Susa, Siria. Las fuerzas antiyihadistas consolidaban sus posiciones en torno al último reducto del grupo Estado Islámico (EI) en Siria este viernes, día en el que entra en su noveno año la guerra que ha devastado este país, con un balance de 370.000 muertos.
Las Fuerzas Democráticas (FDS) sirias, apoyadas por los bombardeos de una coalición internacional encabezada por Estados Unidos, tratan desde hace semanas de romper las últimas defensas de los irreductibles del grupo yihadista, atrincherados en un reducto en el extremo oriental de Siria, en la ciudad de Baghuz.
El "califato" autoproclamado por el EI en 2014 sobre vastos territorios entre Irak y Siria es ahora solo un campamento de túneles y carpas en los bordes del río Eufrates, no lejos de la frontera iraquí.
LEA MÁS: Asad ante el desafío de reconstruir una Siria en ruinas y bajo embargo económico
Pero el asalto final de la coalición arabo-kurda es debilitado por ataques yihadistas, y por la circulación de hombres, mujeres y niños que abandonan, a veces heridos y hambrientos, el reducto de Baghuz.
"Aun hoy, las operaciones pueden ser detenidas para facilitar nuevas salidas. Algunas familias se rendirán. Yihadistas y sus allegados", declaró el viernes a un equipo de la AFP Jiager Amed, responsable de medios de las Unidades de protección del pueblo kurdo (YPG), organismo central de las FDS.
Las FDS “consolidan sus posiciones”, dijo. En los últimos días, los combates se hacen por lo regular de noche con bombardeos y avance terrestre.
Amed afirma que no está en condiciones de calcular cuantas personas están todavía en el reducto del califato.
“Los que siguen ahí están muy apegados a la ideología (del Estado Islámico). Hay muchos dispuestos a seguir hasta el final. Pero hay familias y niños y les damos la posibilidad de rendirse”, subrayó.
LEA MÁS: ¿Ha sido derrotado militarmente el Estado Islámico en Siria?
Según un comunicado de las FDS, "1.300 terroristas (combatientes del EI) y sus familias se rindieron el jueves.
Según un cálculo hecho el jueves por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), 60.000 personas salieron del bastión yihadista desde diciembre. Uno de cada diez sería yihadista.
Los combatientes son detenidos por las FDS. Las mujeres y los niños son trasladados en camiones al campamento de desplazados de Al-Hol (noreste).
Desde diciembre, unas 113 personas --entre ellas la tercera parte niños de menos de cinco años-- murieron cuando iban camino al campamento o poco después de su llegada, según la ONU.
La última fase de la batalla contra el EI es solo uno de los aspectos de la compleja guerra siria que este viernes entra en su noveno año.
Iniciada tras la represión del régimen a las manifestaciones pacíficas por la democracia en Dará (sur) y luego en la capital Damasco, el 15 de marzo de 2011, el conflicto involucra en la actualidad a movimientos yihadistas y potencias extranjeras.
Según el último balance revelado el viernes por la OSDH, más de 370.000 personas han muerto, entre ellas 112.623 civiles, de los cuales 21.000 niños y 13.000 mujeres, según la ONG.
Más de 125.000 soldados del ejército sirio y miembros de las milicias leales han muerto, además de 67.000 combatientes de otras fuerzas, tanto rebeldes como kurdos, indica la OSDH.
También ha muerto unos 66.000 yihadistas, en su mayoría del Estado islámico (EI) y de Hayat Tahrir al-Cham (HTS), que pertencía al inicio a Al Qaida, según la fuente.
El conflicto sacó de sus hogares a 13 millones de Sirios, más de la mitad de la población del país, que encontraron refugio principalmente en Turquía, Jordania o Líbano.
En los últimos años el régimen ha recuperado muchas zonas que había perdido ante los rebeldes y yihadistas gracias al apoyo de sus principales aliados, Rusia e Irán. Una tercera parte del territorio escapa todavía a su control.
La guerra ha causado destrucciones calculadas en $400.000 millones (353.000 millones de euros) y eliminó sectores claves para la economía.