Mucho se ha escrito sobre las mentiras y el lenguaje corporal, serie de televisión incluida, en este caso me remito a un estudio publicado recientemente en el Harvard Business Review sobre las mentiras y el uso de las palabras. Los investigadores, Lyn M. Van Swol, Michael T. Braun y Deepak Malhotra. aclaran que esta investigación es una primera etapa. Los profesores son especialistas en negociaciones y evidentemente el tema de omitir o mentir es muy recurrente a la hora de hacer una. Lo que diferencia a este estudio de otros es que entre a diferenciar entre mentir y omitir.
Dicen sobre el estudio que evalúo a gente que estaba haciendo una negociación en ambiente controlado que las pistas estratégicas o sea, deliberadas, serían:
- A mayor mentira, mayor número de palabras. En vez de crecerles la nariz como a Pinocho, crece el número de palabras.
- Ahora, si cuando la intención era mentir por omisión, la tendencia fue al contrario, usar un mínimo de palabras y oraciones mas breves.
Las señales no estratégicas, o sea las emocionales, aquellas sobre las cuales la persona rara vez es consciente:
- A los mentirosos se les tiende a ir el control sobre las malas palabras o lenguaje soez. De acuerdo a los investigadores, mentir utiliza mucha energía por lo que los mentirosos pierden el control sobre el comportamiento “correcto”.
- Los mentirosos tendían a usar mucho mas la tercera persona, como una manera de despegarse de la mentira. Los honestos usan mas la primera persona.
- Los mentirosos usaban oraciones mas complejas que los honestos o los que omitían información.
- Es mas fácil detectar la mentira, aparentemente, en los correos electrónicos que en persona. La razón para esto es fácil, uno tiene mas tiempo de analizar y de ver las incongrouencias (Esta es una nueva etapa de investigación).
Uno de los resultados es que es mas fácil engañar con puro verbo, que con omisión. Las personas caían en la trampa de las palabras, pero cuando los participantes eran parcos en su expresión, generaban mas desconfianza. Y si. ¿Cuántas veces no hemos caído en las garras, al menos inicialmente, de alguien que con buen verbo nos enreda?