Ellas son cuatro de las participantes de los programas de apoyo que abren más espacios en tecnología para mujeres jóvenes

Texas Tech University, Cinde, Microsoft y la Promotora Costarricense de Innovación e Investigación impulsan varias iniciativas

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Tannia Larios es madre soltera, tiene 23 años y vive en La Carpio, La Uruca. Salió de secundaria en 2015, pero le faltó cumplir con los exámenes de bachillerato, por lo que actualmente lleva los cursos con el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) con el fin de completar ese requisito y obtener el título. Pero simultáneamente ha participado en otros programas orientados a emprendedores y habilidades tecnológicas.

Con el Sistema de Formación Artística para la Inclusión Social (Sifais) participa en programas de inglés, ciencia, tecnología y ofimática, habilidades blandas y, con la iniciativa Academia Makers, en emprendedurismo, impresión 3D y diseño gráfico. Ahí obtuvo una beca para los cursos desarrollados en el marco del centro de liderazgo W@TT por la Texas Tech University Costa Rica (TTU-CR). Ahora se matriculó en el de Excel. “Me gusta mucho lo tecnológico”, dijo Larios.

Ella tiene en marcha dos emprendimientos. Uno de decoraciones de eventos, como fiestas infantiles y una tienda en redes sociales de venta de ropa y zapatos, que le permiten algunos ingresos y cuidar a su bebé de dos años.

Otras jóvenes estudiantes y emprendedoras también se integraron a diversas iniciativas de apoyo y desarrollo de habilidades en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés).

La Promotora Costarricense de Innovación e Investigación, antiguo Conicit, y la Fundación Costa Rica - Estados Unidos (CRUSA) anunciaron la convocatoria para el programa Constelar, dirigido a negocios en las áreas STEM y Microsoft realizó el pasado 10 de junio la edición de este año de su programa DigiGirlz.

“Los trabajos más demandados y mejor remunerados estarán en las áreas tecnológicas donde las mujeres están poco presentes” afirmó Daniel Verswyvel, gerente general de Microsoft Centroamérica.

En el caso de W@TT de la TTU-CR, que después de tres ciclos cuenta con 93 jóvenes, son elegidas a través del proyecto Atenea de CEDES Don Bosco, la Fundación Sifais y RSC Zonas ACTIM de Ultrapark Development Group.

“Es una excelente oportunidad para que estas muchachas puedan aprender a través del programa y crecer en su vida profesional”, afirmó Laura Barrera, directora de reclutamiento de TTU-CR

En esa misma línea, la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde) lanzó hace seis meses el programa Skills para formación en habilidades STEM y para obtener certificaciones como Google IT, Google UX, IT Fundamentals o A+ de Comptia, y CCNA, entre otras.

Skills tiene un alto enfoque en el desarrollo de la capacidad del idioma inglés, en el que han participado 300 mujeres. La iniciativa se propone alcanzar a 5.000 mujeres en dos años e incrementar sus posibilidades de empleo en puestos de alto nivel. Actualmente Cinde está cerrando el reclutamiento de 200 participantes más.

Multiplicándose

Las participantes en los programas STEM usualmente están cumpliendo otras tareas y obligaciones familiares, de estudio, trabajo o en sus propios emprendimientos.

Jimena Bastos y Alison Ardón, de 18 y 17 años de edad, estudian en CEDES Don Bosco y se incorporaron al W@TT de la TTU-CR.

Bastos vive en San Sebastián y, aunque se especializa en desarrollo de software en Don Bosco, concursó por la beca de W@TT. En la TTU-CC, además de cursos en habilidades blandas, está recibiendo el curso de Excel. Su intención es certificarse, especialmente porque quiere estudiar ciencia de datos en la Universidad Lead a partir de enero de 2022.

Adicionalmente está llevando cálculo en la Universidad de Costa Rica. De hecho, estuvo pensando en seguir la carrera de matemática pura. Hasta que descubrió que había una de ciencias de datos. “Me llamó la atención que combina informática y matemática”, dijo Bastos.

Ella es muy organizada, lo que le permite cumplir con los cursos y deberes diarios, empezando antes de las 7 a.m. y terminando después de las 9 p.m., pues —además del colegio, de los cursos de cálculo de la UCR y del W@TT— también lleva los del programa Skills de Cinde.

Alison Ardón lleva dibujo arquitectónico en Don Bosco (donde aprendió a usar programas informáticos de diseño) y también está en un curso de Excel en TTU-CR, exactamente en el módulo intermedio donde se aprenden técnicas para hacer tablas, fórmulas y especialmente para analizar datos, entre muchas otras cosas.

Aunque no tiene nada definido, Alison se inclina por estudiar arquitectura o informática. En la primera podría aplicar lo que está viendo en el curso, especialmente en el diseño de proyectos.

Confiesa que no había pensado nunca en Excel. Había escuchado algo en los cursos de ofimática, pero difícilmente se le presentaba la necesidad de utilizarlo. Aunque no se le había despertado su interés, cuando tuvo la oportunidad en los cursos de la TTU-CR empezó a profundizar en su conocimiento y le vio la utilidad en todo tipo de actividades. Ahora, junto con la guía de la profesora de la TTU-CR, también recibe el apoyo de su padre, Alvaro Ardón, que es ingeniero industrial.

“Me llama también la atención los programas de prototipado”, dijo Alison Ardón.

Mariola Urgellés tiene 27 años y es ingeniera química graduada en la UCR. Ella ingresó al programa Constelar porque trabaja en el Centro de Investigación en Productos Naturales (Ciprona) de la misma universidad donde trabaja Giselle Tamayo, presidenta del consejo director de la Promotora Costarricense de Innovación e Investigación, quien le envió información de la nueva iniciativa donde también colabora ImpactHub.

Urgellés había participado en los programas Reto País 2019 de ImpactHub y también en un concurso de la firma Cemex y la Universidad de Monterrey de México para emprendimientos. “No estaban enfocados a proyectos STEM, sino más a lo socioambiental”, explicó Urgellés. “Mi emprendimiento está basado en conocimientos aplicados de mi carrera”.

En el caso de Constelar le llamó la atención que está enfocado en emprendimientos STEM y el suyo, llamado Sunspectra, es precisamente de producción y comercialización de bloqueadores solares basados en papaya.

Ella le compra la “papaya de descarto” (que no se llega o no se puede vender) a los productores, le extrae las semillas y usa la pulpa y la cáscara, agregando varios ingredientes naturales como aceite y manteca de coco, entre otros.

El bloqueador, que se vende en más de 60 puntos y en la tienda en línea en varias presentaciones desde ¢7.800 a ¢16.000 tiene un factor de protección de 30 (polvo) y 50 (barra y crema). Su propósito es exportar a México a finales del 2021.

En el emprendimiento ya cuenta con dos colaboradoras en administración y mercadeo. Pero ella considera que requiere de apoyos como el programa Constelar y de ImpactHub para fortalecer el modelo de negocios y la planificación de la internacionalización de la empresa.

Disparidad
Situación y perspectivas para las mujeres a nivel global:
El Foro Económico Mundial estima que el mercado laboral global puede absorber aproximadamente 150 millones de nuevos empleos tecnológicos en los próximos cinco años y muchos otros trabajos tradicionales se convertirán en trabajos habilitados por la tecnología.
La demanda de habilidades digitales aumenta, pero sólo el 35% de los estudiantes de STEM en la educación superior son mujeres y sólo el 3% de las mujeres en educación superior eligen tecnologías de la información, según el informe de la UNESCO. En el mundo del software, la representación femenina no suele superar el 10%.
Las mujeres soportan de manera ‘particular’ la pandemia y el desempleo: según el último informe de ONU Mujeres, en el 2021 habrá 118 mujeres de 25 a 34 años en situación de pobreza extrema por cada 100 hombres del mismo grupo de edad en el mundo; este índice podría elevarse a 121 mujeres pobres por cada 100 hombres pobres en el 2030.
En Costa Rica de los 8.521 profesionales miembros del Colegio de Profesionales en Informática y Computación solo 2.061 eran mujeres a abril de 2021; y de los incorporados al Colegio de Ingenieros y Arquitectos apenas el 23% son mujeres.
Fuente: Microsoft, Fidélitas, CPIC y sitio web de CFIA.