Las pymes del país le dan mucha importancia a que sus productos se elaboren de la mejor calidad posible; están conscientes de que este es un factor que puede incidir en su nivel de éxito o fracaso ante los consumidores.
Si bien esto es positivo, colocan en un nivel inferior lo referente a la logística empresarial. Por ejemplo, un 80% no capacita a sus empleados en esta área y un 50% ni siquiera maneja el término “cadena de suministro” de acuerdo con datos de la asociación GS Uno Costa Rica.
La logística -pensada integralmente- debe entenderse no solo como el transporte de los productos, sino que tiene que ver con todo aquello que debe hacerse previamente para garantizar que el bien o servicio llegue de la mejor manera a las manos del consumidor: a un buen precio y que la empresa gane.
Según Guillermo Varela, director ejecutivo de GS Uno, la logística abarca tener un conocimiento claro de cuántos productos se deben producir para cumplir con la demanda, pensar en el empaque del producto, en la etiqueta, en el manejo del inventario y, por supuesto, en cómo se transportará.
El realizar esto de manera ordenada, con planificación y con el apoyo de herramientas tecnológicas, puede ayudar a que la empresa obtenga un mejor nivel de rentabilidad y que, incluso, menos productos sean devueltos por sus clientes (como los supermercados).
En el tema de los empaques, Varela manifiesta que en ocasiones se diseñan para ser atractivos, pero son poco funcionales.
"Si la gente hace un buen empaque, enfocado en aprovechar el 100% o el máximo de porcentaje del espacio útil dentro de la góndola, ya ahí tengo un punto a ganar. Aquel empaque cuadrado, que permite el estibo uno sobre otro, siempre será el mejor", expresa.
Esta información proviene de un estudio realizado en la segunda mitad del 2014 por la empresa Triada Research & Planning para GS Uno.
La investigación constó de dos fases: una cualitativa, en la que se entrevistaron a profundidad a 35 empresas de diversos tamaños (a 5 "súper micro" y microempresas; a 10 pequeñas, medianas y "medianas grandes"; y a 20 grandes, "súper grandes" y detallistas).
La fase cuantitativa consistió en entrevistas telefónicas o presenciales –con un cuestionario estructurado parcialmente precodificado- a 217 empresarios. El nivel de confiabilidad es de un 95%.
Calidad
¿Qué aspectos creen las empresas que son “impulsores del éxito”?
Estas estiman que mantener la calidad de sus productos resulta esencial (principalmente las súper micro y micro). En un segundo lugar ponen una buena coordinación entre las áreas de mercadeo y logística; en un tercer sitio a los tiempos de entrega; seguido de la información correcta y oportuna, mientras que en un quinto lugar colocan al orden en los procesos y su debido cumplimiento.
Los negocios que se encuentran en las categorías súper micro a medianas juzgan que los “elementos que se consideran clave en el éxito del negocio” son: el enfoque al cliente; de nuevo la calidad de los productos, la distribución de los productos y, ponen en un quinto lugar, al cumplimiento de tiempos de entrega.
Por su parte, las empresas que se hallan entre las categorías súper grandes y retails (detallistas) estiman que la planificación y la distribución son los elementos más determinantes para lograr el éxito.
Aquellas empresas que se dedican a elaborar productos, sin importar su tamaño, valoran que el área más relevante es la producción y se enfocan en mantener la calidad.
Entre tanto, las empresas de distribución de productos y retails juzgan que el ámbito comercial y de operaciones son los más importantes.
Aunque la calidad es un tema recurrente en las respuestas de las empresas, de las abordadas, muy pocas cuentan con certificaciones que demuestren esa calidad de sus procesos.
La minoría tiene la certificación ISO 9.000 o 9.001, mientras que otras dijeron estar en proceso de certificarse, señala el estudio.
¿Y la logística?
¿De qué forma manejan las empresas el abastecimiento de sus productos?
En el caso de las categorías súper micro a medianas, lo hacen empíricamente, según su experiencia y usan herramientas básicas. Incluso es curioso que una empresa menciona en la entrevista que no cuenta con un modelo, sino que trabaja “al ojo”.
El panorama cambia para las empresas más grandes, que sí usan modelos más elaborados para determinar cuáles son sus “proyecciones de demanda, producción e inventarios”.
Un 50% de las empresas (especialmente las más pequeñas) ignoran el término “cadena de suministro”. Este concepto se refiere, a grandes rasgos, a todos los actores que intervienen desde la producción del bien hasta que este llega consumidor final.
La gestión de la cadena de suministro es la coordinación estratégica de todos esos actores con el fin de ofrecerle el mejor producto o servicio al consumidor, es decir, garantizar la eficiencia.
A pesar del desconocimiento en las pymes, las empresas grandes utilizan este enfoque en su gestión.
Por otro lado, ante la consulta de si “¿hay en la empresa un proceso de logística de la operación?”, un 67% de los encuestados dijo que sí, mientras que un 32% dijo que no.
El uso de estos procesos es mayor en las empresas más grandes.
Por ejemplo, el porcentaje de las que sí cuentan con uno en las empresas grandes y detallistas es de un 80% (un 19% no lo tiene); frente a un 69% en las empresas pequeñas a medianas (un 31% no lo tiene); y un 57% en las micro empresas (un 42% no lo posee).
Pero, aunque se cuenta con estos procesos de logística, en algunos casos el grado de avance no es total.
Por ejemplo, en las empresas grandes está implementado en un 61% y parcialmente implementado en un 38%; en las pequeñas a medianas está en marcha en un 55% y parcialmente implementado en un 45%. Entre tanto, en las microempresas, la implementación baja a un 40%, con un 59% en el que se halla parcialmente implementado.
El estudio advierte que ese proceso de logística es “reactivo al mercado, ya que la operación se inicia como respuesta a requerimientos o necesidades de los clientes”.
Otra pregunta que se planteó fue: “¿recibe el personal de la empresa capacitación periódica en temas de cadenas de abastecimiento o procesos de logística?”.
Un 80% de las empresas dijo que no, frente a un 20% que aseguró que sí.