
Luego de trabajar en hospitales públicos y privados, la enfermera Maritza Chaves Cruz decidió crear su empresa Enfermería en Alerta, que se dedica al cuido de personas enfermas y de adultos mayores a domicilio.
Además, imparte cursos para quienes deseen asistir a algún paciente.
Maritza recuerda que desde pequeña quiso ser enfermera y hasta formaba parte de la llamada “cruz roja” de su escuela, de modo que si algún niño sufría un accidente leve ella acudía con su gorrita de ‘cruzrojista’ a curarlo.
Curiosamente, ella vino a este mundo el 12 de mayo, Día Internacional de la Enfermería, por lo que su madre siempre le ha dicho que “nació predeterminada”.
Mientras era estudiante de enfermería en la Universidad de Costa Rica, trabajaba como recepcionista los fines de semana en la Clínica Bíblica, lo cual le ayudó a costear sus estudios y a respaldar económicamente a su familia, junto con la beca universitaria que recibía.
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Una vez que se graduó, la emplearon en el Hospital San Juan de Dios, sitio en el que trabajó alrededor de 15 años.
Posteriormente, se fue a trabajar en un proyecto de investigación del doctor Daniel Pizarro en el Hospital de Niños, en el que se utilizaba el agua de coco para hidratar a los niños que sufrían diarreas.

Su empresa
Años después, tras renunciar a la Caja para cuidar a su hijo, quien estaba enfermo, Maritza regresó a laborar a la Clínica Bíblica.
Luego de estar un tiempo allí, empezó a valorar independizarse, pues tenía deseos de erigir su propia empresa.
Junto con otras enfermeras amigas estableció Enfermería en Alerta. Sin embargo, estas emprendieron otros proyectos y Maritza quedó a cargo del negocio.
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La emprendedora recuerda que sus primeros pacientes fueron dos señores que sufrieron una fractura de cadera y otros dos que se estaban recuperando de una cirugía.
El día en que la llamaron para decirle que requerían los servicios de su pyme tuvo que ‘correr’ para conseguir gente que los cuidara y allí vio la necesidad de capacitar más a su propio personal, por lo que a los días creó un curso de asistente de paciente.
El curso luego se convirtió en una capacitación abierta al público.
A medida que pasaban los meses, otros doctores recomendaban sus servicios y así su empresa fue creciendo.
Hoy en su pyme colaboraban también sus hijos y hay alrededor de 15 colaboradores, quienes trabajan por servicios profesionales, aunque hay épocas en las que estos son mayores.
Actualmente se ofrecen servicios como cuido domiciliar, especialmente de adultos mayores.
Asimismo, se realizan capacitaciones en diferentes partes del país para los interesados en cuidar a personas enfermas o que requieren asistencia y dan cursos de primeros auxilios.

La empresa igualmente brinda sus servicios de enfermería a empresas que requieren de enfermeros.
Maritza asegura que cuando alguien decide convertirse en empresario se encontrará con una parte “muy linda”, que es alcanzar su sueño e independizarse.
A la vez, hay una parte “durísima”, que implica mantener el emprendimiento a flote, por lo que se requiere “ser fuerte, constante y tener mucha fe”, advirtió la emprendedora de 59 años.