Un grupo de ingenieros de la Universidad de Costa Rica (UCR) desarrolla un proyecto que vinculará al sector bananero y de construcción de carreteras para mejorar la red vial del país.
Ellos quieren dar un nuevo uso a las 110 millones de fundas plásticas que desechan cada año las fincas bananeras: convertirlas en un aditivo para hacer al asfalto más resistente al clima y a las cargas de tránsito.
El asfalto es un material que se revuelve con piedra para formar la capa superior del pavimento; es decir, las capas que se superponen en el suelo natural para formar una carretera. Su función es evitar las filtraciones hacia el interior de la estructura.
La idea es desarrollada por investigadores del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) de la UCR desde hace año y medio.
Para ello, los ingenieros eliminan los residuos de químicos agrícolas de las bolsas y las parten en pedazos pequeños que mezclan con el asfalto en una especie de batidora, a una temperatura de 160 grados centígrados.
El calor hace que el plástico se derrita y transfiera las cualidades elásticas y flexibles al asfalto.
“Se crea como una malla que une la estructura del asfalto, evitando que se produzcan espacios entre el asfalto y la piedra cuando se fusionan en la mezcla asfáltica. Cuando se separa el asfalto de la piedra se producen huecos en las carreteras”, explicó José Pablo Aguiar, quien es parte del grupo de investigadores del Lanamme.
“En la fase de laboratorio vimos que el asfalto aumenta su resistencia sin que se deforme o agriete ”, dijo Aguiar.
De esta manera, las pruebas realizadas mostraron que la deformación permanente de asfalto, con las propiedades del plástico, se redujo en un 50% cuando se aplicaban cargas que simulaban el nivel de tránsito estándar en una carretera.
“Con estas condiciones este bitumen (asfalto) modificado se puede utilizar en aplicaciones como vías de bajos volúmenes de tránsito, lotes de parqueo de vehículos pequeños y ciclorrutas, entre otras”, comentaron los investigadores en el estudio.
Solución ingeniosa a la tica
En el país, unos 5.179,85 kilómetros de carretera están cubiertos con asfalto y piedra, según datos del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) y el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi).
En total, 12,21% de la red vial utiliza mezcla asfaltática para proteger las capas inferiores del pavimento de filtraciones que debilitan la estructura.
Un problema que enfrenta la industria es que la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) produce un solo tipo de asfalto, un derivado del petróleo.
Carlos Solís, gerente técnico de laboratorio de Casisa, explicó que el asfalto (un material viscoso y pegajoso) reacciona ante el clima. “En climas cálidos, el material se vuelve más suave y con frío es más rígido”, dijo.
Estas cualidades hacen que se agriete cuando la capa asfáltica se pone rígida o se formen huecos en caso de comportarse de manera más blanda.
Estudios del Lanamme muestran que la red vial se deteriora de manera prematura en el país.
“Un pavimento nuevo puede durar 15 años en buen estado. No obstante, hemos notado que se empiezan a presentar daños de manera prematura, en solo tres o cuatro años”, señaló Guillermo Loría, coordinador del Programa de Infraestructura del Transporte del Lanamme.
En el mercado existen aditivos que adecúan el asfalto a las condiciones climáticas. El proyecto de Lanamme sería una solución nacional y ecológica.
En el mundo, otros investigadores han realizado trabajos similares, pero usando bumpers y llantas viejas.
El proyecto del Lanamme daría un nuevo uso al plástico de las bolsas que usan las bananeras para proteger la fruta de los insectos. En la actualidad, el material de las fundas es muy apetecido y genera ingresos a las productores de banano.
El plástico es adquirido por recicladoras y sirve para hacer desde baldosas hasta esquineros que mantiene en su lugar las cajas de banano en las paletas.
Nueva fase
La investigación del Lanname ya tiene aval científico. El documento fue publicado en el congreso Eurasphalt y Eurobitume, que reúne a los investigadores en pavimento del mundo. También ha sido presentado en congresos en Colombia y Chile.
Pablo Aguiar dijo que el siguiente paso es desarrollar una prueba piloto en una porción de carretera. Los investigadores también estarían utilizando el nuevo Laboratorio de Pavimentos (PaveLab), que abrirá en noviembre, para hacer pruebas a escala.