Empecemos por lo básico, ¿sabe que es un hackathon? Bueno, es una especie de concurso en el que gente vinculada a la informática, el diseño, responsables de proyectos, expertos en determinados temas se juntan para colaborar de forma intensiva en un desarrollo (un software, una aplicación telefónica, por ejemplo). Ello se da en el marco de un evento que puede durar 24, 36, 48 horas continuas (o más), en las que los grupos de trabajo desarrollan sus propuestas hasta tenerlas terminadas (o al menos en una fase “presentable”).
Lo importante de estos eventos tiene que ver con la forma en que los equipos de trabajo se crean e interactúan para lograr generar un “resultado” en un tiempo limitado. De este tipo de eventos han salido innovaciones y emprendimientos tecnológicos significativos; en simple, cosas que sirven en el mundo real. Hace poco estuve en uno de ellos y pude comprobar la relevancia de los problemas y validez de las propuestas de solución.
Obviamente existen todo tipo de innovaciones, desde las que tiene un objetivo económico claro, hasta las innovaciones con impacto social. En muchos casos pueden ser combinaciones, es decir, bienes que mejoran las condiciones de la gente pero a los cuales también se les puede sacar un provecho económico.
¿Porque es como American Idol? Estas personas tienen talentos que han sido descubiertos pero que no se potencian al máximo porque no tiene la exposición que necesitan para ello. Si usted canta muy bien pero solo lo hace en la ducha, probablemente solo sus vecinos podrán disfrutar de su talento. Lo mismo puede ocurrir con la gente creativa; solo en sus espacios de interacción se conoce de sus talentos. Además, muchas de estas personas creativas no tienen los contactos para complementar sus saberes y competencias y por ello no pueden lograr desarrollar sus ideas. Espacios como el Hackathon permiten esta interacción y al mismo tiempo visibiliza a la gente con talento para la innovación, permitiendo la construcción de redes que fortalecen sus capacidades de seguir innovando.
Si estos “concursos” son tan buenos, ¿porque pasan desapercibidos?¿porque no les damos más espacios y les planteamos más retos?¿porque las empresas privadas no llegan con listas de problemas en sus negocios y estas personas les ayudan a resolverlos usando la tecnología? ¿No podría pasar lo mismo con comunidades, o el propio Estado y sus instituciones? Y lo más importante; si la solución es buena, ¿no estaría dispuesto a pagar por ella?
Cambiemos la visión de la investigación y el desarrollo: en vez de investigar para ver a que llegamos, mejor planeamos el problema y dejamos que gente talentosa nos ayude a resolverlo. Si lo financia el Estado, los recursos que la innovación genera se reparten entre los autores y un fondo público que sirva de fondo revolutivo (o revolvente), que permita que se sigan financiando nuevas iniciativas. Además le daría autonomía financiera para no depender de un fondo público que puede cambiar según las prioridades del Estado.
Espacios como el de una Hackathon son los que nuestros países necesitan para descubrir a los talentos y resolver problemas reales; dejando de lado la visión asistencial de la incubación empresarial.