Cuando usted ingresa a una propiedad de ultralujo puede que encuentre un amplía área verde alrededor dedicada al jardín, una residencia con grandes ventanales y puertas, una amplia entrada de vehículos y cochera para varios automóviles.
Al ingresar hallará una cómoda antesala o una sala espaciosa, de techo alto y mucha ventilación. Le siguen el comedor, la cocina, la oficina y habitaciones con clósets que son mini cuartos o vestidores.
Todas las áreas están acondicionadas con alta tecnología para operar persianas, luces, audio y televisión. Y tienen por divisiones gruesas paredes que impiden la filtración de ruidos entre unas y otras.
No abundan por todo el país, pero hay zonas del Valle Central y la costa del Pacífico donde aumenta la oferta y la demanda de residencias de alto nivel, con características relacionadas al elevado estilo de vida de sus compradores adinerados.
“Son muy sofisticados”, explica Yalile Alpízar, CEO de Luxury Living Costa Rica, una agencia costarricense de bienes raíces especializada en propiedades de alto nivel, con 34 años en el mercado y representante exclusiva de Forbes Global Properties.
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El mercado de residencias de alto nivel viene en aumento. Durante el 2023 el segmento creció hasta 14% en comparación al 2022, siguiendo la tendencia en alza desde finales del 2020, según un reporte de la firma Coldwell Banker Real Estate LLC.
La tendencia continúa. Más de un tercio de los consumidores de lujo piensan que este 2024 es un buen momento para vender y comprar residencias de lujo tipo mansiones.
El crecimiento viene de la mano del turismo global, de las plataformas digitales en las decisiones de compra, de las facilidades de transporte aéreo internacional y la diversificación de los sitios preferidos para adquirir propiedades de lujo.
A nivel internacional los clientes con los mayores patrimonios eligen ciudades como Nueva York, Miami, Los Ángeles, San Francisco, Chicago, Boston, Washington D.C., París, Londres, Mónaco, Dubái, Hong Kong, Beijing y Singapur.
Otro segmento que le sigue en ingresos elige ciudades como Las Vegas, San Antonio y Houston, así como destinos “más exóticos” en el trópico, próximos y en el mismo huso horario, desde Brasil hasta el Caribe e incluyendo Costa Rica en el continente de América.
En este 2024 el mercado profundizará varias tendencias: aplicaciones de inteligencia artificial para hogares inteligentes, propiedades “todo incluido”, más interés de los grupos adinerados de Estados Unidos, Europa o Asia Menor por el extranjero y el aumento de “nuevos ricos”, entre otros.
Inicio local
El mercado de lujo empezó a desarrollarse en Costa Rica con el ingreso de firmas como Intel, Procter & Gamble y otras multinacionales que requerían residencias o apartamentos para sus ejecutivos provenientes de diferentes países de origen. La condición era que las propiedades cumplieran con los requerimientos de estilo de vida.
El desarrollo del turismo y del sector inmobiliario, con una oferta cada vez más amplia y sofisticada en el Valle Central y en la costa del Pacífico, favoreció la oferta con una arquitectura y una ingeniería de alto nivel, apoyados en el código sísmico.
“En Costa Rica hay casas tipo mansión, elegantes y sofisticadas”, dice Andrea Guillén, socia y líder del equipo de ventas de Luxury Living. “El comprador de lujo, cuando llega acá, se sorprende al ver la calidad arquitectónica”.
La oferta incluye propiedades desde $250.000 hasta más de $16 millones. Por eso las inversiones no se hacen a ciegas y se concretan después de un proceso que tarda hasta cinco años.
Desde la pandemia los clientes se interesaron por contar una residencia que, además de las vacaciones, sea una opción para la familia en caso de otra situación similar. A eso se suma el aumento de la necesidad por dejar atrás el estilo de vida acelerado.
La imagen de Costa Rica aumenta el atractivo del destino. Hay casos de clientes que desean una residencia que tenga un ingrediente rústico, como un camino rural de tierra. Además, simpatizan con el trato amigable y llano del tico, así como pasar desapercibidos.
En el Pacífico Norte se ubicarían 12 complejos residenciales alrededor de hoteles de marca que, en conjunto, suman un valor superior a los $400 millones, según Newmark Central America.
Luxury Living, Century 21, LX Costa Rica o Costa Rica Sotheby’s International Realty actualmente cuentan en su inventario con ofertas de propiedades en La Hacienda, Villa Real y Valle del Sol en Santa Ana, Escazú, Los Reyes, Lagos del Coyol, Bosques de Lindora, La Garita y El Castillo (San Rafael de Heredia). En Tamarindo, Nosara, Ojochal (Osa), Cóbano, Esparza y Puerto Viejo de Talamanca hay propiedades en venta.
Qué buscan
Los clientes se enfocan en vivir una experiencia. La comodidad, seguridad y bienestar mandan.
Las residencias alcanzan desde 1.000 y hasta 4.000 metros cuadrados de construcción, que en este caso califican como mansiones, y con hasta tres veces más de espacio alrededor para jardín como mínimo.
Entre las características típicas: que las residencias tengan más de cuatro habitaciones, cada una con un baño y su closet tipo walk-in o vestidores (donde se ingresa para elegir las prendas y con iluminación, decoración y sistemas de cuidado de prendas).
Los techos y ventanales deben ser altos (hasta 10 metros en la sala, por ejemplo) y la ventilación cruzada. También debe contar con paredes gruesas para favorecer el aislamiento e impedir la filtración de ruidos externos e internos, oficina, piscina, spa, bodega de vino, jacuzzi y finos acabados en mármol italiano o maderas preciosas. Además, tecnología.
Los sistemas de casa inteligente permiten gestionar la iluminación, el audio, la apertura y el cierre de ventanas y puertas o las persianas (por ejemplo, para programar a qué hora se abren o se cierran). Debe disponer de fibra óptica (enlace externo y cableado interno para Internet) y servicio satelital (televisión e Internet).
Hay una preocupación permanente por la solidez de la construcción (“que no sean casas livianas”). Varias de estas condiciones se reiteran en la demanda de apartamentos.
Tanto en residencias como en apartamentos deben tener una ubicación segura, al igual que el trayecto (que no haya que transitar por áreas de riesgo). Y no solo para el comprador internacional.
El comprador local de alto nivel también. “Es más demandante”, dijo Alpízar. “Conoce el mercado, las exigencias sísmicas, la regulación municipal por zonas, qué se puede y que no se puede hacer en una propiedad. Es más serio al comprar”.
Si el conocimiento del sitio favorece al cliente de alto nivel local, en el caso del extranjero obliga a las agencias a ofrecer un servicio de guía para la adquisición de la propiedad y para otras necesidades.
Por ejemplo, si el cliente tiene menores de edad en edad escolar y requiere matricularlos en centros educativos privados. O para la apertura de cuentas bancarias. También en asesoría legal para trámites de residencia. Lo mismo en una diversidad de servicios: mantenimiento, decoración y hasta en servicios de salud, entre otros.
En cada uno de estos campos se tiene una red de contactos que deben garantizar la calidad, seguridad y tarifas competitivas.
Los requerimientos cambian. Si son ejecutivos de multinacionales lo normal es que permanezcan con sus familias varios años. Y está quien adquiere una propiedad por inversión, porque se jubiló o porque quiere una opción vacacional. No se limita a ellos.
Hay clientes con un perfil de nómadas digitales, de firmas tecnológicas y de criptomonedas de EE.UU., Europa o Asia, que buscan un apartamento o una residencia en la costa más pequeña, desde $3.000 al mes para alquiler o desde los $100.000 para compra.