Restaurante Sueños de Irazú transformó sus mesas en pequeños ‘chalets’ para preservar las burbujas sociales de sus clientes

El restaurante espera poder abrir pronto con promociones del día de la madre y reservaciones

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Rafael Villalobos, es el emprendedor detrás de ‘Sueños del Irazú' un restaurante de comida típica ubicado en las faldas del Volcán Irazú que aprovechó la pausa para readaptar sus espacios de acuerdo a las nuevas necesidades.

Como muchos otros emprendedores pensaron que el cierre sería temporal, pero transcurrieron los meses y no podía abrir. Debido a la ubicación del local, ofrecer comida exprés no era una opción por lo que sus dueños decidieron redireccionar sus esfuerzos a adaptar el restaurante para que cumpliera todos los estándares del Ministerio de Salud y a la vez sus clientes pudiesen visitarlo sin temor a contagiarse.

Desde que surgió Sueños del Irazú, tener pequeñas casitas, las cuales ellos llaman chalets, era parte de la idea de negocio de Rafael Villalobos, pero más adelante se darían cuenta que siete no eran suficientes y que deberían invertir en más para atender las necesidades durante y después de la pandemia.

“En una ocasión fui a una charla para emprendedores y el conferencista dijo que siempre teníamos que darle nuestro sello personal al negocio para tener éxito, se me quedó muy grabado y cuando empecé a planear la apertura del local pensé en hacer algo único, sin darme cuenta que después sería el espacio ideal para las burbujas sociales”, comentó.

Villalobos comenta que ha tratado de mantenerse muy positivo pero que los cambios repentinos le desmotivan, pues realizó una inversión importante para ampliar la cantidad de chalets, adentro del local además de implementos de protección para su personal y lavatorios para que sus clientes se laven las manos antes de ingresar.

Actualmente el restaurante cuenta con 14 mesas aisladas. Estos espacios están divididos por una especie de pared de madera que si la persona desea puede ampliar para familias más grandes.

Cuando se anunció que se podrían abrir restaurantes, tenía todo preparado, compró los productos de su menú por adelantado y abrió por un par de semanas para que más adelante le dijeran que debería cerrar de nuevo por tiempo indefinido.

“La inversión que hicimos en adaptar el restaurante y comprar comida ni la pudimos disfrutar, el viernes que anunciaron los cambios agarré bolsitas de verduras y se las di a mis colaboradores”, agregó.

El restaurante tiene dos plantas y entre sus planes está remodelar el segundo piso con chalets, pero de momento está en pausa pues debe recuperar la primera inversión. Actualmente él se sostiene con sus otros dos emprendimientos, una academia de manejo y un Bead & Breakfast (hotel) en La Unión.

Villalobos asegura que no desea perder la esencia de su restaurante por lo que ha considerado vender su comida típica en Tres Ríos, pero de momento se mantiene como un plan pues no cuenta con el equipo de cocina en su casa.

Las redes sociales han sido su aliado pues a través de ellas informan qué tipo de cambios, promociones o productos pueden adquirir sus posibles clientes cuando se le permite abrir el local.

Asimismo, él junto a su socia tienen varios proyectos que desean promocionar pero ante la incertidumbre los mantienen en pausa.

El 26 de julio del 2017 abrió sus puertas por primera vez con cinco colaboradores en cocina y él como mesero, jamás se imaginó que el mismo día de la apertura en su restaurante habría gente haciendo fila para ingresar, esa es una imagen que atesora y desea volver a vivir.

Para el 2019 terminó el año lleno de orgullo pues ‘su gente’ como él les llama habría crecido exponencialmente y en una fotografía que cuelga en su pasillo muestra a las 33 personas con quienes cerró su año, que más adelante tuvo que prescindir del 50% de su personal.

“Lo más difícil ha sido tener que despedir a gente que trabajaba aquí, todo es personal de la zona y aquí el empleo no es algo común, yo espero poder volver a darles trabajo” comentó.

Rafael es consciente de que el costo de la inversión fue alta pero asegura que será un elemento diferenciador dentro de la competencia y además de que le permitirá a la gente estar más segura, por eso la apuesta a invertir no le parece apresurada más bien sensata ante los cambios que deben contemplar todos los restauranteros en adelante.

Consejos

Dentro de sus consejos asegura que la fe ha sido su principal motor, pero también va acompañada de acciones que le permiten mantenerse en pie y conservar la esperanza de que pronto abrirá las puertas para sus clientes.

1. Busquen un sello personal. Restaurantes de comida típica hay muchos pero ninguno tiene chalets para su respectivos clientes. Buscar un elemento diferenciador no es tan fácil pero en definitiva le permitirá resaltar entre sus competidores.

2. Sean resilientes. Innovar y reinventarse son palabras muy fuertes pero como emprendedor la persona siempre debe saber que hay que adaptarse a nuevas realidades y si el coronavirus es nuestra nueva normalidad pues adaptémonos.

3. Confíen. Creer en el equipo que lo respalda, su fe y la posibilidad de mejorar constantemente le ha permitido mantenerse en pie y mejorar su oferta para la próxima apertura.