reportaje "Así es la vida con Internet de banda ancha", elaborado por el periodista Carlos Cordero Pérez, y digo: ¡Yo también quiero acostumbrarme a la banda ancha! (la de verdad).

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