El ministro de Trabajo Víctor Mora Morales ha sostenido abiertamente que no va a reducir los salarios de los empleados públicos, refiriéndose a los incentivos que disparan hacia el absurdo las remuneraciones, y a ello añadió que el salario único no tiene un lugar en los renglones de su agenda.
También se había comprometido con la ayuda del el Sr. Helio Fallas a presentar en el primer cuatrimestre de este año (que ya son páginas menos en el calendario) una propuesta de reforma al empleo público. Yo voy a esperar sentada y con bajas expectativas. ¿Por qué? Bueno, por un lado para Mora Morales la prioridad no son los altos salarios sino el mejoramiento del servicio , y el ministro de Hacienda dijo que una nueva ley de empleo público podría “enredar” los proyectos fiscales.
Generar ahorros y eliminar la disparidad en las remuneraciones a través del salario único es una alternativa descartada por don Víctor. Pero ¿no es eso en parte lo que buscamos?. Tal vez cambiaría de opinión si se difundieran los resultados obtenidos por el Banco Central o la Contraloría después de implementar esta metodología salarial.
El ministro de Trabajo dice que van a revisar, dialogar y analizar con “los diferentes sectores” sin arriesgar mayor cosa. Un poco más de lo mismo de siempre , lo cual me hace pensar que don Víctor Morales no tendrá un papel protagónico en el cambio que necesita este país en materia de empleo público.
Entrarle a la pulpa del tema puede restarle capital político a quien demuestre auténtica intención de hacer algo por transformar la situación actual. Pero esa es una perspectiva de corto plazo porque de lograrse una reforma sustancial el país ciertamente evocaría a los responsables como verdaderos líderes nacionales.
La paradoja es que a una importante cantidad de funcionarios públicos se les paga un salario muy alto por un desempeño laboral muy bajo. Lo que originalmente tenía como propósito impulsar la calidad y un rendimiento sobresaliente en la prestación de servicios (como las anualidades) se transformó en un incentivo para la ineficiencia . Y quienes sí hacen su trabajo como debe ser reciben un sueldo igual que los mediocres, y para colmo de males han quedado untados de toda esta polémica de la que no son responsables.
Si se pone el tema sobre la mesa los afectados responden con bloqueos, ataques y amenazas. Si se plantea medir el desempeño y la calidad del servicio la reacción es desafiar con huelgas porque “la evaluación es una ofensa”. Y yo me pregunto don Víctor, ¿qué planea hacer el Ministerio de Trabajo aparte de dialogar y revisar?.
¿Qué opina el ministro sobre la dimensión actual de la planilla del Estado, sobre la aplicación de modelos para la evaluación del desempeño, sobre el efecto multiplicador de los pluses salariales, y sobre la disparidad en las remuneraciones?. ¿Cuál es la metodología salarial que estaría anuente a apoyar principalmente para futuros servidores públicos?.