Carlos Ghosn, expresidente de Nissan, enfrenta orden de arresto internacional

El exejecutivo franco-líbano-brasileño es acusado de realizar ‘malas prácticas financieras’

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La justicia francesa emitió una orden de arresto internacional contra Carlos Ghosn, antiguo presidente ejecutivo de Nissan, en el marco de un investigación por abuso de bienes sociales y ocultamiento de millones de dólares en remuneraciones no declaradas, informó el viernes 22 de abril la fiscalía, contactada por AFP.

El exejecutivo franco-líbano-brasileño vive en Beirut tras fugarse de forma espectacular de Japón a finales de 2019. Otro antiguo ejecutivo de la empresa automovilística, Greg Kelly, fue condenado el jueves 21 por complicidad en los actos que se le atribuyen a Ghosn.

Si la orden de arresto es ejecutada, Ghosn será presentado directamente ante un juez de instrucción en Nanterre, en las cercanías de París, quien lo notificara sobre la investigación en su contra.

La justicia francesa indaga sobre pagos de casi 15 millones de euros ($16,3 millones) considerados sospechosos entre la alianza Renault-Nissan y el distribuidor del constructor automóvil francés en Omán, Suhail Bahwan Automobiles (SBA).

El juez de instrucción de Nantere emitió cinco órdenes de arresto internacionales, que además de Ghosn apuntan hacia los "propietarios actuales o los exejecutivos de la empresa SBA de Omán".

"Esta orden es muy sorprendente porque el juez de instrucción y el fiscal de Nanterre saben perfectamente que Carlos Ghosn, quien siempre cooperó con la justicia, tiene una prohibición judicial de abandonar el territorio libanés", afirmó Jean Tamalet, uno de los abogados del expresidente de Nissan que trabaja para la firma King and Spalding.

En el marco de la investigación, los magistrados de Nanterre se desplazaron dos veces a Beirut.

Colaborador condenado

El exdirectivo de Nissan Greg Kelly recibió el jueves 21 de abril una condena de seis meses de cárcel en suspenso por parte de un tribunal de Tokio por haber ayudado a esconder la fortuna del antiguo presidente ejecutivo caído en desgracia, Carlos Ghosn.

El estadounidense de 65 años, antiguo responsable de asuntos jurídicos de Nissan, fue detenido en Japón en noviembre de 2018 junto a Ghosn, entonces al frente de la alianza automovilística Renault-Nissan-Mitsubishi.

Aunque al principio, su papel en el caso era totalmente secundario, la rocambolesca huida del empresario a Líbano un año después lo dejó en primera línea de fuego.

Carlos Ghosn denunció tras la sentencia un “veredicto chocante”, aunque “previsible”. “La única incertidumbre era saber cómo justificaría el juez algo así”, declaró este hombre de negocios en una entrevista por Internet con periodistas.

La Fiscalía pedía dos años contra el estadounidense, acusándolo de haber ayudado a su jefe a ocultar a las autoridades japonesas entre 2010 y 2018 unos 9.100 millones de yenes (alrededor de $80 millones) que Nissan iba a pagarle una vez jubilado.

El tribunal, sin embargo, lo consideró inocente de los cargos entre los años 2010 y 2016 y culpable únicamente por el año fiscal de 2017, imponiéndole una sentencia de prisión de seis meses suspendida durante tres años.

El estadounidense siempre había negado las acusaciones. Su equipo aseguró que el pago posterior a la jubilación nunca se acordó y que las conversaciones al respecto eran para explorar una “forma legal” de mantener sujeto a Ghosn y evitar que se fuera a la competencia.

Pero el juez Kenji Shimizu indicó que en el año fiscal de 2017, Kelly “estaba enterado de que había una remuneración impagada y el tribunal reconoce que hubo conspiración (de Kelly) con Ghosn” y otro ejecutivo de Nissan, Toshiaki Ohnuma.

En un comunicado publicado este jueves, Kelly se dijo “extremadamente sorprendido y conmocionado” por su condena, repitiendo “no haber formado parte en absoluto en actividades ilegales”. Sus abogados precisaron que apelarán la condena.

“Tres largos años”

El juicio era seguido con atención en Japón y también en Estados Unidos, cuyo embajador en Tokio lo estableció como una prioridad.

Algunos vieron a Kelly como chivo expiatorio en el caso centrado en Ghosn, cuya huida escondido en un equipo de audio en diciembre de 2019 avergonzó a la justicia japonesa.

El estadounidense no ha podido salir de Japón durante todo este proceso. Su esposa lo acompaña y tuvo que estudiar japonés para conseguir un visado que le permitiera quedarse en el país.

Con este veredicto, Kelly puede salir de Japón por primera vez en tres años.

“Estamos aliviados de que el procedimiento legal haya llegado a su fin, y que los esposos Kelly puedan volver a casa”, en Tennessee (Estados Unidos), reaccionó el embajador estadounidense en Japón, Rahm Emanuel, que seguía el caso de cerca.

“Han sido tres largos años para la familia Kelly, pero este capítulo llegó a su fin”, agregó el embajador.