De los libros futuristas más ocurrentes parece sacada la idea de tener una moneda aceptada en cualquier lugar del mundo, con transacciones inmediatas, que no sea afectada ni por política monetaria ni inflación, sin intermediación bancaria o financiera de ningún tipo, ni capacidad de algún gobierno de regular su libre, fluido y vertiginoso tránsito a través de la red: las bitcoins.
La idea fue desarrollada en el 2009 por una persona o un grupo de personas trabajando bajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto. Crean bajo un protocolo de encriptación la idea de la moneda virtual para funcionar con un sistema de plataforma abierta, directamente de computadora a computadora –protocolo P2P–; simplemente una idea con conceptos absolutamente brillantes pero con vacíos legales desde ese entonces suficientes que le permiten operar a través del Internet, dándose la combinación de elementos perfectos para llevar a cabo el proyecto de manera global.
Al igual que mineros, quienes van en búsqueda de bitcoins deben dedicar sus supercomputadoras por días a resolver algoritmos complejos para lograr conseguir parte del lote del 25 bitcoins que pueden ser “minados” y puestos a uso discrecional del “minero” cada 10 minutos a nivel mundial.
Altas fluctuaciones
En la mayoría, sino en todas las divisas mundiales, se tiene la denominación del valor nominal para el intercambio internacional más su valor intrínseco material, regido en la actualidad no por la cantidad de oro que guarda como subyacente –confianza– sino a través de la capacidad de generar venta de bienes y servicios creando el valor agregado a la moneda, esa solidez y seguridad necesaria en el sistema (la nueva confianza). Ejemplo de esta escasez de confianza medible como riesgo adicional se evidencia cualquier día regular de mercado donde se pueden encontrar fluctuaciones del bitcoin sobre el dólar de Estados Unidos de más del 32%; solo el 13 de abril del 2013,el precio ha pasado de la apertura en US$130/1 bitcoin a US$90/1 bitcoin, lo que genera más dudas sobre esta alta volatilidad que respuestas: ¿Cuándo comprar bitcoins? ¿Cuándo cambiarlo por bienes/servicios?
Realmente no se puede decir que todo es malo ni bueno. Como la respuesta de un buen analista financiero: depende. Depende de la evolución del sistema y del usuario, se puede traer mayor justicia a los marginados de los sistemas financieros, pero también puede ser una gran herramienta para las empresas multinacionales que lidian con docenas de países y legislaciones entrabadas por la burocracia de sus gobernantes para poder hacer inversiones en capital; o para las personas que trabajan lejos de su hogar puede significar enviar la cantidad completa sin tener que pagar grandes costos a las compañías dedicadas a la transferencia de capitales. Todo es cuestión de perspectiva.