Rusia vive este domingo una jornada de duelo nacional tras la matanza en una sala de conciertos en las afueras de Moscú que dejó más de 130 muertos, en el ataque más mortífero en Europa reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI).
"Todo el país está de luto", afirmó la cadena de televisión pública rusa Rossia 24 al iniciar sus programas.
Rossia 24 difundió imágenes de un inmenso panel digital instalado en un muro de la sala de conciertos atacada donde se ve una vela sobre un fondo negro con la leyenda "Crocus City Hall. 22/03/2024. Estamos de luto...".
Los museos y teatros de Moscú anunciaron que permanecerían cerrados el fin de semana, y los restaurantes de la capital prometieron donar parte de sus beneficios del domingo a los familiares de las víctimas.
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"La gente ya no sonríe, ya no hay alegría", declaró a AFP Valentina Karenina, oriunda de Siberia pero de paso en Moscú.
"Mi hija me llamó para pedirme que no salga" por miedo a un nuevo atentado, contó la mujer de 73 años, que fue a encender una vela a una iglesia cerca de la famosa plaza Roja, hoy cerrada al público.
Rusia señala a Ucrania
Rusia no dio ninguna nueva información sobre el avance de la investigación y sigue sin mencionar la reivindicación del grupo yihadista Estado Islámico (EI) del atentado, en el que al menos 133 personas murieron y 152 fueron heridas.
El balance podría aumentar ya que los rescatistas siguen buscando entre los escombros del edificio.
Cuatro hombres irrumpieron en la noche del viernes en el Crocus City Hall, en el suburbio moscovita de Krasnogorsk, dispararon contra el público e incendiaron parte de la sala.
El sábado, el presidente ruso Vladimir Putin prometió castigar a los responsables del “acto terrorista salvaje” y aseguró que fueron detenidos cuatro hombres que intentaban huir a Ucrania.
Esas cuatro personas, todos "ciudadanos extranjeros", fueron detenidas en la región de Briansk, en la frontera con Ucrania y Bielorrusia, según las autoridades.
El FSB (servicio de seguridad ruso) afirmó que los sospechosos tenían “contactos” en Ucrania, confrontada desde 2022 a una intervención militar rusa, y planeaban huir a este país tras el ataque, pero no ofreció pruebas de este supuesto vínculo ni dio detalles sobre su naturaleza.
Kiev negó cualquier vinculación y el presidente Volodimir Zelenski acusó a Putin de intentar “echar la culpa” a Ucrania de este atentado.
Este ataque es el más sangriento en Rusia desde hace dos décadas y el más letal cometido en Europa por el EI.
El grupo yihadista, que Rusia combate en Siria y es activo también en el Cáucaso ruso, cometió ya atentados en el país desde finales de los años 2010.
”Enemigos de Rusia”
Estados Unidos reveló el sábado que había advertido a Rusia, a inicios de marzo, sobre un posible ataque "terrorista" en un lugar de Moscú con "grandes concentraciones" de gente.
Según el grupo SITE de investigación sobre terrorismo, el EI divulgó en sus redes sociales un video aparentemente realizado por los atacantes en el que aparecen ingresando a la sala de conciertos y disparando a las personas.
En las calles de Moscú, algunos no creen demasiado en la implicación de Ucrania, país atacado por el ejército ruso en febrero de 2022.
"Creo que detrás de este acto terrorista están los islamistas extremistas del EI. Ucrania también comete actos terroristas, pero esto concuerda más con lo que hacen los islamistas", insistió Vomik Aliev, estudiante de medicina de 22 años.
Ruslana Baranovskaia, jurista de 35 años, señaló que "Estados Unidos y Reino Unido habían advertido a sus nacionales" del riesgo de atentado, así que "¿por qué nuestros servicios especiales no sabían nada?"
Sin embargo, para Valeri Chernov, de 52 años, la implicación de Ucrania y Occidente en el atentado es totalmente creíble.
"¿Quién está detrás? Los enemigos de Rusia y de Putin que buscan desestabilizar al poder. Es realmente posible (que) Ucrania y Occidente" hayan utilizado al EI, afirmó.
Otra de las cuestiones pendientes es la nacionalidad de los autores del atentado.
Según medios rusos y el diputado Alexander Jinstein, algunos de los sospechosos son originarios de Tayikistán, una exrepública soviética de Asia central, limítrofe con Afganistán.
El presidente tayiko, Emomali Rahmon, dijo el domingo a Putin que los autores del atentado "no tienen nacionalidad, patria ni religión".