En el año 2012, el ingeniero y emprendedor Peter Diamandis publicó su libro Abundancia , en el cual describe con datos y ejemplos de cómo el mundo está cada vez mejor, visto desde varias dimensiones.
El uso de nuevas tecnologías aplicadas a necesidades reales podría traer aún más beneficios para la humanidad.
Por ejemplo, el grafeno es un material 100 veces más fuerte que el acero y cinco veces más ligero que el aluminio. Se puede usar para confeccionar cables, superbaterías, pantallas e incluso auriculares.
La perovskita es un mineral que resulta en alta eficiencia y costos menores al ser utilizado para fabricar paneles fotovoltaicos.
Además, los nanorrobots, máquinas programadas para cumplir funciones específicas en escala atómica, podrían replicarse por sí solos y construir estructuras más complejas.
Los vehículos autónomos o semiautónomos conseguirían reducir la cantidad de accidentes, ahorrar mucho dinero y tiempo, reducir el tráfico y la cantidad de carreteras, y casi eliminar los estacionamientos y los seguros de automóviles.
Estos ejemplos son solo una muestra de las tecnologías que hoy, en el año 2016, están siendo evaluadas y pronto estarán comercialmente disponibles alrededor del mundo.
Juan Enríquez, un académico e inversionista, que recientemente estuvo de visita en Costa Rica, publicó un libro a principios de los ochenta titulado Mientras el futuro te alcanza .
Hoy, tanto Diamandis como Enríquez coinciden en que hay evidencia de un futuro mejor favorecido por el uso de nuevas tecnologías.
Existe una gran oportunidad para los emprendedores, tecnólogos e inversionistas costarricenses para participar de manera anticipada en la creación de productos y servicios, en lugar de ser simplemente espectadores.
¿Usted, de que lado se encuentra?