En Corea del Sur, el mayor centro de producción de automóviles del mundo está paralizado: Hyundai ha cesado sus operaciones debido a la epidemia del nuevo coronavirus que paraliza también a las fábricas chinas, lo que desestabiliza la cadenas de producción en todo el mundo.
Hyundai puede producir 1,4 millones de vehículos por año en su gigantesco complejo de Ulsan, situado en la costa para facilitar las importaciones de piezas de recambio y la exportación de vehículos.
Pero esta cadena industrial está bloqueada a raíz de la epidemia del nuevo coronavirus que obligó a China a prorrogar el cierre de sus fábricas más allá de las vacaciones de Año Nuevo. Muchas de ellas no volverán a abrir antes del 10 de febrero.
El resultado es que Hyundai reporta reducción de sus suministros en componentes para cableado electrónico, principalmente producidos en China.
LEA MÁS: China bajará los impuestos a las importaciones desde Estados Unidos
Así, este quinto productor automotor mundial anunció este martes que suspendía su producción en sus fábricas de Corea del Sur, poniendo en paro técnico a unos 25.000 empleados.
"¡Qué vergüenza no poder trabajar! No hay nada que hacer cuando se depende hasta tal punto de un único país" se lamenta Park, un obrero de Ulsan.
Ello ilustra el gran impacto de la epidemia sobre la industria fuera de China. Una interrupción de producción en Corea del Sur durante cinco días podría costar a Hyundai el equivalente de 450 millones de euros ($500 millones de dólares), según varias estimaciones.
Hyundai no es el único afectado en el país. Su filial Kia suspendió el lunes la actividad de tres fábricas, y la rama surcoreana del francés Renault prevé suspender la actividad en su fábrica de Pusan (sudeste).
"Las empresas surcoreanas dependen cruelmente de China para sus piezas de recambio. El problema es que a veces basta que falte una sola pieza para que ya no se pueda hacer nada", explica Cheong In-kyo, economista en la universidad surcoreana de Inha.
¿Europa afectada?
Lejos de Asia, se esperan también repercusiones. El italo-estadounidense Fiat Chrysler podría detener la producción de una de sus fábricas europeas por falta de componentes procedentes de China, según su presidente Mike Manley en declaraciones al Financial Times.
“La industria manufacturera china es crucial para las cadenas de producción de automóviles. Cualquier retraso o interrupción en la fabricación de un componente puede provocar bloqueos y paralizaciones de fábricas en países como Corea, Japón, Irán o Tanzania”, observan los analistas de Fitch Solutions.
En Estados Unidos, las repercusiones van a tardar aún, pero podría haber un impacto indirecto para las piezas de recambio que vienen de otros países y que tienen componentes chinos, según Kristin Dziczek, del Centro de investigación sobre el automóvil Ann Arbor.
LEA MÁS: ¿Cómo se vive la cuarentena en Wuhan= La ciudada aislada del mundo
Los constructores "buscan la manera de adaptarse, pero no hay capacidades de producción inutilizadas de la talla de las de China, que podrían subsanar las penurias" observa la experta.
Existe un precedente: la industria automotriz mundial sufrió en 2011 tras la paralización –debido a la catástrofe de Fukushima– de la única fabrica de Renesas Electronics, un grupo japonés que controlaba entonces el 50% del mercado planetario de sistemas electrónicos de control de frenos y motores.
Diversificar
Desde entonces, las cadenas de producción se han diversificado.
“Es grande el riesgo de tener un único suministrador en un único lugar para una determinada pieza”, subrayó Ferdinand Dudenhoeffer, del centro de investigación sobre el automóvil de Duisburgo-Esen en Alemania.
Según el economista Cheong, las actuales perturbaciones podrían afectar a sectores más allá del automotor.
China es el principal exportador de bienes del planeta. Las exportaciones sumadas de China continental y de Hong Kong superaron el año pasado los $450.000 millones hacia Estados Unidos, $150.000 millones a Japón, y $110.000 millones a Corea.
“China forma parte integrante de las cadenas manufactureras, y tiene un peso del 20% de la producción manufacturera mundial”, recuerda Mark Zandi, economista de Moody’s Analytics.
Taiwán, Vietnam, Malasia y Corea del Sur serán los países más castigados por la actual situación. Pero también los efectos se harán sentir más lejos.
Según el instituto alemán Ifo, los componentes manufacturados chinos representan 9,4% de los productos semiacabados importados por Alemania.