Washington. La Reserva Federal (Fed) Estados Unidos permanecía dividida sobre los riesgos de inflación y algunos miembros consideran que se puede ser paciente antes de subir nuevo las tasas de interés, según actas de la entidad divulgadas este miércoles 16 de agosto.
Analistas y el mercado esperan que la Fed aumente este año por tercera vez las tasas, pero las actas de la reunión de política monetaria del 25 y 26 de julio muestran que los miembros de la entidad permanecen preocupados por la débil inflación, a pesar de un desempleo que está en niveles históricamente bajos.
Las minutas de la reunión también indicaron que la Fed podría anunciar "relativamente pronto" el comienzo de la reducción de los cuantiosos activos comprados desde la crisis de 2008-2009 para sostener la economía.
En medio de una sostenida creación de empleos y con una declinante tasa de desocupación, varios miembros siguen desestimando las débiles presiones sobre los precios. Las atribuyen a factores considerados transitorios como el abaratamiento de medicinas y de planes de telefonía móvil.
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Pero, luego de subir las tasas dos veces en lo que va del año, los miembros de la Fed se ven obligados a explicar la debilidad de la inflación que actualmente está por debajo del 2% anual esperado por la entidad.
Las minutas mostraron que los integrantes están divididos sobre la inflación y que muchos creen que la actual era de baja inflación podría extenderse bastante más.
Quienes destacan la poca presión inflacionaria, sostuvieron que la Fed debería "ser paciente" a la hora de volver a subir las tasas; al menos hasta que nuevos datos muestren que "dejan de persistir" las señales de baja inflación.
Pero otros participantes temen que las persistentemente bajas tasas de interés generen inestabilidad y riesgos en los mercados financieros.
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Los integrantes de la Fed, en términos generales, creen que la inflación permanecerá baja en la segunda mitad del año. Muchos dijeron esperar que suba y se estabilice en los próximos dos años, dicen las minutas.
El documento confirmó la expectativa de que lo antes posible comenzará a desprenderse de sus activos por $4,5 billones.
La Fed compró enormes cantidades de bonos para sostener los mercados financieros durante la crisis de 2008; lo cual, en los hechos, tuvo efectos similares a los de una reducción de las tasas de interés. En los últimos meses, la Fed ha estado discutiendo planes para reducir gradualmente esos activos sin perjudicar a los mercados financieros.
Dado que la mayoría de los miembros de la Fed creen que la economía de Estados Unidos seguirá en la senda de la recuperación y el crecimiento "sería apropiado dar la señal" de que el programa de reducción de activos "probablemente comenzará relativamente pronto", ha dicho la entidad.