El 23 de junio se celebró un referéndum en el Reino Unido (UK) que decidió su salida de la Unión Europea (UE), conocida como Brexit. 52% de los votantes favorecieron el Brexit y los mercados financieros reaccionaron de inmediato.
La libra esterlina se desplomó 10% con respecto al dólar a su nivel más bajo en 30 años mientras las bolsas de valores de Asía-Pacífico caían estrepitosamente; lo mismo ocurrió horas después en las bolsas de Europa y EE. UU.
La reacción se justifica, el Brexit implica el cese del flujo libre tanto de bienes y servicios como de personas entre el la quinta economía del mundo y el resto de la UE. Desde el momento en que el UK ejecute el Artículo 50 del Tratado de Lisboa, que regula el procedimiento de salida de la UE, se abre una ventana de dos años para negociar las nuevas relaciones comerciales y migratorias con la UE (con la posibilidad de una prórroga). A estos dos años de barreras al comercio se le deben sumar la pérdida de acuerdos comerciales que actualmente goza el UK por medio de la UE.
LEA TAMBIÉN: El 'brexit' asesta duro golpe a la economía británica
Por otro lado, el flujo libre de personas es clave para el UK e industrias importantes como la bancaría serán afectadas.
Esta se beneficia no solo del flujo libre de servicios financieros sino también de personas. Londres es una capital financiera que demanda talento, que ha escaseado en el UK. Los principales bancos globales han anunciado planes de trasladar miles de empleos de Londres a ciudades como Fráncfort y París.
¿Por qué el Brexit?
Los argumentos a favor del Brexit están relacionados con la soberanía en temas migratorios. Durante el 2015 el UK absorbió más de 330.000 ciudadanos de otros países de la UE. Las preocupaciones se acentúan con la posibilidad, aunque distante, de la incorporación de Turquía como miembro de la UE. Los defensores del Brexit también resaltan la burocracia de la UE y el alto costo de la membresía (£19.000 millardos anuales).
El error de Cameron
El UK se incorporó a la UE en 1973 y desde ese momento se debate sobre el Brexit. En un acto de populismo el primer ministro, David Cameron, estando en contra del Brexit, prometió un referéndum si el partido Conservador (de centro derecha) mantenía el control de la Cámara de los Comunes en las elecciones del 2015.
Esta era su segunda promesa, ya la había hecho en la campaña tras anterior. Pero no tenía mayor presión política para hacerlo ya que el partido Laborista (de centro izquierda), su único oponente material, había descartado el Brexit de su plan de gobierno.
ADEMÁS: Líder del Brexit renuncia a Downing Street tras traición de su lugarteniente
La presión la tenía a lo interno del partido con unas pocas figuras como Boris Johnson (exalcalde de Londres y figura clave a favor del Brexit) presionando por una consulta popular. Se trató de un experimento populista que salió mal y le costó su puesto, que irónicamente podría ser ocupado por Johnson.
Medios internacionales sugieren que los votantes desconocían las consecuencias del Brexit, resaltando el surgimiento de un movimiento para revertir la decisión. El referéndum no es vinculante pero Cameron ya anunció su renuncia y otro primer ministro a favor del Brexit ejecutará la decisión del pueblo.
Se vienen tiempos difíciles y más aún con Escocia, y su petróleo, amenazando nuevamente dejar el UK para seguir siendo parte de la UE.
*El autor es Vicepresidente Asociado - Copal Amba (una subsidiaria de Moody’s).