Negocios de construcción de casas y proyectos prefabricados luchan por mantener su dinamismo

Características de eficiencia ambiental, energética y económica favorece esta categoría

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Pese a que el crecimiento de la construcción registró una baja de 2,3 puntos porcentuales interanual en el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) de setiembre, los empresarios de materiales prefabricados y casas de este tipo “cimientan” su espacio para permanecer dinámicos.

Como puntos a su favor tienen un mayor ahorro en mano de obra y materiales, y modelos modernos con factores sismorresistentes, amigables con el ambiente y energéticamente eficientes.

Por sus características y precio, tradicionalmente este segmento se ha utilizado para viviendas de proyectos sociales o viviendas unifamiliares, con un costo bajo o medio.

Sin embargo, con más frecuencia, las construcciones modulares van abriéndose paso en el mercado nacional.

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La estandarización e industrialización de los procesos constructivos, no solo para viviendas, sino para cualquier tipo de edificación impulsa esta opción, destacó Mónica Castillo, directora de Investigación y Desarrollo Técnico de la Cámara Costarricense de la Construcción (CCC).

Negocios como Industria de Prefabricados en Concreto (Inprefa), Ecoksa y la cadenas de ferreterías como El Lagar –que trabajan esta línea de construcción–, no se quedan atrás en la actualización de su oferta para mantenerse atractivos.

Medidas de posicionamiento

Aunque para Inprefa, en los últimos cinco años, la demanda del negocio ha tenido un comportamiento a la baja (debido a la cantidad de actores en el mercado y la competencia desleal con ofertas de productos no certificados) su diversificación y lucha por este segmento les ha favorecido.

El gerente general, Mario Guzmán, aseguró que en el 2013 la empresa realizó una inversión importante para ejecutar un cambio de tecnología en los elementos prefabricados y en su equipo.

Inprefa –con más de 25 años de experiencia en el área– logró eficiencia con este cambio de tecnología, así como maximizar sus recursos para ser más productivos y mantenerse en el mercado sin sacrificar la calidad con precios competitivos, externó Guzmán.

La firma comercializa productos prefabricados; ofrece la modalidad de obra gris, paredes levantadas, estructura de techo y colado de contrapiso. También brinda la construcción llave en mano.

Actualmente, los principales clientes de viviendas prefabricadas son desarrolladores de proyectos, que representan el 80% de las ventas de esta línea. El restante 20% es de clientes unitarios.

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De acuerdo con una cotización de Inprefa, el promedio de costo por metro cuadrado (m²) en la Gran Área Metropolitana (GAM) tiene un rango entre los ¢180.000 y los ¢220.000.

“Sin embargo en otros sistemas alternativos varía dependiendo de los proveedores de materiales (calidad- no calidad) y los acabados que la misma tenga”, explicó Guzmán.

Para la companía Ecoksa, la demanda de viviendas prefabricadas es muy variada, pero constante.

Su fundador, Christian Cruz, explica que les favorece su propuesta de valor que une el sistema constructivo de prefabricado de pared lisa con losas de concreto verticales, con el sistema sostenible de viviendas saludables y eficientes, adaptadas al cambio climático y capaces de generar más confort.

La firma se enfoca en brindar un servicio personalizado de proyectos llave en mano y de acuerdo con la necesidad del cliente.

No obstante, está analizando formar alianzas con otras empresas para crear proyectos más sostenibles con sistemas prefabricados, dijo el vocero.

Un 60% de los clientes de esta línea de negocio de Ecoksa es de parejas jóvenes que desean iniciar su vida independiente; el 20% es de parejas de adultos mayores; un 10% son empresarios que buscan desarrollar apartamentos o locales comerciales y el restante 10% incluye otros proyectos.

“En el futuro vemos que habrá más proyectos de construcción sostenible con sistemas prefabricados de bajo impacto, más versátiles y saludables en su espacio interno”, comentó Cruz.

De acuerdo con un cálculo de esta empresa, una casa de 50 m² prefabricada de pared lisa ronda los ¢13 millones y una casa de block del mismo tamaño alcanzaría los ¢15 millones en la GAM.

Dayanna Rodríguez, gerente de Línea Construcció n de la cadena de ferreterías El Lagar, comentó que se trata de un mercado en crecimiento.

“Cada día más familias, y constructoras deciden desarrollar sus proyectos de vivienda con el prefabricado por ahorro en el levantamiento de la obra y materiales, que minimiza el desperdicio de la obra gris”, opinó Rodríguez.

El Lagar trabaja este mercado hace aproximadamente 10 años, cuando incorporó a sus tiendas un mix básico de baldosas y columnas como alternativas de prefabricado. El 80% de sus ventas es a clientes finales o independientes, y el 20% a constructoras.

“Estos últimos años la demanda se ha mantenido muy estable con casas de aproximadamente 42 m² en adelante, lo que ha tomado más fuerza son las tapias de prefabricado, por la preferencia hacia tapias perimetrales en prefabricado”, añadió la vocera.

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En los últimos cinco años, las ventas en este segmento se han mantenido en un 5% anual.

Olman Vargas, director ejecutivo del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA), mencionó que es responsabilidad de cada profesional analizar junto con su cliente las situaciones específicas para utilizar los materiales que se ajusten a las necesidades de calidad, costo y seguridad establecidas.

Vargas destacó que el uso de los materiales prefabricados, depende de las condiciones del suelo, condiciones de financiamiento del proyecto, el tiempo de entrega, la facilidad de traslado de materiales y las condiciones estéticas de la obra.

Entre las consideraciones particulares de construcción con materiales prefabricados resaltó que se debe tomar en cuenta que algunos materiales tienen dimensiones determinadas, por lo tanto, el diseño arquitectónico se debe adaptar a medidas estandarizadas por el fabricante.

Además, no siempre los materiales prefabricados se pueden utilizar en condiciones estructurales complejas.