Futuro incierto para la compañía de aviación Alitalia

La aerolínea Lufthansa y el grupo ferroviario Ferrovie dello Stato dejaron atrás la opción de salvar a la empresa italiana

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El futuro de la compañía de aviación Alitalia, que enfrenta grandes dificultades económicas, parece cada vez más incierto después de la renuncia de dos eventuales socios claves: la empresa pública de trenes italianas y la alemana Lufthansa.

“Estamos en un callejón estrecho y difícil”, reconoció el 8 de enero el ministro italiano de desarrollo económico, Stefano Patuanelli, durante una audiencia en la Cámara de Diputados.

"Las posibilidades del comisario (designado por el gobierno para administrar la empresa y encontrar una solución) no son infinitas", agregó.

Alitalia acumula pérdidas desde hace bastantes años y tuvo que ser puesta bajo tutela judicial en 2017. Roma ha buscado uno o más compradores, sin éxito, ya que nadie quiere quedarse con ella.

El grupo ferroviario italiano Ferrovie dello Stato (FS) intentó por un tiempo formar un consorcio de empresas para salvar a la aerolínea. Sin embargo, anunció este 8 de enero que tiraba la toalla.

"Para nosotros, este procedimiento está cerrado, no vamos a participar en la operación", declaró Gianfranco Battisti, presidente de FS, ante los parlamentarios.

Solicitada por el gobierno, FS presentó una oferta el 31 de octubre en la que puso condiciones muy estrictas, entre ellas que el control mayoritario no sea de Alitalia y el deber de contar con otros inversores, incluida la aerolínea líder alemana.

La compañía alemana Lufthansa anunció el 7 de enero que no piensa invertir en Alitalia por el momento y recordó que la firma italiana necesita una reestructuración importante.

Salvar Alitalia es todo un desafío que nadie quiere encarar.

"Alitalia ha estado en una situación dramática durante muchos años", explicó recientemente a la AFP Umberto Bertelè, profesor de estrategia en la Escuela Politécnica de Negocios de Milán.

Uno de sus problemas es “el desequilibrio entre el número de empleados y el número de vuelos” ya que perdió “espacios” (de despegue y aterrizaje) a lo largo de los años, señaló.

Alitalia, enfrentada a una competencia extremadamente feroz por parte de compañías de bajo costo, tampoco logra competir realmente con las compañías tradicionales y de más nivel.

La otrora prestigiosa aerolínea italiana transportó sólo 22 millones de pasajeros en 2018, en comparación con los 91 millones de Easyjet, 142 millones de Ryanair y unos 180 de Lufthansa y Delta Airlines.

En Italia, país de origen, su cuota de mercado se estabilizó en un 14%, muy por detrás del 25% de Ryanair. Según los cálculos pierde alrededor de €300 millones al año.

Ninguno de los aproximadamente 30 actores financieros contactados para entrar como inversionistas respondió positivamente, subrayó Battisti.

“Los comisarios, en los últimos años, la manejaron bien, pero dentro de los límites de lo que podían hacer”, explicó Bertelè, quien no ve “desafortunadamente” un futuro como compañía independiente para Alitalia.

Según él, Alitalia “debe entrar a formar parte de una compañía más grande, como fue el caso de Swissair o Austrian Airlines, adquiridas por Lufthansa”, explicó.

Pero ello tendría un impacto fuerte sobre la fuerza laboral de Alitalia, que cuenta con 11.000 empleados.