Muchos líderes de organizaciones tratan de proyectar seriedad y reconocimiento haciendo énfasis en sus fortalezas, sus competencias o conocimiento.
Sin embargo, un estudio liderado por Amy Cuddy, profesora de administración de negocios en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, demuestra que esta no es la mejor manera de posicionarse como líder.
De acuerdo con su investigación, los líderes que pretenden proyectar fortaleza antes de establecer confianza con su personal corren el riesgo de promover el miedo, la hostilidad, la rebeldía y otros comportamientos disfuncionales.
Según Cuddy y su equipo, el miedo puede entumecer la creatividad y el potencial para resolver problemas en el equipo de trabajo, además que puede terminar por quebrantar el espíritu de unidad.
Para ser un buen líder, el estudio propone enfocarse en la calidez, pues facilita la confianza, la comunicación y la absorción de ideas. A través de pequeñas señales como asentir con la cabeza o sonreír, las personas sienten calidez.
¿Cómo puede proyectar calidez?
En un artículo escrito por la misma investigadora y publicado en la revista especializada en negocios Harvard Business Review, la autora y otros investigadores comparten una serie de recomendaciones para proyectar calidez de una manera efectiva:
El entuasiasmo en exceso puede tornarse falso: Muchas veces los líderes confunden la calidez con el entusiamo, y en exceso, el entusiasmo llega a sonar falso. No se trata de jugar a motivar un equipo de futbol, sino solamente ser cálido. Ocasionalmente puede compartir algunas historias personales (que sean apropiadas y muestren momentos de superación, por ejemplo), hable con un tono calmado y no muy fuerte, pero lo suficientemente directo.
Sonría con sinceridad: La felicidad no es fácil de “simular” y cuando sonríe sin sentirlo, se nota. Trate de encontrar felicidad en donde esté, y pensar en hechos que le produzca sonreír de una manera genuina.
Muestre empatía: Usted podrá tener perspectivas muy diferentes a las de las personas de su equipo; sin embargo, trate de entender a los demás “poniéndose en sus zapatos”. Si quiere que los otros estén de acuerdo con usted, primero usted muéstrese de acuerdo con ellos.