Los combustibles suben con fuerza, pero precios reales siguen por debajo del máximo histórico alcanzado en el 2008

Costa Rica enfrentó mayores precios de sus combustibles en 2008, 2011, 2012, 2013 y 2014, por diversos conflictos que involucraron a países de Medio Oriente

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El precio de los combustibles en Costa Rica muestra una tendencia alcista desde finales de 2020 y actualmente enfrenta presiones todavía mayores por el conflicto bélico en Ucrania. Sin embargo, todavía no llegan a los niveles mostrados en las crisis que sacudieron los precios del petróleo en 2008 y el período 2011-2014, por diversas tensiones que involucraron a países de Medio Oriente.

El nuevo crecimiento de los precios refleja principalmente dos factores: el efecto en la demanda de petróleo que ha tenido la reapertura económica permitida por la evolución de la pandemia de la COVID-19; así como, más recientemente, la incertidumbre de los mercados por las tensiones geopolíticas desatadas con la invasión de Rusia en territorio ucraniano.

La mayor crisis en el precio del petróleo a nivel internacional ocurrió en 2008, por tensiones geopolíticas en Oriente Medio y por una compleja relación de oferta y demanda, que se tradujo en precios del crudo de casi $150 por barril.

El precio de la gasolina súper alcanzó en agosto de ese año en Costa Rica los ¢737 por litro, una cifra que traída a valor presente por inflación corresponde a ¢1.118. Ese número es el máximo histórico y sigue muy por encima de los ¢822 que se cobran actualmente.

No obstante, la subida sí es realmente fuerte para los precios de los combustibles en Costa Rica en los últimos meses. A fin de cuentas, la caída en la movilidad de las personas por la pandemia hundió los precios del crudo en 2020 y los aumentos registrados desde finales de ese mismo año han sido la constante.

Pero la mayor incertidumbre la generan las tensiones geopolíticas que hoy tienen como protagonista y bajo un bloqueo casi absoluto a Rusia: el tercer principal productor de petróleo en el planeta. La incertidumbre que genera ese conflicto ya llevó los precios internacionales del barril de petróleo por encima de los $100, como solo había pasado en los cinco años récord antes mencionados, y todavía es temprano para decir qué tanto más escalará la guerra en Ucrania, cuánto más impactará al mercado energético y por cuánto tiempo.

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Precios más altos

Costa Rica registró mayores precios de sus tres principales combustibles (gasolina súper, gasolina regular y diésel) en 2008, 2011, 2012, 2013 y 2014, si se traen a valor presente (de febrero 2022).

Esos fueron precisamente los únicos años en la historia en que el precio del barril de petróleo había superado los $100 hasta ahora.

En todos esos años ocurrieron conflictos geopolíticos que involucraron a países de Oriente Medio y esto fue lo que impulsó el valor hacia el alza.

En 2008, la crisis la desencadenaron divergencias entre Irán, Nigeria y Pakistán; mientras que en 2011 el principal detonante fueron las revueltas en Egipto. En 2012, por otra parte, incidió con mayor fuerza el embargo petrolero que aplicó Irán a la Unión Europea, después de que se le impusieron sanciones por el presunto quebranto de controles mundiales en materia de desarrollo nuclear.

Luego, la tendencia fue de relativa calma y los precios solo bajaron abruptamente hasta finales de 2014.

Traídos a valor presente, Costa Rica registró máximos en el precio del litro de gasolina súper cuando alcanzó los ¢1.118, ¢965, ¢973, ¢910 y ¢917, respectivamente, en todos esos años.

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Estructura de los precios

El precio de los combustibles en Costa Rica se compone, principalmente, por dos aspectos: el valor internacional de los productos, actualmente al alza por las tensiones en Europa del Este; y el impuesto único a los combustibles, que se actualiza periódicamente a partir de la inflación.

Los costos actuales de los combustibles en el país son de ¢822 para la gasolina súper, ¢804 para la regular y ¢724 para el diésel; para subidas de ¢108, ¢107 y ¢113 en comparación con los montos registrados a finales de diciembre de 2021.

El precio internacional de los combustibles suele representar alrededor de un 50% del costo de las gasolinas y hasta un 60% en el caso del diésel que se vende en el país.

Por otro lado, el impuesto único pesa usualmente entre un 35% y un 40% de la estructura de precios de las gasolinas, y entre un 20% y un 25% en el caso del diésel.

Los otros factores que componen los costos de los combustibles en Costa Rica tienen que ver con cargas y márgenes relacionados con la operación de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), el transporte de las mercancías y las ganancias de las estaciones de servicio.

Para contener al menos una parte del alza de los precios, el Gobierno de Costa Rica presentó, desde el pasado 28 de febrero, un proyecto de ley que pretende congelar los aumentos automáticos del impuesto único a los combustibles por un año.

De ser aprobada, esa medida tendría un efecto apenas paliativo –al contener el crecimiento de una parte de la estructura de los costo– pero no podría frenar por completo el impacto de los valores internacionales del crudo.

El impuesto único a los combustibles, además, va más allá de las gasolinas y el diesel. También impacta otros derivados del petróleo que son importados como el asfalto, la emulsión asfáltica, el búnker, el gas licuado, el diésel pesado, la nafta, el queroseno y el jet fuel A1, entre otros.

De acuerdo con el economista, Jorge Benavides, no hay forma de que el país pueda esquivar esta afectación. “Lamentablemente (...) venimos hablando hace muchos años en que Costa Rica no hizo por dónde ni explotar sus energías ni hacer energías limpias tampoco. Por tanto, en estos momentos, estamos en una crisis de la cual no podemos salir”, comentó.

Otro factor de peso que no puede eludir el país con solo congelar el impuesto a los combustibles es que Recope realiza sus compras en dólares. Esto quiere decir que, si el tipo de cambio continúa al alza, los combustibles que vende sufrirán aumentos por la diferencia cambiaria.

Según los registros del Banco Central de Costa Rica (BCCR), el tipo de cambio de referencia para la venta llegó a ¢656,06 este 10 de marzo, eso es ¢42,88 más que hace un año.

Esta situación es una especie de círculo vicioso, porque el precio del dólar en Costa Rica se ve afectado también por las compras de combustibles que realiza el país, pues si se tiene que destinar más dólares para ese fin, entonces la demanda de la divisa crece, al igual que su valor.

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Precios internacionales

Los precios internacionales del petróleo se encuentran por encima de los $100, ante las tensiones en Europa del Este. Estos son niveles que no se veían desde 2014.

El precio del West Texas Intermediate (WTI), la referencia estadounidense, abrió este 10 de marzo por encima de los $110 por barril; mientras que el Brent, la referencia europea, en los $112. Esas cifras representan incrementos de un 42,3% y de un 46,8%, respectivamente, en la comparación con el último registro de diciembre pasado.

El precio internacional ya venía en aumento desde octubre de 2020, con la reapertura económica en medio de la pandemia; pero se mantenía por el orden de los $90 hasta inicios de febrero.

Rusia es el tercer productor mundial de petróleo, por debajo de Estados Unidos y Arabia Saudita, y cualquier amenaza sobre la continuidad de su suministro en los mercados mundiales implica un efecto de peso dentro de ellos.

El aumento en los precios internacionales del crudo es un factor determinante para Costa Rica: un país que importa la mayoría de sus combustibles de Estados Unidos.

Según los datos del Departamento de Comercio Internacional de Recope, la entidad estatal importó poco menos de 21 millones de barriles de distintos derivados del petróleo para Costa Rica en 2021, por unos $1.600 millones aproximadamente.

De ellos, poco menos de 20 millones de barriles ingresaron desde territorio estadounidense. El resto de productos provino principalmente de Bélgica y de Países Bajos.

¿Hasta cuándo?

El mercado de los combustibles está actualmente tan lleno de incertidumbre como el propio conflicto bélico en Ucrania. Sin embargo, es posible decir que los aumentos registrados hasta el momento no se han terminado de reflejar en la estructura de precios de los combustibles en Costa Rica.

Es muy probable que ocurran nuevos ajustes al alza en las próximas semanas.

“(El aumento en los precios de los combustibles) es un hecho (...) La gasolina va a subir y no hay forma alguna que nosotros nos podamos salvar de un aumento e incluso un aumento continuo en los próximos dos meses”, dijo el analista financiero, Daniel Suchar.

Por el momento, parece casi imposible determinar hasta qué punto puede llegar el precio de los combustibles y mucho dependerá de qué decisiones se toman en medio de las tensiones diplomáticas, y si afectan más a este mercado o no lo hacen.

La volatilidad es tal que el precio del WTI llegó a alcanzar los $123,7 y el Brent los $128, al cierre de este 8 de marzo.

La subida a esos máximos de los últimos diez años coincidió con el anuncio del presidente estadounidense Joe Biden, ese mismo día, de la prohibición de su país a la importación de petróleo y gas ruso como medida de presión.

Estados Unidos importa crudo de Rusia. En total, medios internacionales publican que abastece un 8% de sus necesidades con producto de ese país, por lo que cerrar ese mercado implicará una reestructuración importante, mas no trascendental.

En un movimiento sorpresivo, funcionarios del gobierno de Estados Unidos se reunieron incluso con el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, en una conversación en que se abordaron temas de “seguridad energética”, según indicó la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.

Ni la parte venezolana, ni la parte estadounidense –que habían roto relaciones desde 2019 tras el repudiado proceso electoral de ese año– han dado mayores detalles del encuentro. Sin embargo, medios internacionales han especulado sobre la posibilidad de que se plantee una reducción de sanciones internacionales a Venezuela a cambio de beneficios relacionados con su producción petrolera.

Este es un movimiento que tendría pequeñas implicaciones de abastecimiento para Estados Unidos en el corto plazo, pero con mayores repercusiones políticas, al considerarse Venezuela un aliado ruso.

Por su parte, Reino Unido también dijo que cerrará las puertas al petróleo ruso y sus derivados, de manera “gradual”, hasta finales de 2022.

La subida por encima de los $120 en el precio de los principales indicadores de petróleo, sin embargo, duró poco. Solo horas después cayeron en dos dígitos, producto de diversos factores.

Entre ellos, la agencia de noticias francesa AFP mencionó que pudieron haber tenido algún efecto las declaraciones ucranianas sobre la posibilidad de una salida diplomática para la guerra; así como la muestra de apertura por parte de los Emiratos Árabes Unidos para gestionar e impulsar “un alza en la producción” de petróleo en el seno de la OPEP: el grupo de países productores de hasta un 60% del mercado internacional, que hasta ahora se ha mostrado reacio.

Expertos citados en diversos medios de comunicación también señalaron que los altos precios internacionales pudieron deberse a presiones artificiales, por especulación, que poco a poco cedieron.

Efecto inflacionario

La inflación de Costa Rica alcanzó una variación interanual (de marzo de 2021 a de febrero 2022) de 4,90%. De acuerdo con Nelson Castillo, coordinador de la Unidad de Índices de Precios del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), los bienes que más subieron de precio y que más contribuyeron al alza del IPC fueron la gasolina, los boletos aéreos, el café, el diésel y el tomate.

Los combustibles son una de las materias primas que mueven la economía de Costa Rica y el mundo, y el incremento de sus precios afecta tanto a los sectores productivos como a los consumidores finales de estos, por medio de un aumento en los costos de producción.

Esto se suma al hecho de que la inflación ya venía al alza desde antes del estallido de la guerra en Ucrania. Los shocks de oferta y demanda provocados por la reapertura económica pospandemia, la escasez de algunas materias primas y la subida en los costos del transporte internacional, entre otros factores, movían los precios a niveles más altos de lo habitual en la mayoría de países del mundo.

La inflación de Estados Unidos ya registraba números récord y siguió su senda al alza en febrero. En ese mes, el indicador alcanzó un crecimiento interanual de 7,9%, según el índice de precios al consumidor del Departamento de Trabajo: un máximo en 40 años. Los precios de la gasolina explicaron casi un tercio de este incremento, con un aumento de 6,6% con respecto a enero.

La inflación es una preocupación latente y el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, expuso su perspectiva para Centroamérica y República Dominicana el 8 de marzo pasado.

“Ojalá que sea solamente a corto y mediano plazo, pero yo pienso que este año entero va a estar lleno de estas presiones”, afirmó en un conversatorio con medios de comunicación de Centroamérica y República Dominicana.

Según Claver-Carone una mayor inflación en la región podría animar a los gobiernos a tener que subvencionar los precios de los combustibles o de los alimentos, lo que también crea presiones a las cuentas fiscales. “Entonces tenemos que ayudar a crear colchones en ese sentido”.

La atención de la inflación, ahora impactada con mayor fuerza por el aumento en los precios del petróleo, es un dolor de cabeza para los bancos centrales del mundo. La Reserva Federal estadounidense (Fed) ya anunció que subirá sus tasas de interés para intentar poner algún freno.

Sin embargo, en palabras de Jerome Powell, presidente de ese organismo, el impacto real que tendrá el conflicto en Ucrania sobre la economía y la escalada en los precios es todavía “muy incierto”.