Canciller Manuel González: "El derecho internacional es nuestra primera línea de defensa"

Ministro de Relaciones Exteriores afirma que las sentencias de la Corte de La Haya son "históricas" para Costa Rica

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En casi ocho años de disputas legales, la Corte de La Haya ha resuelto cinco denuncias con sentencias favorables para Costa Rica por acciones de Nicaragua que lesionaron la soberanía nacional.

Las más recientes se dieron a conocer el viernes 2 de febrero cuando la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya ordenó a Nicaragua pagar $379.000 a Costa Rica por los daños ocasionados en el territorio de Isla Portillos y redefinió los límites terrestres y marítimos entre ambos países.

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Manuel González, ministro de Relaciones Exteriores y Culto de Costa Rica, considera esas resoluciones de la CIJ como "históricas". Una victoria que se obtuvo gracias al derecho internacional.

“Nosotros hemos tenido que ir a la Corte Internacional de Justicia, reaccionando a acciones de Nicaragua y ¿por qué? Porque el derecho internacional es la única herramienta de defensa que tiene una democracia desarmada como la nuestra. De ahí la importancia del derecho internacional, del fortalecimiento de estas cortes internacionales y también del multilateralismo para Costa Rica”, aseveró el Canciller.

Las sentencias de la Corte Internacional de Justicia que -en teoría- pondrían fin a la pugna limítrofe entre Costa Rica y Nicaragua, llegaron apenas dos días antes de las votaciones del 4 de febrero, en la que Carlos Alvarado, del oficialista Partido Acción Ciudadana (PAC) y Fabricio Alvarado, del Partido Restauración Nacional (PRN), avanzaron a la segunda ronda.

Con el primer lugar obtenido por Fabricio Alvarado, se levantaron las voces de preocupación por su propuesta de "sacar al país" de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), máximo órgano judicial de la Organización de Estados Americanos (OEA).

La única arma

El diputado de Restauración Nacional, logró ganar en primera ronda, justamente por su oposición a la opinión consultiva emitida por la Corte IDH que obliga al Estado costarricense a garantizar el matrimonio entre personas del mismo sexo.

El aspirante presidencial fustigó el accionar de esa corte y aseveró que su resolución sobre el matrimonio gay "violenta la soberanía del país".

La Corte IDH se originó en 1969, tras la firma del Pacto de San José en el cual los países miembros de la OEA redactaron la Convención Americana de Derechos Humanos, que fue ratificada por 25 naciones y dejó a Costa Rica como sede de ese órgano internacional.

En entrevista con EF el pasado jueves 8 de febrero, el canciller Manuel González evitó referirse a las intenciones de Fabricio Alvarado de sacar a Costa Rica de la Corte IDH porque tiene prohibición de hablar sobre temas políticos por ser funcionario público.

Eso sí, el Canciller reafirmó la importancia del derecho internacional como instrumento de defensa de una democracia desarmada como Costa Rica.

Las reflexiones de González se dieron a la luz de las sentencias de la Corte de La Haya por los casos entre Costa Rica y Nicaragua.

"El derecho internacional es nuestra primera línea de defensa, no tenemos otra, somos una democracia desarmada que respeta los tratados internacionales que se ha sometido voluntariamente a la jurisdicción de cortes internacionales, entre ellas la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la Corte Internacional de Justicia, la Corte Penal Internacional, por mencionar algunas de gran relevancia e importancia”, precisó el Ministro de Relaciones Exteriores.

¿Qué hubiera pasado si las sentencias del viernes 2 de febrero hubieran favorecido a Nicaragua? El Canciller costarricense fue enfático: "Igual las hubiéramos tenido que respetar. Uno aquí no escoge sí cuando le conviene y no cuando no le gusta, si esa es la jurisdicción que hemos aceptado, entonces debemos aceptarlo porque es nuestra primera línea de defensa".

Para el ministro González, es obvio que en la resolución de sentencias se cometan "errores", ya que los jueces internacionales son seres humanos que tienen "prejuicios, subjetividades, preferencias y formas de pensar", pero al final ellos integran cuerpos colegiados de alto nivel a los que Costa Rica se sometió voluntariamente para la resolución de conflictos.

En materia de derechos humanos, el Canciller reconoce que Costa Rica tienen problemas al igual que muchos otros países. "Claro que sí, no hay un solo país en el mundo que sea, como dicen, blanco casto y puro, que sea totalmente cumplidor en materia de derechos humanos al 100%. No lo hay".

"Existen dos diferencias entre Costa Rica y muchos otros países que tienen algunos problemas en materia de derechos humanos. Número uno, reconocemos cuando tenemos un problema, tenemos que empezar por esa humildad; y número dos, hacemos algo por solucionarlo y algo verdadero, no es algo ficticio", indicó el funcionario.

¿Limar asperezas?

Las sentencias de la CIJ por la pugna limítrofe entre Costa Rica y Nicaragua abrieron un espacio para que finalmente ambos países busquen un acercamiento bilateral en medio de una fracturada relación que se relega solamente a los breves contactos que existen en el Sistema de Integración Centroamericana (SICA).

Tras las sentencias del 2 de febrero tanto ambos países emitieron mensajes de triunfo.

Luis Guillermo Solís dijo que la decisión de la Corte de La Haya es "histórica" y el Gobierno se mostró complacido por las sentencias, pese a que solo se le ordenó a Nicaragua pagar $379.000 de los $6,7 millones que exigía Costa Rica.

Mientras que el gobierno de Daniel Ortega tildó de "derrota" para Costa Rica los dos fallos de la CIJ y adujo que Nicaragua ganó 20.000 kilómetros cuadrados que estaban en disputa en el Mar Caribe.

González reconoce que la relación bilateral está desgastada y que en este caso, Costa Rica tuvo que reaccionar ante la Corte de La Haya por acciones de Nicaragua contra la soberanía costarricense.

El futuro sobre una mejor relación es incierto y dependerá de las acciones que tome Nicaragua, entre ellas el pago de la indemnización fijada por la corte internacional de la ONU y el respeto al territorio costarricense.

Las sentencias de la Corte Internacional de Justicia ponen fin un nuevo capítulo de disputas legales entre los países vecinos, pero lejos de abrir canales de diálogo, se cierne una estela de incertidumbre sobre ambas naciones, que se alimenta de sus disímiles posiciones diplomáticas.