Edgar Ayales, el prominente economista que siempre se preocupó por el déficit fiscal

Fue el bastión para negociar una reforma fiscal en el ocaso del gobierno de Laura Chinchilla, pero nunca se apartó de su máxima preocupación: resolver el problema financiero de Costa Rica

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Ningún periodista se escapó nunca del saludo cordial, el apretón de manos y la sonrisa sempiterna que caracterizaba a Edgar Ayales Esna. Antes de empezar una conferencia de prensa en el sexto piso del Ministerio de Hacienda, hacía su ritual y bordeaba la mesa de reuniones para dar los buenos días.

El economista falleció la noche de este miércoles 25 de abril, pero estuvo internado en el hospital Clínica Bíblica desde el pasado 9 de abril en condición delicada y padecía de leucemia, así lo confirmaron sus hermanos Antonio Ayales y Farid Ayales.

Afable, cálido, apasionado y directo. Sus encuentros con la prensa nunca duraban menos de hora y media, tenía muchas cosas que expresar, siempre preocupado por el principal problema de Costa Rica. Nunca lo dijo, pero era un hecho, el déficit fiscal de seguro le robaba el sueño.

Pudo más la idea de contribuir con el país, de trabajar por una reforma fiscal, de buscar y promover soluciones ante el creciente déficit financiero, que el tentador plan de jubilación que ya había empezado a disfrutar en el 2010, cuando se retiró del Fondo Monetario Internacional (FMI) bajo un mecanismo de pensión adelantada.

Quiso disfrutar de sus nietas. Desde el 2010 se instaló en su ciudad predilecta, Liberia, Guanacaste.

La abrupta salida de Fernando Herrero del Ministerio de Hacienda abrió el espacio para que en mayo del 2012 la entonces presidenta de la República, Laura Chinchilla, juramentara a Edgar Ayales como nuevo jerarca de una de las brasas de los últimos gobiernos.

Antes de asumir como Ministro de Hacienda, el laureado economista había ocupado importantes cargos en diferentes instituciones alrededor del mundo.

Ayales estudió economía en la Universidad de Costa Rica (UCR) y obtuvo su maestría en la Universidad de Kent, en el Reino Unido.

En su hoja de vida destacan cargos como consultor de los bancos centrales de Costa Rica, Angola y Surinam. También fue profesor universitario en la UCR, la Universidad Nacional (UNA) y la Universidad Autónoma de Centroamérica (UACA).

Su recorrido profesional lo llevó a ser director de instituciones como el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Fue asesor del Director Ejecutivo del FMI y se retiró como Director Adjunto del Departamento de Estadística de esa entidad.

Su llegada a la máxima silla del Ministerio de Hacienda en 2012 fue un llamado a liderar un proceso que se venía discutiendo en el país desde hacía dos décadas. La compleja situación financiera de Costa Rica urgía -desde entonces- una reforma fiscal.

El escenario no era favorable. La Sala Constitucional había derribado, por vicios de procedimiento legislativo, en 2012, el Plan de Solidaridad Tributaria que trabajó Fernando Herrero. Ayales tenía que empezar una reforma fiscal de cero.

La encrucijada fiscal

Durante dos años como Ministro de Hacienda, el experimentado economista fue enfático en urgir a todos los sectores del país para gestar una reforma fiscal.

En 2012, cuando Ayales asumió el cargo, el déficit fiscal del gobierno era del 4,3% del Producto Interno Bruto (PIB), una cifra que desde entonces preocupaba sobremanera al jerarca. Para el cierre del 2018, el Banco Central proyecta que el déficit financiero alcanzará el 7,1% de la producción nacional.

Ayales defendió durante su gestión que el desbalance fiscal del país no se resolvería con esfuerzos administrativos para recortar gastos superfluos, ni con mejoras en la recaudación de tributos. Se requería un plan fiscal para generar un 3,5% de la riqueza nacional.

Para lograrlo, el entonces Ministro tuvo más de 50 reuniones con representantes de todos los sectores de la economía de Costa Rica. Fue así como se creó una nueva versión del plan fiscal que sirvió de base para que el gobierno de Luis Guillermo Solís construyera sus propuestas.

El actual proyecto de Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas que se discute en la Asamblea Legislativa -la cuarta versión del paquete tributario durante el mandato de Solís- fue creado con base en el documento que Ayales envió al Congreso antes de finalizar su gestión, en mayo del 2014.

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El avance legislativo de esta reforma fiscal es la conclusión de un ciclo que empezó Ayales con sus vehementes llamados a todos los sectores, pero sobre a todo a los políticos, para que se aprueben nuevos impuestos y recorte al gasto público con el fin de darle oxígeno a las finanzas del Estado.

El despertar político

Ayales pasó casi cuatro años en el exilio político. Después de dejar el cargo de Ministro de Hacienda en 2014, el economista se mantuvo siempre pendiente de la realidad del país. Registraba la evolución de los principales indicadores económicos de Costa Rica en un documento de Excel que guardaba meticulosamente en su computadora.

No regresó a la escena política en un cargo público, pero jamás se alejó de la realidad económica.

En 2017, Antonio Álvarez Desanti, excandidato del Partido Liberación Nacional (PLN), lo invitó a acompañarlo en la fórmula presidencial.

La enfermedad que para entonces ya padecía Ayales, lo hizo dudar al principio, pero finalmente aceptó postularse como candidato a la primera Vicepresidencia de la República en las filas liberacionistas.

El fracaso de Álvarez y del PLN en primera ronda no dejó a Ayales fuera del juego. De nuevo, pudo más su interés por resolver el problema fiscal. Fue así como el exministro se convirtió en asesor económico de Fabricio Alvarado, excandidato presidencial del Partido Restauración Nacional (PRN).

Ayales colaboró con ideas para el plan 2.0 de Alvarado, quien antes del balotaje del 1.° de abril era el ganador de las elecciones presidenciales, según las encuestas.

El economista aceptó dar su asesoría al exaspirante presidencial, pero siempre aclaró que sus colores políticos se mantenían. Era liberacionista y por eso rechazó la posibilidad de ocupar un cargo en el eventual gobierno de Alvarado.

El ajedrez electoral dejó a Ayales fuera por segunda vez en la misma contienda. Carlos Alvarado, del oficialista Partido Acción Ciudadana (PAC), obtuvo una contundente victoria y con ella la ventana política del exministro de Hacienda se cerró definitivamente.

Eso sí, Edgar Ayales le hizo sus observaciones a Carlos Alvarado antes de saber que era él quien iba a ganar los comicios del 2018.

El pasado 15 de febrero, el economista aprovechó una reunión con Alvarado para señalarle que sus propuestas carecían de acciones concretas para recortar el gasto público en los niveles necesarios.

Días más tarde, el 7 de marzo, durante la presentación del equipo de asesores económicos de Fabricio Alvarado, Edgar Ayales explicó que la cercanía del PAC con los sindicatos fue el detonante para que decidiera sumarse al equipo de trabajo de Restauración Nacional.

Pero la función pública era algo que estaba en la familia. Farid Ayales, fue ministro de Trabajo en la administración Figueres Olsen y Antonio Ayales, es director ejecutivo de la Asamblea Legislativa, ambos son hermanos de Edgar.

Es así como Edgar Ayales Esna se convirtió en una de las voces más fuertes de Costa Rica en la lucha por superar la debacle fiscal de los últimos años.

Este economista dio la voz de alerta, una voz creíble y calificada; porque hasta un país necesita que alguien le llame la atención, sobre todo cuando de déficit fiscal se trata.