Si consideramos a las unidades económicas, encontramos otro fenómeno que define la senda de la subregión centroamericana. De las aproximadamente 5.5 millones de unidades económicas que existen en Centroamérica y la República Dominicana, 4.3 millones serían informales. De ellas, 3.9 millones son trabajadores independientes o “cuentapropistas” y 332 mil patronos en el sector informal. Es decir, el 78% de las unidades económicas son informales. Ambos datos nos muestran el tamaño e importancia de la economía informal en Centroamérica.
Ante el tamaño de la economía informal, todos los países de la subregión han intentado tomar acciones para formalizar empresas y empleo. En el primer caso, la propuesta general ha sido, de un lado los incentivos, y del otro los castigos. Ambos han demostrado su limitada eficacia para formalizar las empresas. La razón es simple: la formalización empresarial es consecuencia de un proceso de desarrollo del empresario en el que es el crecimiento y la consolidación del negocio lo que marca la pauta para formalizarse o no. En otras palabras, es cuando la empresa empieza a crecer de forma sostenida y los clientes aumentan sus volúmenes de compra (o bien aumentan los clientes), el momento en que el empresario debe empezar a dar facturas porque son los clientes quienes las exigen en función de los volúmenes o frecuencia de compra. En el caso del empleo, ocurre algo semejante. De hecho, los momentos de mayor crecimiento económico son también los de mayor formalización del empleo (registrado por medio de las inscripciones de trabajadores en la seguridad social). Así, la solución a la formalización es tan simple como compleja: el crecimiento económico. Por supuesto, otras acciones pueden ayudar a tomar la decisión.
Sin embargo, también en el crecimiento económico hay otro elemento importante que afecta el desempeño de la economía informal; y es el nivel de desarrollo relativo de los países. Se ha observado que mientras menor el nivel de desarrollo del país, la economía informal se manifiesta fundamentalmente en la actividad por cuenta propia (empresa informal); mientras que en el caso de las economías más estables y de crecimiento más consistente, la economía informal se manifiesta por medio del empleo informal en el sector formal. Es decir, se observa que se incrementan los mecanismos informales de contratación.
Ello si marca diferencia respecto del enfoque a la informalidad. En el caso de los países más pobres, además de políticas activas de crecimiento económico se deben trabajar más los incentivos (que los castigos), que pueden ayudar a las empresas a tomar la decisión de formalizarse. Mejorar por ejemplo el acceso a la seguridad social puede ser uno de ellos.
En los países menos pobres, a las políticas activas de crecimiento se deben acompañar sanciones a las empresas formales que contratan de manera informal. Así, visibilizar el delito y la sanción es la mejor forma de reducir el incentivo a mantener esa conducta. Como dice el refrán “Dios perdona el pecado pero no el escándalo”.
NOTA: Para más información sobre el tema, descargue aquí la publicación: http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---americas/---ro-lima/---sro-san_jose/documents/publication/wcms_237269.pdf