El dinero de una persona no puede comprar lo mismo en todos los sitios. Por eso, entre otras cuestiones, es que la riqueza es un concepto tan relativo. Un mismo dólar puede servir para pagar la mitad o hasta el doble de una factura, dependiendo del costo de vida en el país donde se haga la compra. Por eso es que usualmente se dice que algunos lugares pueden ser “más caros” o “más baratos” que otros.
La única forma totalmente infalible de determinar cuánto “más caro” o cuánto “más barato” es un territorio específico es visitándolo, pagando por productos iguales, y comprobándolo. Sin embargo, existe un atajo para calibrar el costo de vida de los países.
Organismos internacionales desarrollan mediciones específicas con ese objetivo.
Ya sabemos que el costo de la vida es mucho más alto en Suiza que en Costa Rica. Y también sabemos que es mucho más alto en suelo tico que en países como Nicaragua o Bolivia. Pero, ¿en dónde podría sentirse “más rico” o “más pobre” un costarricense si viaja a otro país como turista, migra o trabaja de forma remota?, EF analizó la información disponible y revisó cómo se comparan los datos de Costa Rica con los de otras regiones.
Los índices
La principal medición de referencia para determinar en qué países podría sentirse una persona más o menos adinerada, en comparación con su país de origen y con los recursos de los que actualmente dispone, es el Índice por Paridad de Poder Adquisitivo (iPPA).
El iPPA permite determinar cuánto dinero tiene que utilizar una persona –en promedio– para comprar los mismos bienes y servicios en distintos territorios.
Si se usan los datos del iPPA más recientes en el repositorio de información del Banco Mundial, y se emplean como referencia los tipos de cambio actuales, entonces se puede llegar a diversas conclusiones.
Por ejemplo, podemos decir que Costa Rica tiene un costo de vida similar al de países como Grecia, Portugal, Corea del Sur, Singapur o España; pero mucho más alto que el de otros como Nigeria, India o Tailandia, y mucho más bajo que el de Irlanda, Suiza, Dinamarca o Israel.
Para llegar a estas conclusiones se usa la versión del iPPA del Banco Mundial y el Programa de Comparación Internacional para consumo privado. Este es diferente a otros índices de paridad por poder adquisitivo que publican otras entidades, de corte más generalista, pues solo contempla el costo de bienes y servicios que consumen los hogares.
En comparación con otros países del continente, solo tienen registros de costo de vida mucho más altos que Costa Rica países como Estados Unidos y Canadá (en donde el gasto es de $1,27 y $1,24 por cada dólar en el país); mientras que el registro es mucho más bajo en naciones como Bolivia (donde el gasto es de $0,6 por cada dólar que se gasta en Costa Rica), Nicaragua ($0,62), Paraguay ($0,64), Colombia ($0,67), Panamá ($0,71) o República Dominicana ($0,74).
El iPPA es un índice de referencia importante porque permite a las personas determinar cuánto más o cuánto menos puede gastar en otro país si se dispone a viajar por turismo. También le permite a una persona que va a migrar por trabajo analizar si le es rentable o no aceptar un determinado salario, en comparación con el que ya tiene y lo que puede costear en su territorio.
No obstante, el indicador también tiene algunas limitaciones.
Por ejemplo, la economista Estefany Alfaro recordó que esta medición no incluye bienes y servicios de lujo y “se calcula usando únicamente bienes y servicios de uso común”.
“Tampoco incluye variaciones en el tipo de cambio (las cuales pueden ocurrir en cualquier momento), ni toma en cuenta que el costo de vida es diferente dependiendo de la región que se visita”, añadió.
Un ejemplo de esto último puede afectar cifras como las de España. El iPPA estima que habría que emplear una cantidad de dinero similar en el territorio ibérico que en el costarricense para costear los mismos bienes y servicios (al tipo de cambio actual). Sin embargo, existen diferencias importantes en el costo de vida de ciudades como Madrid o Barcelona, donde el costo de vida es más caro, que en otras como Valencia o Sevilla. Costos tan esenciales como los de alquiler de vivienda pueden hasta duplicarse en las primeras dos ciudades en comparación con las segundas.
Alfaro añadió que “la PPA no considera factores importantes de los países como la calidad de los servicios públicos, la seguridad o las opciones de entretenimiento en el área”; a pesar de que ellas pueden ser importantes para justificar un mayor o menor costo de vida en determinado territorio.
Otras mediciones
Las diferencias de poder adquisitivo también se reflejan en mediciones informales como el conocido Índice Big Mac, que publica anualmente The Economist desde 1986, y que compara el valor de la tradicional hamburguesa de McDonald’s en 54 países del mundo en los que tiene presencia la marca de comida rápida.
Los resultados de esta medición se consideran informales porque contemplan un solo producto y no una amplia lista de bienes y servicios, como ocurre en las mediciones oficiales antes mencionadas.
No obstante, algunos de los resultados del índice Big Mac coinciden con los del iPPA de consumo privado.
LEA MÁS: Índice Big Mac: el colón es la segunda moneda menos subvaluada frente al dólar
Entre esas coincidencias, destacan que el costo de la hamburguesa en Costa Rica es similar al de los países de la zona del euro (en grupo) y que la economía suiza se sitúa como la “más cara”.
Sensación típica del turista
La sensación de que el costo de la vida es más alto o más bajo en un país que en otro es particularmente sensible a la hora de viajar por turismo, sin que medie un nuevo trabajo en el país de destino.
Esto es así porque —al igual que pasa con el costo de los bienes o servicios— las remuneraciones de cada país suelen subir o bajar por las mismas condiciones de mercado de este.
Entre esas condiciones que hacen que los precios bajen o suban entre países están algunas como los niveles de productividad de sus economías, sus tarifas y aranceles, y la disponibilidad que tengan de materias primas y otros recursos.
Uno de los factores que más se traslada al costo de bienes y servicios son los impuestos establecidos por cada sociedad a la producción. Sobre este factor, también existen estudios que permiten hacer comparaciones entre países.
Datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), por ejemplo, evidencian que en Costa Rica la recaudación de impuestos y cargas sociales era de un 24,2% del PIB hasta 2021.
Esa cifra se ubica por debajo del promedio de los países que componen esa entidad internacional (34,1% del PIB) y es mucho menor que en algunas jurisdicciones como Italia (43,3%), Francia (45,1%), Alemania (39,5%) o España (38,4%).
No obstante, también es superior que en algunas otras naciones miembros del mismo organismo como Chile (22,2%), Irlanda (21,1%), Colombia (19,5%) o México (16,7%).
Saber cuántos impuestos se cobran en un país no solo permite presumir cuán más caro o más barato pueden ser los productos o servicios que se ofrecen en ellos. También es importante para determinar si vale la pena o no establecerse en él como ciudadano permanente y pagar las tarifas. El pago de tributos puede variar considerablemente entre un territorio y otro, y ello también es un gasto que puede ser más o menos significativo para la persona que migra.
Viajar o migrar le permite a cualquier persona ampliar sus conocimientos y acceder a múltiples oportunidades personales y profesionales, pero también implica un cambio rotundo en la forma de medir el valor del dinero para quien se desplaza. Por eso es importante contemplar las variaciones en el costo de vida y evitar con ello las malas sorpresas.