El sector bancario de Costa Rica comenzó el 2016 con el anuncio de la salida de Gerardo Corrales Brenes como gerente general del banco privado más grande del país, el BAC San José.
El 4 de enero en la noche la entidad oficializó la noticia. Corrales adujo razones personales para tomar la decisión y se retirará el 31 de enero próximo.
Según sus propias palabras, llegó el momento de detener jornadas de trabajo que van desde las seis de la mañana hasta la medianoche. Situación que su propia familia ya le ha reclamado.
Corrales se reconoce como un workaholic, que disfruta de estar conectado y pensando en asuntos de trabajo en medio de cenas familiares.
EF lo entrevistó en su oficina, ubicada en el oficentro Plaza Roble en Escazú, y en la conversación ahondó sobre las razones de su salida y además sobre sus principales logros en los 16 años de gestión en la entidad.
Aunque afirma que impulsó el avance de uso de los medios de pago, la banca personal y la innovación en el banco, también reconoce que el sector se quedó estancado en temas como el seguro de depósitos y el alto margen de intermediación en colones.
Según su punto de vista, la banca ha perdido el interés de seguir innovando y está en una zona de confort.
¿Cuáles son los cinco principales cambios, legados o experiencias suyas en el BAC?
En febrero de 1999, Ernesto Castegnaro (presidente ejecutivo de BAC Credomatic) me mandó un email donde me explicaba la estrategia de medios de pago. Tuve la fortuna de ejecutar e implementar esa estrategia, y ese quizás fue mi primer gran logro.
“Recuerde que la apertura de las cuentas corrientes era reciente (1995) y el Banco de San José todavía era pequeño y muy absorbido por Credomatic; el banco casi que estaba al servicio de Credomatic.
“Yo venía con un conocimiento de banca corporativa, pero no tenía tanto conocimiento en banca de personas y de cuentas corrientes; eso lo aprendí aquí y lo logré explotar.
“BAC San José no tenía una división de banca de personas, hipotecas, vehículos, cuentas corrientes y de ahorro, y eso fue una creación mía.
“En segundo lugar, están esas cosas que uno jamás prevé y que están en la formación académica de un banquero: la famosa corrida de depósitos del 2004.
“Te enseñan que este es un negocio fraccionado, que se construye en función de la confianza, que ningún banco del mundo tiene el 100% de sus depósitos invertidos a la vista esperando que la gente saque la plata; no tendría sentido.
“No todo el mundo acude el mismo día, a la misma hora, a pedir sus depósitos pero, cuando eso pasa, el banco quiebra porque no tiene todas las reservas suficientes para atender sus retiros.
“Cuando empezó a impactar el tema, el 10 y 11 de agosto del 2004, jamás concebí lo que era una corrida de depósitos, ver cómo la gente se tiraba en desbandada a las sucursales con base en un rumor para poder sacar sus platas. Ahí aprendí muchísimo de Ernesto y su entereza.
“Ernesto es ingeniero y en la parte de logística fue clave en el tema del manejo de retiro de depósitos, de envío de los camiones remeseros para alimentar las sucursales y los cajeros con suficiente efectivo.
“A mí me toco todo el manejo de la prensa, la parte de imagen y de autoridades con el Banco Central, con la Sugef y con los clientes, para tranquilizarlos.
“Al final fue una experiencia riquísima, irrepetible, muy pocos bancos en el mundo se han salvado de una corrida masiva de depósitos. Para mí, es un gran tema haber salvado al banco y, por qué no decirlo, al sistema financiero privado, porque si el BAC se iba en la tira habría un fly to quality : si la gente ve que hay un banco quebrado y era grande, toda la plata se la llevarían para el Banco Nacional.
“Al retirar los depósitos, el resto de los bancos como Interfín y Banex, todos se hubieran ido en la tira y el país hubiese entrado en una crisis económica y quién sabe cuánto nos habría costado eso”.
¿Cuánto les retiraron al final?
Nos sacaron $90 millones. Nos estaban sacando casi el 26% de captación a la vista, cuando la volatilidad histórica nos demostraba que los saldos nuestros caían un 10% diario a lo sumo, mientras que la política era mantener un 20% de reserva de liquidez.
Faltan tres logros en la lista.
El tercer hecho para mí fue empezar a revolucionar y a modernizar todo el tema bancario en cuanto a innovación. Jugamos un buen rol fundamentado en el tema de Internet. En conjunto, con un equipo, ayudamos a crear una alternativa que le permitiera a las empresas a manejar sus saldos y su tesorería desde Guatemala hasta Panamá.
“En el pasado, cuando uno quería hacer una transferencia a una empresa en Centroamérica, era contradictorio porque se tenía que hacer a un banco corresponsal en Miami y de ese banco a Panamá o donde fuera. Era muy caro, lento y los bancos de Miami cobraban comisiones.
“El BAC fue el primero en conseguir una relación directa, que le permita a la empresa o a la persona hacer sus transferencias en tiempo real directo desde Guatemala hasta Panamá.
“Por esas cosas de la vida, luego se me ocurrió que el banco en un solo pantallazo permitiera ver una consulta consolidada de la posición financiera personal, de activos y pasivos, de cuánto tengo en cuentas corrientes, de ahorro, en certificados y que le debo al banco en hipotecas, en tarjetas.
“El cuarto punto es que me enorgullece también haber generado una cultura organizacional que cree en la excelencia, que tiene pasión por la excelencia. Todo esto nos permitió el alineamiento organizacional.
“Finalmente, como quinto punto, he jugado un rol importante en la parte gremial. Me siento muy complacido de que, a través de la Asociación Bancaria Costarricense (ABC), logré contribuir en la legislación bancaria, en la transformación de las operaciones bancarias del país y en la educación financiera.
“Lo único que me duele, y a pesar de haberlo sufrido en carne propia, es que todavía existe el famoso riesgo sistémico de la corrida de depósitos. El país no está preparado para el manejo de la liquidez.
“El sistema de redescuento no sirve. Eso se lo hemos dicho al Banco Central ene veces, a todos los presidentes del Central. Es un sistema obsoleto, lento y es un sistema que dice que primero hay que analizar las garantías que tiene el banco, que solamente se presta en colones y que únicamente contra garantía real. Mientras el Banco Central está revisando todo eso, el banco que tiene la corrida, quiebra”.
¿En qué se ha estancado la banca en el país?
Por más que le propusimos al Banco Central, antes y ahora, un sistema de préstamos de última instancia, donde se tenga un fideicomiso con las mejores garantías de la entidad, en el que los bancos tengan una línea de crédito aprobada, que funcione un mecanismo operativo probado y que, con una sola llamada telefónica, se desembolse en minutos. Eso está durmiendo el sueño de los justos.
“Es un riesgo neurálgico y sigue ahí latente. Es como si alguien tuviera un problema del corazón y le recetaran la misma pastilla que no funcionó en ocasiones anteriores ante un nuevo problema cardíaco.
“Es una gran debilidad que tiene el sistema centroamericano, no solamente el costarricense. No tenemos un mecanismo de préstamos de última instancia operativo y eficiente, amén de que aquí, ningún banco que ha sido intervenido, se ha salvado.
“Eso iba en el proyecto del seguro de depósitos, además de facultades a los reguladores para que rápidamente puedan intervenir un banco, separar el banco bueno del banco malo, vender el banco malo y recuperar los activos para minimizar las pérdidas. En Costa Rica, no se tienen esas facultades, el proceso es tan lento que al final los activos malos terminan contagiando los activos buenos y todo se pierde.
“Definitivamente, aquí, cuando un banco lo intervienen, quiebra, no hay posibilidad de rescatarlo. A la ABC también le ha faltado seguir pullando con más fuerza ante el Banco Central y ante los legisladores.
“Por otro lado, el sistema informal de intermediación ha venido creciendo, incluso más rápido que el sistema formal; muchos prefieren ir a buscar las entidades informales. ¿Cuáles son? Financieras que prestan y almacenes de línea blanca. Son como bancos porque lo que hacen es pedirle plata a los bancos para financiar y, lo que es peor, piden en dólares para prestar en colones asumiendo el riesgo cambiaro. Tienen todas las fuentes de riesgo sistémico”.
¿No cree que otro punto es en el costo de intermediación en colones?
Definitivamente. Ha habido una pérdida de rumbo en el sentido de que los niveles medios del Banco Central han visto la inflación como un fin en sí mismo.
“Para mí, el control de la inflación es un medio, no es un fin. ¿Para qué? Para dar mayor tranquilidad, mayor certidumbre, para facilitar el cálculo económico y es un medio para lograr financiamientos más baratos, pero aquí se logran inflaciones negativas y las tasas de interés en colones siguen siendo de dos dígitos. Eso es un sinsentido, entonces para qué el esfuerzo de bajar la inflación.
“Hace falta profundizar en eso y llamar a cuentas a los bancos por la intermediación en dólares y colones. Los bancos privados la controlan la primera en el 70% y los márgenes son de dos o tres puntos porcentuales; en colones, los bancos del Estado manejan un 70% y los márgenes son de 15 puntos. ¿ Por qué?”.
¿Hacia dónde debe dirigirse la banca en Costa Rica?
Ojalá me equivoque, pero se ha perdido el hambre, ese deseo de revolución de crecimiento, de innovación en la banca privada y estatal. Como que todo el mundo está muy confortable.
“Los bancos tienen que remozarse, debe surgir una nueva generación que acelere el cambio a lo digital y sean más agresivos con el tema del uso de efectivo.
“El Central debería ser más contundente y decir que se llegue al 2018 y al 2019 sin efectivo y que todo sea electrónico. Que (los bancos) digan que para tal fecha desparezcan todas las sucursales y que todo sea electrónico. Queremos más innovación, nuevos productos”.