Ella empezó la joyería artesanal como un hobby cuando trabajaba de publicista en el ICE. Ahora se dedica a su negocio

Tabizú ofrece líneas de joyería artesanal para hombres y mujeres, así como niños y niñas, con diseños personalizados y exclusivos

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Tatiana Vega empezó a hacer sus propias joyas artesanales, pero las compañeras del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), donde trabajaba, le empezaron a hacer pedidos.

Ahora se dedica completamente a su negocio, Tabizú, y más bien está expandiendo su portafolio de productos ofreciendo bolsos de mano con la misma filosofía: artesanales, personalizados y exclusivos.

“Trabajaba en mercadeo y comunicación interna en el ICE”, recuerda Tatiana. “Estaba pasando una situación complicada”.

Era el año 2006, hace 13 años. La mamá le dijo que lo que necesitaba era hacer algo que le ocupara la mente y que porqué no aprovechaba sus habilidades en manualidades.

Nunca había hecho cursos, pero por su trabajo como publicista y cualidades personales es muy creativa desde siempre.

Las tías también tienen parte de la culpa, pues no paraban de regalarle revistas.

Un día la mamá la llevó a una tienda. Ahí compró materiales para hacer una pulsera.

Aunque su idea inicial era que la pulsera era para uso personal, no para venderla, a sus compañeras en el Instituto les gustó. Empezaron a hacerle pedidos.

Así fue empezando a diversificar los productos y a aumentar la producción. Con los ingresos cubría los gastos de sus proyectos personales, como su automóvil y un curso de inglés.

Llegó el momento en que podía independizarse. Lo hizo en el año 2013, dedicándose a servicios profesionales en comunicación y también a la confección de las joyas.

A los dos años tuvo a su hija y haber dado el paso para tener su negocio le permitía estar junto a ella y no perderse nada de su crecimiento.

La mayor parte de su tiempo y su negocio, ella calcula que es el 85%, los dedica a la joyería.

Los clientes pueden encontrar sus productos en tiendas como Avali Boutique, en La Fortuna; Hotel Espadilla, en Manuel Antonio; en tienda Loft 1408, en Cartago, en tienda Once Once, en Rohrmoser; y en Octavia Tienda de Diseño, en Escazú.

Hace dos meses contrató a una muchacha que le ayuda por ratos para poder sacar los pedidos que recibe.

Por su trabajo como comunicadora, Tatiana empezó a promocionarse en redes sociales desde hace 10 años y fue incorporándose a Facebook e Instagram conforme ganaban suscriptores en el país.

“Instagram es la que más vende”, afirma.

Tatiana dice que los productos cambian mucho constantemente, por lo que no ve práctico contar con un sitio web donde tenga que estar actualizando imágenes e información de forma permanente.

Los clientes le piden los productos a través de redes sociales también y ella se los envía, previo pago por transferencia, a través de Correos de Costa Rica.

De forma complementaria, realiza talleres y ferias tipo open house por medio de citas, para que las personas puedan ver los productos y así también recomendarles uno personalizado y exclusivo.

Por ejemplo, puede hacer diseños para novia, graduación o bodas. “Son diseños que solamente esa persona va a tener”, enfatiza.

Ella reconoce que ahora hay mucha gente que hace bisutería y joyería artesanal, pero argumenta que la diferencia está en la calidad y la pasión que se tenga para diseñar y confeccionar cada producto.

Tatiana planea contratar a una persona a tiempo completo y delegar varias de las tareas, pues sola ya le es más difícil.

La joyería la hace para hombres y para niñas y niños, pero ella se enfoca especialmente en las mujeres, que son las principales compradoras.

Los bolsos artesanales que está confeccionando –con fibra natural, con flecos o lentejuelas– también son para mujer, se pueden combinar de múltiples formas y pueden servir tanto para el día como para la noche.

Tatiana también quiere tener su propios puntos de venta, expandir sus diseños y exportar.

“No es fácil. Todo lleva su proceso y hay que tener paciencia”, afirma.