Estados Unidos se afianza a su nueva ‘normalidad’

Economía sigue ritmo modesto de crecimiento en la producción y una generación de empleo por debajo de las expectativas

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Hasta nuevo aviso, Estados Unidos deberá acostumbrarse a una nueva normalidad: un crecimiento económico que en ocasiones podrá ser ligeramente mayor a lo proyectado, pero que no dejará de calificarse como modesto.

El alto dinamismo que registraba esta economía es, por ahora, un asunto del pasado y, tanto esa nación, como los países con los que mantiene un intercambio comercial, deben adaptarse a esta nueva realidad.

Los analistas coinciden en esta afirmación –un tanto difícil de digerir puesto que desearían ver una recuperación más expedita– que se puede prever gracias al contraste de resultados de algunas de las cifras económicas.

LEA: Crecimiento económico de EE.UU. se mantiene moderado pese a posible aumento de tipos de interés

La realidad de este país se describe entre dos flancos, uno más convulso y otro que, más bien, supera las previsiones. En ambos lado están el empleo, el crecimiento económico, el consumo, las industrias de servicios y manufactura, entre otros.

Los resultados de cada uno de estos indicadores, se unen a una cautela generada por el ambiente electoral, a pocas semanas de que el país elija un nuevo presidente.

Todo este ambiente reta a la Reserva Federal en el manejo de su política monetaria y, específicamente, en el retardado ajuste de las tasas de interés proyectado para este 2016.

LEA: La Reserva Federal de Estados Unidos dejó intacta su tasa de interés de referencia

Estímulos y desalientos

Del lado más inestable, aparece un comedido crecimiento económico que, incluso, ya fue revisado a la baja por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Lo anterior pasa por una contracción de la producción de energía –que aún no reactiva– y llega hasta un sector de manufactura con resultados poco consistentes.

El Producto Interno Bruto (PIB) estadounidense aumentó un 1,2% en el segundo trimestre de 2016 (menos de lo esperado por el mercado) y quedó en 0,8% en el primero.

A inicios de octubre, el FMI publicó las “Perspectivas de la economía mundial” y afirmó que la desaceleración de Estados Unidos es una de las principales razones, junto con el voto en Gran Bretaña a favor del Brexit, para que el crecimiento económico mundial siga “frenado”.

La entidad rebajó su pronóstico de crecimiento para este año de 2,2% a 1,6%, después de “un primer semestre en que la tasa de crecimiento fue decepcionante por la debilidad de la inversión empresarial y la desaceleración del ritmo de acopio de bienes”.

LEA: FMI reduce pronóstico de crecimiento económico de EE. UU.

Por su lado, la manufactura muestra cifras poco consistentes,

El índice del Instituto de la Administración de Suministros (ISM, por sus siglas en inglés) para este sector se ubicó en setiembre en 51,7 puntos, sin un crecimiento importante.

En este indicador, una cifra por debajo de 50 puntos se traduce en una contracción de la actividad económica y la cifra actual no está muy lejos de esto.

Tampoco se puede dejar de lado un factor que ha generado una gran parte de la ralentización económica: la caída los inventarios de las empresas en el segundo trimestre.

Aún es cierto que la inversión de las empresas vive un momento de atonía, pero el más reciente informe reportó mejores cifras.

En agosto, los inventarios mayoristas cayeron 0,2% y los de los fabricantes aumentaron 0,2%.

Además, gracias al dinamismo de la venta de automóviles (1,1%), las ventas minoristas crecieron un 0,6% y se proyecta que esta cifra podría ir en ascenso.

La industria de restaurantes también está tomando fuerza, con un repunte de 0,8%.

Por su parte, el empleo también se puede ubicar en un segmento tibio, ya que muestra cifras alentadoras pero no las mejores. La tasa de desempleo subió y hubo una escasa generación de trabajos.

Se crearon 156.000 puestos en setiembre, cuando la proyección dictaba 20.000 más, y la tasa de desempleo quedó en 5% (fue 4,9% en agosto).

El desempleo aumentó porque hay más personas buscando trabajo, pero la economía no crece lo suficiente y, por lo tanto, no todos encuentran empleo.

Estas noticias no cayeron para nada bien al sector bursátil en su momento.

Empero, en lo que va del año, los índices Dow Jones y Nasdaq muestran una tendencia al alza. Por su lado, el Standard &Poor’s (S&P) ha tenido más vaivenes, pero está mejor posicionado respecto del 2015.

Paralelamente, es posible que las materias primas sigan a la baja, también por el bajo crecimiento mundial.

En la línea de indicadores positivos, está una industria de servicios en expansión. En setiembre, el ISM, que excluye la manufactura, se ubicó en 57,1 puntos.

LEA: Creación de puestos de trabajo en EE. UU. decepciona y desempleo sube levemente En esa acera también están los salarios que mejoran, aun cuando el mercado laboral tiene sus altibajos, lo que incentiva el consumo y la confianza de los compradores.

Precisamente, la confianza está ubicada muy cerca respecto de hace un año, pero la subida que tuvo en setiembre dio un aliento a un país cuyo motor económico continúa siendo el consumo –captura dos tercios de la actividad económica–.

Aun así, volvió a caer en octubre, según la primera estimación publicada por la Universidad de Míchigan, el pasado viernes.

Se ubicó en 87,9, tras un descenso de 3,3 puntos en relación con setiembre y en contra del alza estimada de 0,2 puntos.

Mientras, y aun cuando se esperaba una contracción del nicho residencial en julio, la venta de viviendas nuevas alcanzó su nivel más alto en casi nueve años.

El registro de ese mes mostró un total de 654.000 operaciones, en términos anualizados. La noticia sorprendió al mercado, que esperaba un retroceso de al menos 580.000 operaciones.

Por ahora, aunque la economía sigue mostrando un crecimiento mesurado, los ojos están puestos en la próxima reunión de la Fed entre el 1 y 2 de noviembre próximo y en quién dirigirá la nación, una semana después.