
El crecimiento moderado y volátil del Producto Interno Bruto (PIB) en Costa Rica en los últimos tres años, después de la crisis de 2009, han reforzado rasgos de la economía que limitan la generación de oportunidades.
El Decimonoveno Informe del Estado de la Nación, da a conocer que el periodo 2009-2012 estuvo marcado por un contexto internacional inestable, y la expansión del PIB (4,7%) fue similar a la tendencia de largo plazo (4,9%) y al comportamiento promedio registrado en América Latina y el Caribe (4,4%).
Sin embargo, del 2010 al 2012 hubo oscilaciones mucho más frecuentes y los ritmos de crecimiento no se han sostenido, ya que de manera recuerrente se ha presentado una acelaración seguida por una desaceleración en meses posteriores.
Por ejemplo, en el 2012 el PIB trimestral pasó de un expansión de 6,3% a un 3,1% hacia finales de ese año. E l último patrón de descenso inició en el segundo semestre de 2012 y se acentúo en el primer semestre de 2013.
Contexto internacional desfavorable
El contexto internacional y la amplia apertura de la economía explican en buena medida el comportamiento del PIB en esos tres años.
El informe explica que después de la crisis 2009, la economía mundial sigue sin mostrar condiciones para un despegue principalmente por el desempeño poco favorable de varias economías de Europa, la presencia de indicadores mixtos en los Estados Unidos y la menor actividad de China.
Los indicadores más recientes sugieren que la tendencia de expansión de la economía no se va a sostener. El indicador mensual de la actividad industrial registró una contracción en el segundo trimestre de 2013, las actividades primarias tuvieron una fuerte desaceleración y las exportaciones mostraron tasas de crecimiento negativas entre abril y junio.
Además, el comportamiento de algunas variables que se asocian con indicadores adelantados, como las importaciones de bienes de capital, materias primas, materiales de contrucción y la demanda de crédito por parte del sector privado, evidencias descensos notables con respecto al mismo periodo de 2012.
Aunado, prevalece la inestabilidad y la incertidumbre en el entorno internacional. Persisten riesgos macrofinancieros asociados a la fuerte monetización que registran las economías desarrolladas, con delicadas posiciones fiscales, de deuda pública y elevadas tasas de desempleo.
En medio de este escenario, se debe trabajar para que el impacto del contexto internacional no sigan condicionando las aspiraciones de crecimiento del PIB.
Se requiere actuar de manera anticíclica, tratando de evitar las diferencias en el alcance e impacto de las políticas de desarrollo productivo, en la falta de medidas que garanticen las sostenibilidad de las finanzas públicas y la reducida capacidad de la política monetaria.