Luis Álvarez: "Hay que replantear el papel de las incubadoras en Costa Rica"

El exviceministro de Economía, Industria y Comercio afirma que el país se debería enfocar ahora en potenciar el éxito y crecimiento de las buenas ideas empresariales. "Nuestra gran preocupación desde un año para acá es qué va a pasar con el gran semillero de emprendimientos", dijo.

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Luis Álvarez, exviceministro de Economía, Industria y Comercio, afirma que la cultura de emprendimiento es fuerte en el país, pero todavía falta mucho por hacer para mejorar las condiciones a los emprendedores -quienes la mayoría de las veces se ven limitados por obstáculos de financiamiento, legales o falta de apoyo-, y poder convertir esa energía creativa en empresas exitosas.

En una entrevista con El Financiero la semana pasada, Álvarez destacó que las incubadoras del país deberían replantear su papel y acelerar los procesos de acompañamiento. Además, aseguró que el sector privado debería vincularse más con emprendedores, siendo mentores y fomentando alternativas de financiamiento como capital de riesgo y redes de ángeles inversores.

Desde su visión, el Estado debería impulsar medidas para resolver el problema de la informalidad en las pyme y los emprendimientos, así como fomentar las buenas prácticas empresariales, brindar incentivos y asegurar que las empresas que se vayan creando tengan un impacto social y económico positivo para el país.

El pasado 8 de mayo, Álvarez dejó su puesto como viceministro del MEIC, pero en sus cuatro años de labor, dio un fuerte impulso a los temas de emprendimiento ycompetitividad de pequeñas y medianas empresas, al lado de la ministra Mayi Antillón.

En este periodo, el MEIC canalizó los esfuerzos de una Política Nacional de Emprendimiento con el fomento a la cultura emprendedora, el apoyo la creación de un fondo de capital semilla, incubadoras de empresas y centros de atención especializada para pymes (Creapymes), además del lanzamiento de la Norma Pyme y la aprobación de la Ley de garantías mobiliarias.

El Financiero conversó con el viceministro saliente Luis Álvarez para conocer sobre su perspectiva de los retos pendientes en el tema de emprendimiento y competitividad de las pequeñas y medianas empresas.

- El país aspira a desarrollar emprendimientos tecnológicos y convertirse en un tipo de Silicon Valley en América Latina. ¿Qué falta en el ecosistema de emprendimiento nacional para que se pueda llegar a eso? ¿Es posible?

- Sí, claro que es posible, pero falta mucho. (...) Hay diferentes tipos de emprendimiento y no puedo decir que el país va solo por la línea tecnológica. Si bien el planteamiento original estaba orientado al emprendimiento de base tecnológica, se ha ampliado el enfoque en los tres últimos años a emprendimientos sociales, culturales y otros. En los emprendimientos de base tecnológica, las incubadoras de empresas juegan un rol muy importante, y hay que replantear un poco el papel de las incubadoras en el país.

"También tiene que haber una mayor vinculación del sector privado en el tema de mentoría. La creación de una red sólida de ángeles inversores y el acceso a capital de riesgo son otras dos tareas pendientes. Fortalecimiento de capital semilla también sería otro elemento, la creación del fondo de capital semilla en Sistema de Banca para el Desarrollo es un buen paso pero no es suficiente. Ahí falta mucho todavía por hacer y hay actores que pueden jugar un papel importante, como las entidades financieras".

- ¿Por qué se debería replantear el papel de las incubadoras del país?

- Hay dos cosas. Primero, los métodos de incubación ahora son más acelerados. Por ejemplo, en lugar de tres años de preincubación, incubación y posincubación, en el TEC de Monterrey plantearon un procesos de siete meses hace ya dos años, porque el proceso de consolidación y crecimiento de empresas es mucho más acelerado. También, el punto de partida ya no es hacer un plan de negocios antes de hechar a andar la empresa, sino ver cómo satisfacer una necesidad de mercado y empezar a construir a partir de eso. Las incubadoras deben reflexionar sobre cómo darle más agilidad al tema de la incubación.

"El segundo elemento es que, a diferencia de las incubadoras del mundo, no hay una fuerte vinculación de grupos de ángeles inversores y mentores del sector privado. Si bien la tarea de gobierno está en la promoción del emprendimiento, hay una fuerte responsabilidad del sector privado de meterse en esto. En el país lo más cercano a una red de mentores y ángeles inversores es la que tiene Yo Emprendedor o ha desarrollado Carao Ventures, pero son casos aislados. La vinculación del sector privado es muy débil, y cuando el empresario va a terminar el proceso de incubación y tiene que lanzarse solo, no tiene quien lo apoye".

- ¿Cómo está el ecosistema de emprendimiento hoy?

- Tenemos una pirámide donde la base de fomento a la cultura emprendedora es muy amplia. La gente ha abordado el tema del emprendimiento como la necesidad de fomentarlo, pero en la siguiente etapa de acompañamiento y potenciar el crecimiento de los emprendimientos todavía nos falta mucho. Nuestra gran preocupación desde un año para acá es qué va a pasar con el gran semillero de emprendimientos. Por ejemplo, uno ve el concurso de planes de negocios de Yo Emprendedor y reciben 300 propuestas, en las ferias de emprendimiento del TEC, universidades o Expo Joven hay cientos de estudiantes también con ideas. La idea no sería que la buena idea empresarial se guarde, sino que puedan continuar y dar coherencia al seguimiento del proceso.

- ¿Cuál debería seguir siendo el rol del gobierno en el fomento del ecosistema de emprendimiento?

- Aquí vinculo el tema de la Red de Incubadoras. México, por ejemplo, potenció un exceso de incubadoras que en cuestión de cinco años lograron tener alrededor de 500 incubadoras de empresas, hoy en día tienen la mitad. Tuvieron que echar para atrás porque se distorsionó por completo el modelo y tuvieron que incorporar una regulación mucho más rígida sobre los parámetros que deben cumplir. Desde que se creó la Red Nacional de Incubadoras se establecieron parámetros mínimos y esa regulación de las incubadoras tiene que mantenerla el Estado, el Ministerio de Economía como ente rector. Tiene que jugar un papel en la promoción de buenas prácticas para la gestión de las incubadoras, generar incentivos, y asegurar que haya un impacto en el desarrollo social y económico del país con las empresas creadas exitosamente.

- Su administación hizo esfuerzos en el tema de formalización, pero el tema no está resuelto...

- El tema de la formalización pasa por una labor de sensibilización de instituciones claves que no están especializadas en emprendimiento pero cuya labor afecta el desarrollo de emprendimientos y la incorporación de pymes. Por ejemplo, Parque-Tec tenía 10 empresas incubándose y un inspector de la Caja no entendía qué pasaba en la incubadora, para él era una empresa con un montón de empleados no reportados. Cuando supo que habían 10 empresas, entonces decidió cerrarlas todas, pero apenas están empezando y no generan ingresos estables. Llevamos 3 años discutiendo sobre el tema.

"La propuesta era que durante un periodo de 24 meses se hiciera una contribución gradual. La Caja, y no hablo de la Junta Directiva sino los mandos medios, se opusieron a la posibilidad de que esto se implementara. Hicieron una propuesta de dejar de pagar la contribución a otras instituciones pero eso tampoco era viable. Lo que podría ser viable es bajar el porcentaje de contribución de las empresas que están empezando en las instituciones del Estado. Ahí quedó la discusión. Es un tema clave y complicado, se debe flexibilizar a las instituciones para hacer régimenes diferenciados".

- ¿Cómo está afectando el tema de la informalidad?

- Está afectando los temas de seguridad social y el tema fiscal porque tenemos un parque productivo que no está contribuyendo. Además, la Cámara de Industrias, en las dos últimas encuestas que ha hecho, ha reflejado que una de las preocupaciones del sector industrial es precisamente la informalidad por el tema de la competencia desleal.

"Si esto lo vemos en términos de impacto, difícilmente vamos a tener escalabilidad de las empresas en informalidad ya que no pueden exportar, no pueden venderle al Estado, acceder a crédito ni tener una presencia fuerte en el mercado. Por más mejora en los programas de acompañamiento o apoyo, este es un pilar importante".

- La nueva ley de garantías mobiliarias propone que los bancos acepten garantías como contratos para dar préstamos, sin embargo queda a decisión de los bancos si aplicarlo o no. ¿Cómo impactará la nueva ley?

- Una de las grandes limitaciones para las pymes es el tema de las garantías, donde no necesariamente el fondo de avales y garantías puede resolver el problema del financiamiento. Difícilmente veo a los bancos negándose a implementar este instrumento porque el mecanismo de la ley se basa sobre una buena práctica internacionalmente reconocida, es una de las acciones que desde Doing Business se proponen para mejorar la competitividad del país. Creo que va a ser un instrumento que poco a poco va a ir utilizándose. Esto amplía la posibilidad de financiamiento y crecimiento para las pymes, teniendo como garantías, equipos, contratos, y otros que antes no eran aceptadas.

Desde su puesto como viceministro de Economía, Industria y Comercio, Luis Álvarez dio un fuerte impulso al tema de emprendimientos y la competitividad de pequeñas y medianas empresas durante los últimos cuatro años de la administración Chinchilla.

En este periodo, el MEIC canalizó los esfuerzos de una Política Nacional de Emprendimiento, donde se creó el fondo de capital semilla, se fomentó la cultura emprendedora y se aumentó la presencia de las incubadoras de negocios.

En el tema de pequeñas y medianas empresas, el MEIC lideró dos estudios para el estado de las pymes en el país, donde se reveló que cerca del 97% del parque empresarial del país está compuesto por pymes, las cuales aportan cerca de la mitad de empleos del sector privado.

Se forjaron alianzas con instituciones para ofrecer apoyo a las pequeñas y medianas empresas, pasando de tener 5 Creapymes (centros de atención empresarial especializada para pymes) a 43. Además que nació la Norma Pyme, el Sello Pyme y se logró la exoneración del impuesto a sociedades jurídicas para micro y pequeñas empresas y el apoyo a la Ley de garantías mobiliarias.

Esta mañana, El Financiero conversó con Luis Álvarez para conocer sobre su perspectiva de los retos pendientes en el tema de emprendimiento y competitividad de las pequeñas y medianas empresas.

El país aspira a desarrollar emprendimientos tecnológicos y convertirse en un tipo de Silicon Valley en América Latina. ¿Qué falta en el ecosistema de emprendimiento nacional para que se pueda llegar a eso? ¿Es posible?

Sí, claro que es posible, pero falta mucho. (...) Hay diferentes tipos de emprendimiento y no puedo decir que el país va solo por la línea tecnológica. Si bien el planteamiento original estaba orientado al emprendimiento de base tecnológica, se ha ampliado el enfoque en los tres últimos años a emprendimientos sociales, culturales y otros. En los emprendimientos de base tecnológica, las incubadoras de empresas juegan un rol muy importante, y hay que replantear un poco el papel de las incubadoras en el país. También tiene que haber una mayor vinculación del sector privado en el tema de mentoría. La creación de una red sólida de ángeles inversores y el acceso a capital de riesgo son otras dos tareas pendientes.

Fortalecimiento de capital semilla también sería otro elemento. El paso que se dio con la creación del fondo de capital semilla en Sistema de Banca para el Desarrollo es un buen paso pero no es suficiente. Ahí falta mucho todavía por hacer y hay actores que pueden jugar un papel importante, como las entidades financieras.

¿Por qué se debería replantear el papel de las incubadoras del país?

Hay dos cosas. Primero, los métodos de incubación ahora son más acelerados. Por ejemplo, en lugar de tres años de preincubación, incubación y posincubación, el TEC de Monterrey plantearon un procesos de siete meses hace ya dos años, porque el proceso de consolidación y crecimiento de las empresas es mucho más acelerado que antes. También, el punto de partida ya no es hacer un plan de negocios antes de hechar a andar la empresa, sino ver cómo satisfacer una necesidad de mercado y empezar a construir a partir de eso. Las incubadoras deben reflexionar sobre cómo darle más agilidad al tema de la incubación.

El segundo elemento es que, a diferencia de las incubadoras del mundo, no hay una fuerte vinculación de grupos de ángeles inversores y mentores del sector privado. Si bien la tarea de gobierno está en la promoción del emprendimiento, hay una fuerte responsabilidad del sector privado de meterse en esto. En el país lo más cercano a una red de mentores y ángeles inversores es la que tiene Yo Emprendedor o ha desarrollado Carao Ventures, pero son casos aislados. La vinculación del sector privado es muy débil, y cuando el empresario va a terminar el proceso de incubación y tiene que lanzarse solo, no tiene quien lo apoye.

¿Cómo está el ecosistema de emprendimiento hoy?

Tenemos una pirámide donde la base de fomento a la cultura emprendedora es muy amplia. La gente ha abordado el tema del emprendimiento como la necesidad de fomentarlo, pero en la siguiente etapa de acompañamiento y potenciar el crecimiento de los emprendimientos todavía nos falta mucho. Nuestra gran preocupación desde un año para acá es qué va a pasar con el gran semillero de emprendimientos. Por ejemplo, uno ve el concurso de planes de negocios de Yo Emprendedor y reciben 300 propuestas, en las ferias de emprendimiento del TEC, universidades o Expo Joven hay cientos de estudiantes también con ideas. La idea no sería que la buena idea empresarial se guarde, sino que puedan continuar y dar coherencia al seguimiento del proceso.

¿Cuál debería seguir siendo el rol del gobierno en el fomento del ecosistema de emprendimiento?

Aquí vínculo el tema de la Red de Incubadoras. México, por ejemplo, potenció un exceso de incubadoras que en cuestión de cinco años lograron tener alrededor de 500 incubadoras de empresas, hoy en día tienen la mitad. Tuvieron que echar para atrás porque se distorsionó por completo el modelo y tuvieron que incorporar una regulación mucho más rígida sobre los parámetros que deben cumplir. Desde que se creó la Red Nacional de Incubadoras se establecieron parámetros mínimos y esa regulación de las incubadoras tiene que mantenerla el Estado, el Ministerio de Economía como ente rector. Tiene que jugar un papel en la promoción de buenas prácticas para la gestión de las incubadoras, generar incentivos, y asegurar que haya un impacto en el desarrollo social y económico del país con las empresas creadas exitosamente.

Su administación hizo esfuerzos en el tema de formalización, pero el tema no está resuelto...

El tema de la formalización pasa por una labor de sensibilización de instituciones claves que no están especializadas en emprendimiento pero cuya labor afecta el desarrollo de emprendimientos y la incorporación de pymes. Por ejemplo, Parque-Tec tenía 10 empresas incubándose y un inspector de la Caja no entendía qué pasaba en la incubadora, para él era una empresa con un montón de empleados no reportados. Cuando supo que habían 10 empresas, entonces decidió cerrarlas todas, pero apenas están empezando y no generan ingresos estables. Llevamos 3 años discutiendo sobre el tema.

La propuesta era que durante un periodo de 24 meses se hiciera una contribución gradual. La Caja, y no hablo de la Junta Directiva sino los mandos medios, se opusieron a la posibilidad de que esto se implementara. Hicieron una propuesta de dejar de pagar la contribución a otras instituciones pero eso tampoco era viable. Lo que podría ser viable es bajar el porcentaje de contribución de las empresas que están empezando en las instituciones del Estado. Ahí quedó la discusión. Es un tema clave y complicado, se debe flexibilizar a las instituciones para hacer régimenes diferenciados.

¿Cómo está afectando el tema de la formalización?

Está afectando los temas de seguridad social y el tema fiscal porque tenemos un parque productivo que no está contribuyendo. Además, la Cámara de Industrias, en las dos últimas encuestas que ha hecho, ha reflejado que una de las preocupaciones del sector industrial es precisamente la informalidad por el tema de la competencia desleal.

Si esto lo vemos en términos de impacto, difícilmente vamos a tener escalabilidad de las empresas en informalidad ya que no pueden exportar, no pueden venderle al Estado, acceder a crédito ni tener una presencia fuerte en el mercado. Por más mejora en los programas de acompañamiento o apoyo, este es un pilar importante.

La nueva ley de garantías mobiliarias propone que los bancos acepten garantías como contratos para dar préstamos, sin embargo queda a decisión de los bancos si aplicarlo o no. ¿Cómo impactará la nueva ley?

Una de las grandes limitaciones para las pymes es el tema de las garantías, donde no necesariamente el fondo de avales y garantías puede resolver el problema del financiamiento. Difícilmente veo a los bancos negándose a implementar este instrumento porque el mecanismo de la ley se basa sobre una buena práctica internacionalmente reconocida, es una de las acciones que desde Doing Business se proponen para mejorar la competitividad del país. Creo que va a ser un instrumento que poco a poco va a ir utilizándose. Esto amplía la posibilidad de financiamiento y crecimiento para las pymes, teniendo como garantías, equipos, contratos, y otros que antes no eran aceptadas.