La crisis de 2008 detuvo una serie de proyectos inmobiliarios en Jacó que prometían convertir al pueblo costero en una versión mini de Miami en Costa Rica. No obstante, el auge constructivo está volviendo a las costas de Garabito.
Actualmente se levantan en Jacó centro al menos cinco proyectos de vivienda verticales que agrupan siete edificios de hasta 17 pisos. A estos se suman otros inmuebles que se desarrollan en zonas cercanas y una ciudad administrativa que impulsa la municipalidad local.
Esto sucede en uno de los cantones con mayor crecimiento poblacional pero que enfrenta desafíos relacionados a inundaciones y mareas altas.
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Mercado dinámico
Cuatro proyectos en construcción en menos de tres kilómetros lineales. Ese es el paisaje actual del centro de Jacó, que vive la mayor reactivación en construcción desde la crisis de 2008.
Uno de esos complejos residenciales es Selva Coral, desarrollado por Constructora Cubo. Se trata de un condominio de dos edificios de 10 y 11 pisos, de los cuales está en construcción el primero de ellos. A estos se suman 10 casas que ya están finalizadas.
Selva Coral inyectará a Jacó 118 unidades habitacionales una vez terminado. La primera torre ya colocó el 65% y la segunda aún no sale en preventa. Los compradores son en su mayoría extranjeros, según precisó Francisco Hurtado, gerente general de Constructora Cubo.
Los apartamentos en este proyecto arrancan en los $240.000 y los penthouse rondan los $500.000.
A menos de 500 metros de Selva Coral se construye Torres del Mar, un complejo de dos edificios de ocho pisos que contará con 72 apartamentos, desarrollado por Constructora Diasa. Ambas torres estarán terminadas en un año.
La empresa está concluyendo al lado un proyecto hermano: Ciudad del Mar, un condominio horizontal de 160 casas.
En este caso se repite la tendencia del perfil de comprador, pues la mayoría son extranjeros. El promedio de precio de los apartamentos está en $150.000.
“Vimos una ventana de oportunidad cuando empezamos con Ciudad del Mar y no nos dio temor empezar con las torres aunque sabemos que tenemos competencia en el segmento de apartamentos”, comentó José Manuel Agüero, propietario de Diasa.
Pero el área céntrica de Jacó no es el único escenario de grúas de construcción, la fiebre inmobiliaria también ha permeado en otras zonas del cantón de Garabito.
Por ejemplo, Meta Kapitales está construyendo Punta Esmeralda, dentro del complejo Punta Leona. Este es el proyecto más grande de la región en este momento, pues contará con tres edificios de 17 niveles con ocho apartamentos por piso.
Otro proyecto de la misma empresa es Viva Jacó, el cual indica en su sitio web que ya vendió el 100% de los apartamentos, un indicio del dinamismo del mercado inmobiliario en Jacó.
Los desarrolladores consultados enlistan una serie de factores que hacen a Jacó un destino apetecido para construir: la cercanía a San José, la creciente oferta comercial y de servicios, el estilo de vida de playa con posibilidad de practicar surf, el clima y las actividades acuáticas y de montaña. También creen que se está dando un cambio cultural que apuesta por vivir en altura.
Además, al haber sido uno de los primeros polos de desarrollo turístico, posee infraestructura de servicios públicos más disponible que otras zonas.
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El alcalde de Garabito, Tobías Murillo, confirmó que esta es la época de mayor reactivación de la construcción en el cantón, que se coloca como el foco principal para esta industria en la costa puntarenense.
Los datos respaldan esa percepción. La cantidad de metros cuadrados (m²) inscritos para construir ante el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA) llevan una tendencia al alza en Garabito en los últimos cinco años, tanto en el sector residencial como el comercial.
Por su parte, el Centro de Estudios del Negocio Financiero e Inmobiliario (Cenfi) recoge que la cantidad de obras en construcción en Garabito creció 55% entre 2021 y 2022, la mayoría de ellas residenciales.
Murillo adelantó que hay otras inversiones de diversa índole en revisión por la Municipalidad. Entre ellos están una sede de EPA, una planta de asfalto de Meco y un restaurante giratorio en la parte alta de la montaña.
Otro proyecto de gran magnitud está en manos de la Municipalidad. El gobierno local y el grupo empresarial Quebrada Bonita están desarrollando, a través de una alianza público-privada, el Distrito Gubernamental, una mini ciudad que concentrará a las instituciones públicas con proyectos residenciales. La inversión inicial supera los $8 millones.
La propiedad de 300 hectáreas está ubicada a medio camino entre el centro de Jacó y Herradura. Según mencionó Murillo, se trata de un terreno donado por empresarios.
La Municipalidad ha estado donando terrenos a entidades como el Poder Judicial, Fuerza Pública o la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), que construirá una nueva clínica. Una vez finalizado este centro de salud se hará la inauguración de todo el proyecto, dijo el alcalde.
Los empresarios y la Municipalidad confían en que la construcción de hoy incentive más inmuebles mañana. La buena salud de la economía en EE. UU. y Canadá es vital, pues los compradores provienen principalmente de estos países.
La constructora Cubo, por ejemplo, tiene otro terreno de seis hectáreas en Jacó, el cual ya sometieron a permisos para proceder a desarrollar.
“Creemos que Jacó va a ser un polo importante de movimiento tanto para extranjeros como nacionales. En los próximos cinco a diez años va a tener un brinco gigantesco”, pronosticó Hurtado.
Más habitantes
Uno de los resultados que ha tenido la construcción en Garabito en la última década es el crecimiento en la población y la cantidad de viviendas.
Ese cantón tenía en 2011 poco más de 17.000 habitantes, cifra que se acerca ahora a los 27.000, según el censo del 2022.
El aumento en vivienda ha ido en sintonía: pasó de 10.000 en 2011 a sobrepasar las 16.000, una variación del 65%, mayor incluso que la de la población.
Garabito se coloca así como el segundo municipio del país con mayor crecimiento poblacional entre 2011 y 2022, detrás de Talamanca.
Este salto puede deberse al auge de la actividad turística que provoca en algunos visitantes el deseo de establecerse, pero también a la creación de empleos locales que llevan a los nuevos trabajadores a querer vivir más cerca de sus trabajos.
La huella constructiva hacia una ciudad más densificada se observa cuando se compara Jacó en un lapso de casi 10 años.
Retos
Este auge constructivo en Jacó se da mientras la comunidad enfrenta incidentes por lluvias. A inicios de setiembre, una inundación afectó la calle central de Jacó y hasta la ruta 34, conocida como costanera.
El alcalde agregó que la marea alta agudiza las inundaciones, pues satura los ríos y quebardas, pero mencionó que se trata de situaciones de poca duración.
Ante esto, aseguró que la Municipalidad está trabajando en un plan de alcantarillado para evacuar aguas de lluvia.
Además, el cantón se vio empañado tras el derrumbe de cinco casas en Punta Leona en febrero de este año, lo que puso en duda la fiscalización de la construcción en esa zona.
El gobernante local, sin embargo, aseguró que se trataban de casas construidas hace 20 años cuando el control era más débil que el que existe actualmente.