¿Vale la pena invertir en bitcóin?

Tengamos presente que bitcóin nace con el objetivo de convertirse en dinero que pueda llegar a sustituir el emitido por los gobiernos y los bancos centrales

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Muchas personas me preguntan si vale la pena invertir en bitcoines. Antes de responder esta pregunta aclaro que nadie posee una bola de cristal para pronosticar el futuro. A lo sumo, la ciencia nos da instrumentos para que nuestro pronóstico tenga un sustento racional. Sin embargo, todo modelo es falible. La precisión de los modelos depende, en última instancia, de los supuestos de este.

El 31 de octubre del 2008, Satoshi Nakamoto publica el documento “Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System” que da origen al criptodinero o criptomonedas. El bitcóin, o cualquier otra criptomoneda es, en esencia, un bit, o sea, no posee forma material.

¿Cómo es que un bit llega a tener valor? En el año 2010 el programador Laszlo Hanyecz compró, con 10.000 bitcoines, dos pizzas de Papa John’s a Jeremy Sturdivant. Esta fue la génesis del valor del bitcóin.

El 1.º de diciembre del 2016 el precio del bitcóin era de $754. Exactamente un año después, el precio del bitcoin superaba por primera los $10.000. El 8 de noviembre del año 2021 su precio superó los $67.500 llegando a ser su precio máximo histórico hasta la fecha. El 11 de junio pasado el precio cerró en $28.380 perdiendo más del 50% de su valor en tan solo seis meses. Claramente el precio del bitcóin fluctúa muchísimo.

¿Vale la pena invertir en bitcoines? Cuando uno invierte en activos puede obtener ganancia de dos maneras. La primera es por el flujo de ingresos originado en intereses, dividendos o ganancias. Si alguien compra un bono, el emisor se compromete a cancelar un monto de intereses a lo largo del plazo de este. Si uno compra una acción, sea de Amazon, por ejemplo, uno espera recibir dividendos mientras uno posea dicha acción. Si uno compra una finca, uno espera que la administración de esta genere ingresos.

La otra manera de obtener un beneficio por la posesión de un activo es por la ganancia de capital que se da cuanto aumenta el precio del activo. Cuando sube el precio de una acción como de Apple o Google es porque existen fundamentos (fundametals) que lo justifican: ya sea el desarrollo de una innovación tecnológica, el aumento de sus ventas, etc.

En el caso del bitcóin, este no genera ingresos ni por intereses, ni dividendos, ni nada. Un bitcóin no es una finca a la cual uno pueda esperar un flujo de ingresos por la operación de esta. Poseer bitcoines no genera ningún ingreso per se. Es como tener dinero guardado debajo del colchón.

Por tanto, la única manera de obtener una ganancia con la inversión en bitcóin es con ganancias de capital. Sin embargo, y esto es el quid para responder a la pregunta si vale la pena invertir en bitcóin, este carece de fundamentos (fundamentals) que justifiquen un aumento de su precio. Como mencioné anteriormente, las variaciones del precio de los activos deben tener un fundamento. Por ejemplo, si un gobierno incurre en endeudamiento y gasto público excesivo es normal que caiga el precio de la emisión de sus bonos. Si una empresa se rezaga con relación a la competencia en innovación tecnológica es muy probable que caiga el precio de sus acciones.

La economía nos enseña que los precios suben cuando hay un exceso de demanda. Por lo tanto, si el precio de bitcóin superó los $67.000 es porque ha experimentado un exceso de demanda. La pregunta es, ¿qué fundamentos justifican este exceso de demanda? Bitcóin no es una empresa como Microsoft cuya demanda por sus acciones puede subir debido a sus ventas brutas o innovación.

Tengamos presente que bitcóin nace con el objetivo de convertirse en dinero que pueda llegar a sustituir el emitido por los gobiernos y los bancos centrales. En este sentido, el único fundamento posible que pudiera justificar el aumento de la demanda por bitcoines es que esté aumentando el uso de este como dinero. Sin embargo, no creo que este sea el caso.

Dudo que la demanda de bitcóin haya estado creciendo como consecuencia de su aceptación como dinero. La razón por la cual el bitcóin no se usa en las transacciones diarias es porque carece de un rasgo esencial del dinero, a saber, garantizar estabilidad en el poder de compra. Es muy difícil que una tienda ofrezca sus productos en una moneda cuyo valor fluctúa todos los días de manera errática. Es muy difícil que un empresario use una moneda con valor inestable para valorar inventarios, programar pagos a futuro como salarios o realizar créditos bancarios.

La economía nos enseña que, si deseamos que el bitcóin, o cualquier otra criptomoneda, se use como medio de pago para cualquier transacción se requiere, sine qua non, que esta posea estabilidad en su poder de compra. En Costa Rica, más del 50% de la riqueza financiera está en dólares, a pesar del esfuerzo del gobierno por desdolarizar la economía. El costarricense se ha volcado voluntariamente al dólar estadounidense debido a la mayor estabilidad del poder de compra que ofrece dicha moneda con relación al colón. La gente se deshace el colón como medio de pago (dinero) por su inestabilidad. De igual manera debe suceder con el bitcóin.

En otras palabras, la gente no va a usar el bitcóin como medio de pago si este posee fluctuaciones fuertes en su precio. Por tanto, el aumento de la demanda del bitcoin no se debe a su mayor aceptación como dinero.

Si el aumento de la demanda de bitcóin, y por tanto de su precio, carece de fundamentos, ¿entonces cuál la causa de dicho aumento? Lamentablemente la única explicación es que dicho aumento obedezca a un efecto “ponzi” o piramidal. Es decir, el precio ha estado subiendo simplemente porque la gente cree que va a subir, pero sin tener ningún fundamento. Esto no es sostenible en el tiempo.

En el año 2000 el Nasdaq sufrió una fuerte corrección. El 10 de marzo del 2000 el índice llegó a 5.048 y para el 10 de septiembre del 2001, previo al acto terrorista contra las Torres Gemelas, el índice había caído a 1.695.

A finales de la década de 1990, la gente estuvo comprando y demandando las acciones de empresas tecnológicas que componen el Nasdaq y esto hizo que el índice subiera. El Nasdaq subía a pesar de que las empresas no mostraban ninguna innovación tecnológica. Incluso muchas mostraban pérdidas significativas a lo largo de varios años en sus estados financieros. Sin embargo, la gente compraba dichas acciones porque creía, sin fundamento alguno, que estas empresas eran el futuro. Esto no era sostenible en el largo plazo y el mercado hizo una corrección en el año 2000 y 2001.

La historia del Nasdaq nos enseña que un precio puede subir sin fundamento alguno en el corto plazo. Sin embargo, en el largo plazo la corrección es inevitable. Siguiendo mi análisis, la caída del precio del bitcoin de $67.000 a $28.000 en tan solo 6 meses obedece a esta corrección.