Este es el perfil de las startups que pueden recibir capital del fondo de $35 millones que lanzó Carao Ventures

Interesan proyectos en un amplio abanico de sectores, productos y servicios innovadores de alto potencial

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La firma de capital de riesgo Carao Ventures, con sede en Costa Rica, anunció un fondo de inversión de $35 millones en total para invertir en startups en etapas tempranas provenientes especialmente de Costa Rica, el resto de Centroamérica y la región Andina Norte (Colombia, Ecuador y Perú).

El fondo también apuntará a invertir en oportunidades selectas en Argentina, Chile, otros países de la región y startups fundadas por latinoamericanos ubicados en Estados Unidos y con operaciones en América Latina.

“Queremos ser catalizador para permitir y dar acceso a los recursos a los mejores emprendedores que salgan de los países medianos y pequeños de América Latina y catapultarlos para que jueguen en el mercado mundial con sus soluciones”, destacó Allan Boruchowicz, cofundador y socio director de Carao Ventures.

El primer cierre del fondo, denominado Carao Ventures Fund I, se alcanzó con la participación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el International Finance Corporation (IFC), así como 28 inversionistas privados regionales e internacionales que incluyen family offices, empresas que gestionan patrimonios familiares con más de $100 millones en activos invertibles.

El BID confirmó la participación en el fondo a EF. IFC, miembro del Banco Mundial había anunciado su aporte de $3 millones.

Carao Ventures inició a finales de 2012 y empezó a operar en 2013 con un grupo de 10 inversionistas, el cual creció orgánicamente y alcanzó 40, siete años después, incluyendo empresarios y family offices de la región. En total, se ha invertido en 12 startups, tales como Speratum, Huli y Singularities.

Boruchowicz y Adrián Garcia, también cofundador y socio director de Carao Ventures, destacaron que el nuevo fondo surge debido a la combinación de su experiencia en inversión y apoyo a startups, así como la necesidad de una gestión personalizada a los inversionistas, mayor agilidad e incorporar inversionistas institucionales.

La región además cuenta con amplias oportunidades de apoyo a startups con potencial de negocio internacional. Aunque la inversión de riesgo se duplicó cada año en los últimos cuatro años en la región, la mayoría se concentra en México y Brasil. Otros 20 países de menor tamaño reciben un porcentaje pequeño.

La Global Private Capital Association, fundada en 2004 como Emerging Markets Private Equity Association (EMPEA), indica que de los $800.000 millones invertidos anualmente por los fondos de capital privado solamente 13% llega a los mercados emergentes, como América Central.

A nivel local otros esfuerzos de apoyo a startups incluyen iniciativas de internacionalización y financiamiento, como el fondo Invert Up impulsado por ParqueTec, que a su vez sigue una estrategia de alianzas con aceleradoras de Estados Unidos, América Latina e Israel para apoyar el salto de iniciativas costarricenses en el mercado global.

Recientemente, además, la aceleradora Carïcaco anunció su alianza con Founder Institute, una aceleradora global; Open Lab realizó su segunda convocatoria del año; y la Promotora Costarricense de Innovación e Investigación, antiguo Conicit, lanzó un programa para “emprendedoras STEM” junto con otras entidades.

Proyectos candidatos

El Carao Ventures Fund I se empezó a explorar en 2018, con la preparación de la documentación relevante, acuerdos de debida diligencia y su aprobación al año siguiente. Con la pandemia la prioridad fue apoyar a los emprendimientos en las contingencias creadas por la emergencia sanitaria, pero el proyecto se retomó en la segunda mitad del 2020.

El levantamiento de capital para este primer cierre del fondo se concluyó a finales del año pasado. Hasta el 28 de junio anterior se terminó de formalizar los últimos detalles y el cierre del fondo. En la iniciativa se incorporaron los inversionistas sofisticados de la base de Carao, nuevos inversionistas de la región, de EE. UU. y de Europa, así como el BID y el IFC como inversionistas institucionales.

“Ellos buscan gestores de fondos con experiencia, entre otras características, y encontraron en Carao el socio para Centroamérica y el norte de la Región Andina”, recalcó García.

El foco de interés para el nuevo fondo impulsado por Carao Ventures son las startups en etapas tempranas, con un alto componente de propiedad intelectual o tecnología, un producto o solución probada, una propuesta de valor validada, ventas recurrentes, escala y un equipo independiente en su primera etapa, que combine tanto socios con conocimiento de negocios como con competencias técnicas. Incluso pueden haber recibido inversión anteriormente.

El fondo de inversión apoyará emprendimientos en segmentos de finanzas y tecnología (fintech), biotecnología (biotech), en salud (health tech), software as a service (SaaS), logística y movilidad, soluciones corporativas y para clientes. Además, se contemplarán proyectos excepcionales en sectores tradicionales como de seguros, mercadeo, energía, educativo, inmobiliario y agropecuario (agrotecnología).

En esencia, Carao Ventures se fijará en emprendimientos con un modelo de negocios que impulse disrupciones, provocando un cambio en la forma en que opera una industria, pues la tecnología es más fácil de replicar. Como mínimo se debe tener la empresa registrada, operando y con un equipo funcionando.

Las startups interesadas en Costa Rica y en los otros países pueden aplicar y contactar a Carao a través de su sitio web o redes sociales y deben aportar un documento descriptivo del proyecto. A partir de ahí se inicia un proceso de evaluación donde se van escalando los contactos: si llama la atención es probable que reciban consultas de ampliación, invitación a presentaciones y reuniones virtuales, y acuerdo de debida diligencia.

Actualmente se tiene un flujo entre 50 y 100 propuestas por mes. La meta es invertir en “diamantes en bruto”: por lo menos 30 compañías recibirán aportes de capital de montos pequeños (desde $25.000, por ejemplo) y aquellas de mayor rendimiento (10 o 15 empresas) podrían recibir en forma subsecuente (en dos o tres rondas) de $250.000 a $1 millón. El fondo tiene un horizonte de 10 años.

Boruchowicz explicó que esto permite diversificar la inversión, mitigar el riesgo, agregar capital y recursos estratégicos y apoyar a compañías prometedoras que aceleren su crecimiento, incursionen en nuevos segmentos y den el salto desde estos mercados “desatendidos por la industria mundial de capital de riesgo”.