Los $44 millones que se requieren para darle tratamiento secundario a las aguas residuales del Gran Área Metropolitana aún no se consiguen, pues Acueductos y Alcantarillados (AyA) está en el proceso de liberar una parte del dinero de la primera fase.
La planta de tratamiento Los Tajos, ubicada en La Uruca, recibirá las aguas residuales de 11 cantones de la GAM.
Este proyecto tiene en alerta a los vecinos de La Carpio, debido a la incertidumbre sobre el impacto que pueda provocar sobre la salud de los 19.000 habitantes de esta comunidad. Este jueves, un grupo de vecinos se manifestará en las afueras de Canal 13 para pedir a las autoridades que les aclaren los alcances de este proyecto.
La empresa española Acciona Agua es la encargada del diseño, construcción, equipamiento, puesta en servicio y transferencia tecnológica de la planta de la primera etapa y solo el diseño de la fase intermedia y la segunda etapa.
Estos trabajos, que se iniciaron oficialmente en noviembre del 2012, tienen un costo de $344 millones, financiados por la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La contraparte de JICA está aprobada y lista para usarse, pero la del BID se encuentra aún en el plenario legislativa pendiente de aprobación.
Rafael Barboza Topping, director de la Unidad Técnica Ambiental del proyecto, comentó que los esfuerzos se han concentrado en liberar el dinero pendiente para la primera etapa, así que no se han concretado opciones para los trabajos que seguirán más adelante.
Barboza confirmó que los trabajos de movimiento de tierras finalizaron y ya empezó la cimentación de obras. Afirmó que no van a hacer más detonaciones pues hicieron dos que provocaron la molestia de los vecinos por el nivel del ruido.
Si Acciona Agua mantiene el cronograma de trabajo, para mediados del 2015 la planta estará lista para operar.
Además de los $44 millones para el tratamiento secundario del agua, se requieren otros $220 para una ampliación de la capacidad instalada.
Mientras la planta no brinde tratamiento secundario, el agua que se vertirá sobre el río Torres será de "menor calidad" o menos pura, pues aún necesita otra fase de tratamiento para su purificación.