La ley de Murphy

El reloj TalkBand 2 de Huawei bien: un smartwatch básico para empezar

Es útil para empezar a incorporar la tecnología del vestir (wearables), así como para monitorear situaciones de salud y actividades como deportista principiante

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El TalkBand 2 viene en varias presentaciones y se puede desprender de la banda para que funcione como un manos libres para conversar por el móvil. (Reproducción EF)

El reloj inteligente TalkBand 2 de Huawei es una buena opción para alguien que es un usuario normal o que apenas esta empezando a acumular pasos caminando o trotando.

Pero posiblemente preferirá otro smartwatch si es un usuario de los fiebres y de los avanzados o si ya es un corredor o deportista que lleva el pulso a tiempos, ritmos y velocidad en función de metas ya establecidas.

Hicimos la prueba en estos días y quede convencido que el Talk Band 2 no sólo tiene más que un reloj, sino que también es útil para empezar a incorporar la tecnología del vestir (wearables), aprovecharlo para monitorear algunas situaciones de salud y utilizarlo cuando uno es deportista principiante.

Para que funcione este reloj inteligente —como la mayoría de los smartwatch en el mercado disponibles— se sincroniza vía Bluetooth con móvil Android o con el iPhone.

Usted descarga la app de Huawei, incluye datos básicos (edad, sexo, peso, altura) y sincroniza. Automáticamente el reloj muestra la hora y fecha y queda listo para usar. Además, debe establecer su meta de calorías y pasos a dar.

Cuando usted camina, el reloj registra sus pasos y lleva la contabilidad de calorías quemadas. Ambos datos aparecen en la pantalla del dispositivo y en la gráfica de la app.

Si sale a correr lo mismo.

Y si lleva un rato sin hacer nada el reloj vibra y le recuerda que debe moverse. Usted determina en la app cada cuanto tiempo debe hacer esto.

Cuando se acuesta, el reloj -debe dejárselo puesto en su muñeca- registrará el total de horas que durmió y sus horas de sueño profundo, con lo que podrá ver la calidad de su sueño y así determinar porqué amaneció como si hubiera estado desvelado.

El reloj también vibra con la alarma del despertador a la hora indicada desde su smartphone.

Como indicamos, el TalkBand 2 funciona vinculado con su teléfono móvil, pero si usted se aleja lo suficiente para que la conexión entre ambos se caiga -aparte que sentirá una ligera vibración- al regresar se sincronizan y se actualizan los datos de pasos y calorías.

En la app podrá ver las estadísticas y luego mostrar sus resultados a la nutricionista, a su entrenador, a su pareja, a su jefe y en Facebook.

Para un principiante será muy útil.

Como decíamos, si usted es avanzado o élite -como usuario y como deportista- el TalkBand 2 posiblemente sería insuficiente en comparación con lo que ya le da un Polar, un Timex o un Garmin (frecuencia cardiaca, recorrido con mapa GPS, ritmo por kilómetro y velocidad promedio).

Tampoco se pueden descargar en el Talk Band 2 ninguna app de deportes ni de nada, con lo que se hubiese cubierto este vacío como si lo hace el Gear de Samsung o el Apple Watch (aunque habría que ponerlos a prueba).

Supuestamente la app de este smartwatch sincroniza datos con la aplicación de salud del iPhone, pero en mi prueba no lo logró.

Tampoco funcionó la activación de la pantalla del reloj, que en teoría tiene sensores para detectar cuando el usuario mira la pantalla, que se encienda y así al menos ver la hora.

Fuera de eso es un dispositivo liviano, cómodo, bonito y barato (unos ¢125.000).

La batería dura unos cuatro días y se recarga conectandola a una computadora (pero no obliga a bajar ningún software especial ni a sincronizar datos, solo es para la recarga de energía).

Y el manos libres funciona perfectamente. Cuando le llaman, Usted desprende el reloj de la banda y lo utiliza sin problemas.

Es, sin duda, un smartwatch básico para empezar.

Carlos Cordero Pérez

Carlos Cordero Pérez

Periodista especializado en temas tecnológicos y de historias de emprendedores. También escribe de negocios, gerencia y economía para El Financiero. Es autor del blog "La Ley de Murphy" y "El Financiero de la mañana".

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