Berlín - Los dispositivos resistentes al agua se dan un baño en el salón IFA de Berlín, donde hay para todos los gustos, desde smartphones que sobreviven a una caída en la piscina, radios que te siguen en la ducha o auriculares insensibles al sudor del jogging.
El último teléfono inteligente de Sony resiste al agua "naturalmente", presumía el grupo japonés el jueves, al presentarlo detrás de una cortina con gotitas. Otro tanto ocurre con el nuevo smartwatch de Samsung, el Gear S3, revelado el miércoles.
El iPhone 7, que saldrá a la luz el miércoles en San Francisco, podría incluir esta tecnología.
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"El smartphone es ahora omnipresente y se usa continuamente, entonces pueden ocurrir muchas cosas. Por eso es cada vez más importante que sea impermeable", explicó Timm Lutter, de la federación alemana de high-tech Bitkom.
Para Guillaume Berlemont, director marketing de productos móviles en Samsung en Francia, esto demuestra que un objeto cotidiano "además de bello debe ser práctico" y debe resistir a la vida diaria.
Sony reivindica haber dado los primeros pasos en materia de smartphones waterproof. Se remonta al Xperia Z, de hace unos tres años.
"Es una demanda de los consumidores, un argumento de venta, una diferencia", según el director general de Sony Mobile Francia, Jean-Raoul de Gélis.
El fabricante reserva, no obstante, esta particularidad para la alta gama. "Hay que trabajar en la impermeabilización de cada angulosidad del producto, de la pantalla, de todos los conectores y, por fuerza, técnicamente son productos mucho más complejos", precisa De Gélis.
En el universo de la electrónica para el público en general, los fabricantes de smartphones y de relojes conectados no son los únicos que prometen productos capaces de seguir al usuario en todas sus actividades.
Los precursores han sido los aparatos para los deportistas, ya sean auriculares, reproductores MP3 o cámaras todoterreno GoPro.
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En JVCKenwood, además de una gama de pequeños auriculares para deportistas, también hay videocámaras Everio resistentes al agua, hasta cinco metros de profundidad, al polvo y a las temperaturas bajo cero.
"Es un producto familiar, tiene que funcionar todo el tiempo", explica Guillaume Briot, responsable marketing de la filial francesa.
En cambio ha decidido no impermeabilizar los auriculares de tipo casco. "No tiene mucho interés porque la fuente (de la música) no es waterproof", argumenta Briot.
Ian Fogg, analista de IHS, dice que la tendencia es aparatos más resistentes al polvo y al agua. "Cada empresa decide si lo destaca en su discurso marketing", advirtió.
Pero impermeabilidad no significa que todo está permitido.
Samsung ha elegido hacer el anuncio de su último Galaxy S7 con un joven enamorado al que, en un descuido, se le cae el teléfono mientras lava la loza. Es una inmersión accidental de unos instantes.
"No dijimos que fuese un aparato acuático", advierte Guillaume Berlemont.
Generalmente, los aparatos presentados como resistentes al agua están dotados de un certificado IP68, es decir de una protección contra una inmersión a más de un metro durante una media hora.
Funcionaría por tanto con lluvia, con salpicaduras y con inmersiones por despiste, pero en ningún caso si se deja el teléfono media jornada en el fondo de la piscina.
"Hay que hacer un gran trabajo de educación con los consumidores. No es fácil", reconoce el responsable de Sony Mobile France.
Vern Smith, director de desarrollo de Monster Products, lanza un pequeño dispositivo negro a un barreño sin persárselo dos veces. Sale a flote, escupe un poco de agua por los altavoces y el sonido vuelve como si nada.
Para diferenciarse de los demás, el grupo estadounidense lanzó un altavoz flotante. Para poder chapotear con música.