
La demanda de los bonos del Tesoro de Estados Unidos se asemeja al comportamiento de la gente después de un terremoto muy fuerte, las personas salen en busca de velas, agua embotellada, baterías y comida enlatada.
Cuando la situación económica es apremiante, los inversionistas suelen ir en busca de esos instrumentos, tal y como si hubiera ocurrido un terremoto, pues buscan productos para sobrevivir. Pero, cuando hay mejores expectativas, entonces baja la necesidad de tener el dinero en títulos de Estados Unidos (EE. UU.).
Esa es la comparación que hace Douglas Montero, gerente de mercado internacional del puesto de bolsa Mercado de Valores, con el comportamiento que tienen los rendimientos de los bonos de EE. UU., considerados como los de menos riesgo.

Cuando mejoran las perspectivas y confianza sobre la economía, entonces los inversionistas salen a buscar otros activos financieros que les den una mayor rentabilidad, como acciones o bonos de otros países, lo cual provoca que la tasa de estos bonos también tienda a subir (pues hay menor demanda y deben ofrecer mejor tasa).
Desde noviembre pasado, las tasas de interés que pagan los diferentes bonos del Tesoro tienen una tendencia alcista. El más representativo de todos, el de 10 años plazo, pasó de 1,58% a poco más de 2% al final de la segunda semana de febrero.
Este instrumento, incluso, sirve de parámetro para otros bonos soberanos, su rendimiento se toma como referencia para fijar las tasas de diferentes emisiones.
Por eso, si Costa Rica piensa hacer otra emisión de eurobonos este año, no deberá perder de vista estos títulos.
Vuelve la confianza
Para Montero, la tendencia reciente indica que los inversionistas han sentido un poco más de confianza en las condiciones generales de la economía y que su expectativa es positiva, por lo que deciden tomar un poco más de riesgos en sus inversiones.
Con él coincidió el analista financiero Andrés Volio, quien considera que ese aumento de las tasas refleja el estado de las expectativas sobre la salud productiva de los Estados Unidos.
Los ajustes se producen en medio de niveles históricamente bajos de tasas, por ejemplo la que utiliza la Reserva Federal para controlar la liquidez, que está en 0,25% desde hace varios años, aunque no tiene relación con las que tienen los bonos.
Aunque el incremento en estas tasas pueda interpretarse como un buen síntoma de la economía, permanecen los riesgos.
Solo unos meses al alza no es garantía absoluta de que seguirán subiendo, pues en el pasado reciente (2012), en cuestión de cuatro meses, estos instrumentos perdieron un punto porcentual debido a las noticias sobre las decisiones en EE. UU. y los riesgos en Europa.
Otra de las consecuencias que tiene el aumento de tasas cae sobre los bonos de otros países, especialmente si desean hacer nuevas emisiones. De mantenerse el incremento en los papeles del Tesoro y si el Ministerio de Hacienda costarricense procede a hacer una nueva emisión internacional, entonces debería ofrecer una tasa más alta.
Los eurobonos de Costa Rica salieron al mercado el 16 de noviembre del 2012 y pagaron 2,67 puntos porcentuales más que los papeles del Tesoro para llegar a 4,25%. En caso de que Costa Rica hubiera emitido en la tercera semana de febrero y que mantuviera las mismas condiciones, la tasa de interés debería de ser de 4,7%.
Un impacto más de ese aumento también cae en los portafolios de quienes conservan bonos del Tesoro, pues reduce los precios de los activos y cada punto porcentual representa aproximadamente siete puntos en el precio relativo, explicó Montero.
Recuperación
Melvin Garita, economista y gerente de Lafise Valores, también cree que los inversionistas confían en una recuperación de la economía estadounidense y del resto del mundo.
Lo anterior lleva a pensar que las utilidades de las empresas serán mayores y, por lo tanto, es que ocurre una migración de inversiones hacia las acciones.
Precisamente, en los últimos tres meses, índices accionarios como el Dow Jones y el S&P 500 han tenido un incremento en sus indicadores.
Según Garita, es difícil que a partir de este momento ocurra un descenso en los rendimientos del Tesoro, pues tendría que suceder un evento de gran importancia que bajé las expectativas drásticamente, por ejemplo, una deflación en Estados Unidos.
Las perspectivas locales consideran un incremento en este año. Mercado de Valores espera que la tasa para el bono de 10 años se ubique entre 1,90% y 2,25%. Lafise Valores replica la opinión de analistas extranjeros, que lo ubican entre 2,30% y 2,50%.
Sin embargo, Garita llamó la atención sobre la historia de estas tasas, pues a largo de varios años han pasado más tiempo cerca del 4%, incluso entre el 2003 y el 2007 el promedio fue de 4,38%.