Pyme agrícola pasó de pagar ¢160.000 a ¢20.000 en electricidad con paneles solares

Colocó 36 paneles en finca de Pozos de Santa Ana; en época de lluvias paga ¢45.000

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Abelardo Guillén Marín y su familia se dedican a la agricultura y tienen una finca de 14.000 metros cuadrados en Pozos de Santa Ana.

Él realiza esta labor desde pequeñito cuando aprendió a llenarse las manos de tierra y a sembrar, pues su padre también se dedicaba a esta actividad.

Hoy, con el apoyo de su esposa Amable Arias y de su hija Carol Guillén, Abelardo cultiva chile, tomate, cebolla y lechuga, que venden en la feria del agricultor los fines de semana.

En el sitio también se encuentran las cuatro casas en las que habitan don Abelardo y sus hijos.

El consumo de electricidad en las casas, así como la bomba de agua eléctrica que facilita el riego de los cultivos estaban generando una factura de aproximadamente ¢160.000 al mes.

Hace dos años y medio, Abelardo decidió recurrir a los paneles fotovoltaicos para que su factura disminuyera.

Con una inversión de alrededor de ¢12 millones, que salieron de los ahorros de la familia, se instalaron 36 paneles solares.

Los ahorros son drásticos.

En la época seca puede llegar a pagar tan solo ¢20.000.

En la época lluviosa los costos eléctricos oscilan entre ¢40.000 y ¢45.000.

El agricultor y la familia quieren disminuir su huella ecológica. Por eso es la que empresa busca obtener el distintivo de Bandera Azul Ecológica en la categoría agropecuaria.

Beneficios

Su pyme también puede seguir el ejemplo de esta familia y valorar la posibilidad de instalar paneles.

Fernando Ortuño, gerente general de la empresa Greenenergy Costa Rica, dedicada a la instalación de paneles fotovoltaicos, señaló que después de la mano de obra, la energía eléctrica es de los gastos más altos que deben asumir las empresas, incluidas las pymes.

“Al invertir en un sistema de producción de energía (con el apoyo de paneles), que es energía que se produce en el sitio donde se consume, logramos que ese rubro baje sustancialmente”, expresó el gerente.

Además, se trata de energía limpia, que no genera contaminación ambiental.

Si la pyme no tiene el dinero para adquirir los paneles, puede recurrir a métodos de financiamiento.

Si se toma en cuenta lo que muchas de ellas pagan por electricidad, el periodo de recuperación de la inversión es de tres a cinco años aproximadamente.

Las empresas que instalan los paneles analizarán datos como la naturaleza de consumo de la pyme (le pedirán su factura eléctrica) y la ubicación de su negocio (hay sitios con mayor radiación que otros).

Así se determinará ─por medio de un software─ cuántos paneles requerirá y la receta que sea más atractiva para su empresa.

Ortuño mencionó que en cualquier parte del país será rentable instalar un panel, aunque aclaró que todos los factores mencionados inciden en que esa rentabilidad sea mayor o menor.

Una vez que se instalan los paneles, la energía eléctrica se va a producir desde las 6 a.m. hasta las 6 p.m.

En el día, la energía que se produce se puede ir consumiendo de manera inmediata (en tiempo real) y también se produce aquella que se requerirá para la noche.

“Ese excedente que estoy produciendo en ese momento instantáneo se está yendo a la red y la va a aprovechar de manera instantánea el vecino o la persona que esté demandado energía”, explicó.

Cuando esto sucede, se genera un crédito en el medidor de la empresa.

Si la empresa requiere la energía en la noche, podrá utilizarla, pero se le cobrará un “peaje” por su uso.

Ortuño recordó que, según las reglas actuales, no se le puede inyectar a la red eléctrica más del 49% de la energía que se produce, pues de lo contrario se le estaría “regalando” esa energía a la compañía eléctrica.

Por eso debe tenerse cuidado de dimensionar bien el sistema que se vaya instalar.

La vida útil de los paneles oscila entre 35 y 40 años.