E l crecimiento del Índice de Precios del Consumidor se usa como un indicador general del proceso inflacionario del país, pero pocas veces nos preguntamos sobre el impacto de la inflación en los diferentes segmentos de los hogares costarricenses. Por esta razón en la edición de esta semana en el reportaje de la portada buscamos una respuesta a esta pregunta.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la entidad encargada de medir el Índice de Precios del Consumidor (IPC), lo mide en forma general y hace una estimación del índice por estratos de ingreso: hogares de ingresos bajos (los tres deciles de menores ingresos), de ingresos medios (del decil cuarto al octavo) y hogares de ingresos altos (deciles noveno y décimo).
En el período de julio del 2006, el mes en que comenzó el actual IPC, hasta mayo del presente año, se observa que el incremento de los precios ha sido más fuerte para los hogares de menor ingreso (71%) en comparación con los hogares de alto ingreso (58%).
La diferencia en la medición del aumento de los precios de bienes y servicios adquiridos por los diferentes estratos sociales obedece fundamentalmente a que precios de la economía crecen a diferentes ritmos y a que los segmentos de ingreso tienen estructuras de consumo muy diferentes.
Por ejemplo, la importancia del gasto en alimentos en los hogares más pobres es cercano a una tercera parte de su gasto total, en contraste con un 11% en los hogares de mayor ingreso. En los hogares más pobres el gasto en alquiler y servicios de la vivienda tiene un peso del 11% y es del 9% en los hogares de ingresos altos.
El INEC en su estudio reconoce explícitamente que las canastas de los diferentes estratos son valoradas a precios promedios. Es decir, el costo de la canasta de los pobres no se mide específicamente con los precios de los establecimientos donde compran los pobres. Esto podría implicar diferencias adicionales que la investigación no logra captar.
A pesar esta limitación, la contribución de esta entidad es muy valiosa para conocer una parte importante de la realidad económica de los hogares.
Es correcto que el Banco Central de Costa Rica en su labor de controlar la inflación siga guiándose por el IPC general, pero en otras materias de política pública debería incorporarse el hecho de que la inflación no es pareja para todos los hogares. En materia de fijación de salarios mínimos de las ocupaciones de los grupos más pobres –por ejemplo, peones agrícolas, peones de construcción o empleadas doméstica– debería usarse el Índice de Precios al Consumidor de los grupos de menor ingreso.
Finalmente, con respecto al Instituto Nacional de Estadística y Censos dos observaciones. Primero, felicitarlo por la iniciativa de desagregar el IPC según estratos de ingreso y por publicar los resultados de esta estadística mensualmente.
Segundo, el INEC está actualmente en la tarea de construir un nuevo IPC. Le recomendamos que avance un paso más: además, de construir el IPC general, construya un IPC para cada estrato de ingreso con su propia canasta valorada con precios que tomen en cuenta los lugares donde cada estrato adquiere sus bienes y servicios.