Necesitamos un gobernante que sepa escuchar, dialogar, negociar, transar, conciliar, generar confianza, conseguir aliados; no uno adicto a las imposiciones, discordias, conflictos, tensiones, divisiones, agravios, atropellos y abusos de poder.
Etiquetas prudencia
Comentario sobre el editorial anterior:Prudencia financiera. Edición 1.049